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'Víctima/Sospechosa': un durísimo relato sobre las mujeres que denuncian agresiones sexuales

El documental, disponible en Netflix, demuestra que la Policía estadounidense convierte sistemáticamente a las víctimas en culpables

‘Víctima/Sospechosa’: un durísimo relato sobre las mujeres que denuncian agresiones sexuales

La periodista Rachel de Leon, en un momento de 'Víctima/Sospechosa'. | Netflix

Hay documentales que sobresalen por su buena factura o ingeniosa puesta en escena; otros brillan porque cuentan realidades ajenas para el espectador o por la singularidad del caso tratado. En el caso de Víctima/Sospechosa (Victim/Suspect), el valor se centra en su pedagogía. El trabajo de la directora Nancy Schwartzman expone de manera didáctica cómo el sistema estadounidense se hizo para convertir a las víctimas de ataques sexuales en sospechosas, cuando no culpables de su propia desgracia.

No es la primera vez que Schwartzman aborda estos asuntos. En 2009, el cortometraje The Line sigue a un excompañero de trabajo que la agredió sexualmente. Y en 2018 estrenó Roll Red Roll, un notable relato aterrador sobre una violación que convirtió a un pueblo de los Apalaches en el centro del universo gracias a las redes sociales. 

Pero a diferencia de esas producciones, Víctima/Sospechosa es mucho más ambiciosa en su estructura. Hay tres historias dentro de una historia: la de las víctimas, la de la periodista que busca hacer su investigación «pequeña» relevante y la de un hombre involucrado en este proceso que exorciza su dolor.

Schwartzman consigue en el documental disponible en Netflix que todos estos relatos confluyan de una manera relativamente armónica, una tarea que no era para nada sencilla. Y además, como hemos señalado, lo más importante es que el espectador comprende por qué las mujeres prefieren no denunciar las agresiones sexuales debido a que pueden terminar tras las rejas. ¿Las razones? Esto es lo que la producción detalla con muy buen tino.

La perseverancia de una periodista

Rachel de Leon es la periodista que documenta durante cuatro años una constante. Ella encontró que solo en la última década, en 160 casos, las denunciantes se convierten en sospechosas. Posteriormente, se les acusaba de mentir, lo cual, según el sistema estadounidense, es un gran delito que se paga con cárcel. En resumen, es un método sistemático que tiene como meta disuadir a las mujeres de buscar justicia. 

En la mayoría de los casos, un esfuerzo más o menos decente de la policía por investigar habría derivado fácilmente en la detención del agresor. Sin embargo, descubrimos que mediante el método de interrogación, basada en engaños, la víctima termina asediada y por último, aceptando la narrativa de un hombre que se aprovecha de su poder. El hecho de que las denunciantes son casi siempre jóvenes, sin experiencia, facilita la injusticia. 

La labor de la periodista es de hormiguita. Cuando expone su idea, pareciera que no es tomada en serio por el resto de la redacción, pero cuando se hace evidente el patrón, su historia se vuelve gigante, al punto de que el documental gira en torno a toda la información que recoge. Por otro lado, presenciamos cómo la De Leon no sucumbe a la tentación de estos últimos años: la militancia. Entiende que no es la abogada de las mujeres a las que le falló el sistema judicial, sino que está allí para exponer los hechos y que la audiencia tome las conclusiones pertinentes.

El periodismo militante es una de las últimas corrientes que borra la frontera de esa objetividad aspiracional con la que debemos cubrir cualquier noticia. De Leon, que no es ajena al dolor de las mujeres que fueron violadas, sabe tomar la distancia adecuada en Víctima/Sospechosa, tanto para insistir a jueces y policías para que den sus versiones, como para revisar las declaraciones de las denunciantes.

Pero objetividad no significa gelidez; el momento más emotivo de esta producción sucede cuando un hombre, un exoficial,  que ayuda a la periodista a entender cómo el sistema favorece el cierre de casos, culpando a la víctima, se desmorona frente a la cámara, explicando las razones por las que quiere ayudar. Para no hacer spoilers, no vamos a entrar en detalles. 

Los puntos débiles de ‘Víctima/Sospechosa’

Es una lástima que Schwartzman/De Leon no consiguieran que más fuentes oficiales declararan. Este es el punto más débil del documental. Ante la falta de esas voces, debe volver una y otra vez sobre los métodos intimidantes para conseguir las confesiones, lo que por momentos la convierte en redundante. Es un pequeño lunar en este trabajo.

No obstante, de ninguna manera, esa ausencia empaña al documental, al menos no completamente. El sexismo que impera en la policía y la necesidad de que los agentes sean instruidos para atender estos casos, debe ser una prioridad para evitar injusticias. En ese sentido, Víctima/Sospechosa cumple en explicar las razones.

También, la realizadora consigue que los hombres, ya no como parte de una estructura policial, sino como colectivo social, empaticen con las mujeres violentadas. En este sentido, resulta conmovedor cuando una de las víctimas confiesa que más allá de ser exculpada por un juez, lo que más le importó fue ser escuchada. Este es un trabajo diario que comienza en casa, con nuestros propios hijos y hermanos. 

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