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Nuevo reto para Ancelotti: recordarle a Rodrygo que esto es el Real Madrid

Ahora es el momento indicado para que Ancelotti deje claro al brasileño que o se adapta o podrá acabar en el banquillo

Nuevo reto para Ancelotti: recordarle a Rodrygo que esto es el Real Madrid

Ancelotti habla con Rodrygo en un partido de la temporada pasada. | Reuters

Rodrygo Goes anda inquieto. El atacante brasileño no ve puerta con la camiseta del Real Madrid desde el 12 de agosto en Bilbao. Tras ese primer partido oficial de la temporada para el conjunto merengue, han transcurrido 804 minutos en los que el menino tan solo ha aportado un gol y ha repartido una asistencia. Uno tiene la suerte de ver al Madrid en directo en cada encuentro que disputa. Algo que me permite hacer seguimiento concreto de determinados futbolistas.

En el caso de Rodrygo, más allá de los pobres guarismos que indican los fríos números, lo que desazona es la sensación de ansiedad que transmite de cara a puerta. Y eso que hasta hace un mes no era así. Andaba bien en los movimientos, en la combinación y en la generación de ocasiones a pesar de la falta de tantos. Hoy algo ha cambiado de la mano de la pertinaz sequía goleadora. Y él mismo lo ha verbalizado desde la concentración de Brasil: «No le gusta jugar de nueve». 

«No me gusta hacer de nueve»

Rodrygo toma la palabra con el chándal de la canarinha. Después de reconocer que es importante «adaptarse a distintas funciones» sobre el terreno de juego porque hoy en día los futbolistas «deben saber hacer de todo» el de Sao Paulo, en un ataque de sinceridad, se desahogaba ante los micrófonos: «Siempre he tenido claro que tengo facilidad para jugar en punta y en posiciones interiores, pero de nueve siempre digo que es algo que no me gusta hacer. En el club (Real Madrid) he tenido que jugar bastantes veces de nueve. Es algo que no me gusta mucho». 

Lo cierto es que Rodrygo se dio a conocer como extremo izquierdo en el Sao Paulo. Es su posición fetiche y nunca lo ha ocultado. Pero las circunstancias del fútbol son las que son y, estas, le han obligado primero a caer a la banda derecha en el Madrid (Vini es dueño de la izquierda) y ahora a desempeñarse como punta o segundo delantero tras la salida de Karim Benzema.

Rodrygo marca un gol en un partido con Brasil. | Europa Press

Goes va camino de los 200 partidos con la camiseta del Madrid y la realidad estadística nos dice que a pesar de no gustarle desenvolverse como nueve los números que obtiene en ese dibujo deberían animarle a reflexionar: según la web especializada en estadística Transfermarkt Rodrygo anota como delantero centro cada 3,75 partidos, como extremo izquierdo tras 5,6 encuentros y como extremo derecho cada 4,24. Otro que, seguro, le dará un paternalista tirón de orejas para que ordene sus ideas es su entrenador Carlo Ancelotti.

Padre Carletto

Y es que Ancelotti tiene un master en gestión de vestuario y en apagar fuegos. Nada lo altera. Todo lo maneja con guante de seda. El último ejemplo lo tenemos con el caso Camavinga: Carlo es cuestionado por el uso del francés, de nuevo, como lateral izquierdo. Algo que, en principio, no iba a volver a suceder salvo exigencia del guión extrema. El italiano toma el micrófono, se hace dueño de la escena y espeta lo siguiente: «Si le preguntas a Camavinga que, si quiere de lateral izquierdo o de banquillo, él te dice seguro que de lateral izquierdo».

La socarrona y espontánea salida de Ancelotti ante los medios tiene mucho de quitarle hierro al asunto, pero también nos muestra el mensaje que transmite a los jóvenes dentro del vestidor: «Esto es el Real Madrid, jugar está carísimo así que… o te adaptas o al banquillo». 

Ahora es el momento indicado para que Carlo transmita la misma idea a Rodrygo y para que este extraiga idéntica moraleja que Camavinga. De hecho, Ancelotti ya ha lidiado como un padre para Rodry en otras ocasiones. El año pasado se enfadó con él tras cambiarlo en Villarreal y que le negara él saludo. Carletto, visiblemente molesto, le instó: «Tú a mí me saludas». Unos meses después, en Sevilla, Rodrygo buscaba el hat trick y el míster lo sustituyó. De nuevo visible mosqueo del menino y otra vez Carlo contundente en rueda de prensa: «Rodrygo quería marcar, yo ganar el partido».

Ancelotti no es sólo el entrenador con más Champions o un magnífico gestor. Ancelotti ha estado ahí abajo, sabe cómo se siente un jugador y, a veces como padre, a veces como educador, le toca afrontar nuevos retos. El más inminente: recordar (con cariño) a Rodrygo Goes que esto es el Real Madrid. 

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