La amortización de hipotecas se dispara con la subida de tipos y aumenta un 33%

La subida de los tipos de interés llevada a cabo por el BCE, que ha provocado a una remontada abrupta del euríbor en el último año, ha disparado la amortización de las hipotecas. Las familias, gracias al ahorro acumulado durante la pandemia, han podido hacer frente a un aumento significativo en la devolución anticipada de la deuda a los bancos por los préstamos a tasas variables para la adquisición de la vivienda con el fin de protegerse frente a la escalada de las cuotas mensuales.

Con ello, la amortización de esta financiación se ha disparado un 33%, según los datos recabados por THE OBJECTIVE. Fuentes del mercado sostienen que esta tendencia continuará, aunque debido a la merma del poder adquisitivo como consecuencia de la inflación a partir de ahora los volúmenes de adelanto de las deudas podrían verse reducidas.

Un informe del servicio de estudios de BBVA calcula que dichas amortizaciones han pasado de los 4.500 millones al mes durante buena parte de 2021 (entre mayo y diciembre) y que a lo largo de 2022, durante el mismo periodo, los importes han escalado al entorno de los 6.000 millones debido a las decisiones de los hogares de reducir las cargas financieras. Estos importes incluyen las amortizaciones ordinarias, es decir, aquellas que se van materializando en las cuotas.

Limitación al impacto negativo de las hipotecas

«Este comportamiento está limitando, al menos temporalmente, el impacto negativo de una política monetaria más restrictiva», señala el documento elaborado por BBVA Research. Además, debido a ello, una parte de los hogares han podido cancelar antes de tiempo las hipotecas que tenían. Tal y como publicó este periódico, los cierres de estos contratos estaban aumentando de manera acelerada, con un incremento del 9%.

El aumento de las amortizaciones es clave para que los bancos contengan la morosidad en un futuro, ya que el BCE está continuando con su presión para atajar la inflación. Pese a la incertidumbre y a la posibilidad de que estalle una crisis financiera, tras los casos de Silicon Valley Credit Suisse, el organismo monetario hace unos días elevó el precio oficial del dinero otro medio punto porcentual, hasta el 3,5%, tal y como tenía establecido en el guion.

Debido a la situación de volatilidad y temor a un nuevo crash -aunque de magnitudes inferiores a las de 2008- el euríbor ha echado el freno y tras unas sesiones de tensión se sitúa incluso por debajo de los tipos del BCE. Aún así, se espera que vuelva a niveles superiores, ya que no se descarta que la institución monetaria vaya a elevar aún más las tasas, pero con una intensidad inferior a las últimas estimaciones.

Algunos analistas señalan que el BCE podría llevar a cabo otros incrementos de los tipos hasta el verano, de un cuarto de punto en cada una de las reuniones. Con ello, podría colocar los tipos oficiales en el 4% o 4,25%. Todo dependerá, eso sí, de la evolución de los acontecimientos en el mundo financiero y de los niveles de la inflación.

Hasta la fecha, las cuotas de las hipotecas variables ha subido más de un 40%, con lo que ya sobrepasa de media los 1.000 euros mensuales. Un coste que está siendo posible gracias a la mejor evolución de la economía y a los depósitos acumulados.

Pero este dinero que tienen los hogares empieza a descender. Solo en enero, debido sobre todo al coste de la vida, las reservas de las familias en las entidades bajaron en 13.000 millones de euros.

El servicio de estudios de BBVA estima que la tasa de ahorro podría haber bajado hasta el 7,5% de la renta bruta
disponible de las familias en 2022, considerablemente por debajo del nivel alcanzado en 2020 (18,1%) e inferior al
de 2019 (8,5%). «Los hogares parecen aceptar tasas de ahorro más bajas, con tal de mantener el consumo,
probablemente tirando del exceso de riqueza acumulado durante la pandemia», señala el informe elaborado por el banco.

Debido al encarecimiento de las hipotecas, estos préstamos están empezando a descender. De hecho, a principios de año estos contratos han bajado significativamente y ha encendido las alarmas en varias comunidades autónomas debido al retroceso de las operaciones. En Madrid, Navarra o el País Vasco se han desplomado más de un 20%.