Lola Larumbe: «La literatura tiene un espíritu de resistencia»
«En el festival, el tema ‘Natural’ será el paraguas sobre el que plantearemos nuestra relación y vínculo con la naturaleza a partir de la literatura»
Retrato de Lola Larumbe. | Cedida.
Nos reunimos en la emblemática librería madrileña Rafael Alberti con Lola Larumbe. La ocasión, la presentación del Festival Eñe 2022, que este año estará bajo su dirección. El festival se celebrará del 11 al 27 de noviembre en las principales sedes culturales de Madrid y Málaga. Este año el título Natural, será el eje desde donde se abordarán los temas literarios.
Lola Larumbe dirige la librería Rafael Alberti desde finales de 1979, la cual fue desde sus inicios un espacio de referencia: «la funda Enrique Lagunero, en los años posteriores a la muerte de Franco, esos primeros años de transición fueron bastantes duros para muchas empresas culturales, continuaba la violencia política y había gente reacia al cambio y a la democracia. La librería sufrió bastante, tuvo atentados e incendios, sobre todo por su nombre, Alberti era un poeta y un personaje muy relevante para la cultura del exilio de España, aún vivía en Roma». El poeta era muy amigo de Lagunero y por eso bautizó el espacio con su nombre, desde su apertura en 1975 se convirtió en un núcleo de resistencia por parte de muchos editores y periodistas que lo apoyaron: «era la lucha por la democracia», nos cuenta Lola.
Ella, por su parte, era una estudiante de biología, que con apenas diecinueve años y junto a un par de amigos lectores, decidieron montar una librería. «Primero pusimos el espacio en Chueca, que en ese entonces era un barrio totalmente lumpen y marginal, nos decían que nos iban atracar todos los días. Una tarde paseando por el barrio de Argüelles pasamos por la librería Rafael Alberti y vimos que habían puesto un cartel que anunciaba su cierre, llamamos para comprar las estanterías, pero Lagunero nos propuso alquilarla y así lo hicimos». El emprendimiento fue además un gran compromiso que asumieron a cabalidad, una responsabilidad que había que cumplir, que no sólo incluía pagar un préstamo a un amigo: «Nosotros empezamos en la época que se conoce como la del «desencanto» y era casi en todos los ámbitos, había una gran decepción política y un país que montar casi desde cero. Pero a su vez había una efervescencia cultural muy fuerte en Madrid, empezaba «la movida», había mucho interés por lo artístico e intelectual, pero en un contexto muy espontáneo y sin dinero. Nosotros somos de esa generación, donde todo se solucionaba gracias a los amigos, igual que Almodóvar hacía una película con diez amigos, una librería como ésta la llevábamos tres compañeros con ayuda de otros. Era una época de camaradería, había un interés genuino por leer y por la cultura, porque veníamos de una historia sin libros y de una cultura cercenada». Pese a las distintas etapas de mayor afluencia de lectores y la aparición de las nuevas plataformas de lectura Lola reconoce haber tenido suerte con sus clientes: «los lectores siempre han estado de nuestro lado, no sé si por ese espíritu de resistencia que tiene la librería o la literatura en general. Somos herederos de ese espíritu de la transición, de resistencia y de aguante y siempre hemos tenido mucho apoyo, esta librería es como un lugar común».
Este año fue invitada por Luis Posada para llevar la dirección literaria del Festival Eñe, que este año celebra su 14va edición: «creo que si hay algo que hemos aprendido en estos dos últimos años, ha sido el hacernos conscientes de la ruptura que sufrimos en relación con lo natural, de ahí surge el título Natural. Me interesaba abordar desde la mirada de la literatura, nuestra relación con el medio ambiente y las formas de estar en el mundo, de observar cómo la inmediatez en la que vivimos corre en contra de la naturaleza. El tema Natural será el paraguas sobre el que plantearemos nuestra relación y vínculo con lo que nos rodea. Me parecía que podía ser interesante investigar cómo recuperar esos vínculos desde la narración, a través de lo que contamos y de lo que nos cuentan».
Entre los temas que se abordarán desde los conversatorios, tomará principal relevancia aspectos como el habitar de las ciudades, la forma de vida en la urbe, el vínculo con los animales o la innovación de los espacios naturales: «desde que empezó el festival ha crecido muchísimo. Las primeras ediciones duraban un fin de semana en el Círculo de Bellas Artes, luego se amplió con la semana Eñe, este año celebraremos diecisiete días de festival y tendremos más de ciento cincuenta participantes. En Málaga habrán recorridos de experiencias literarias en espacios naturales. Como todos los años se dará el premio Eñe a un autor o autora muy importante para la literatura tanto europea como latinoamericana».
Al preguntarle por sus autores de cabecera Lola no duda en respondernos: «yo estoy muy pendiente de lo nuevo, no tengo tiempo para la relectura porque casi todo mi tiempo lo utilizo para leer lo que se está publicando, tengo que estar muy al tanto. Aún así, tengo libros que suelo ojear para no perder ese «aroma» que me da el eje sobre el cual me gusta volver. Siempre tengo a mano un libro de Albert Camus o un tomo de En busca del tiempo perdido o un libro de Conrad y así, voy intercalando entre novedad y novedad. En la literatura, nos cuenta, hay más tendencias que modas: «hemos tenido unos años que se ha escrito mucha literatura testimonial como memorias, biografías, auto ficción, relatos en primera persona de escritores y escritoras jóvenes. También hay una fuerte tendencia de literatura femenina, si vemos las mesas de novedades, la mayor parte son escritoras, y no por razones meramente comerciales. Yo creo que un buen lector no atiende al género sino al atractivo, a lo que conoce o a lo que le recomiendan. Las tendencias están bien porque cuanto más se produzca, mejor calidad habrá».
La librería Rafael Alberti también es muy conocida por sus encuentros literarios, que llevan celebrándose hace ya veinte años: «aquí hemos celebrado varios ‘Eñes’, las librerías son tradicionalmente lugares donde te puedes proteger de algo, deben ser lugares acogedores y de encuentro». Con este mismo espíritu y entusiasmo Lola nos invita a participar en el festival con la esperanza de que este año «la gente lo pase muy bien, me encantaría que surjan amistades entre los lectores y los autores, para que el festival siga su curso y que propicie las ganas de leer, que se promueva el interés por la práctica de la lectura».
