Urkullu desconcierta a las empresas familiares con su discurso en euskera

El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha pasado un mal trago este lunes en el Congreso Nacional de la Empresa Familiar, celebrado en el Palacio Euskalduna de Bilbao.

Urkullu, acostumbrado a dirigirse en los actos en euskera y en castellano, debió de pensar que repetir el mismo esquema ante más de 600 empresarios, venidos de toda España, iba ser pan comido, pero la realidad es que la mayoría se quedaron desconcertados.

De repente, el ruido entre el público -donde se encontraba el exdirigente socialista Eduardo Madina– empezó a crecer, al tiempo que el rostro del lehendakari se iba inmovilizando, hasta que por fin llegó la parte en castellano, para referirse a dos cuestiones claves: al papel de las empresas y a la importancia de reorientar los fondos europeos con un mayor enfoque territorial, en concreto los Next Generation, de manera que las empresas aprovechen mejor las ayudas y «no se pierda la oportunidad de futuro».

El PNV frente a Urkullu

Frente a él, en la primera fila de la sala se encontraban Andoni Ortuzar, presidente del Partido Nacionalista Vasco; y a su lado Joseba Aurrekoetxea, miembro del Euzkadi Buru Batzar y a la sazón uno de los sostenes económicos de la formación fundada por Sabino Arana.

La presencia de estos dos políticos nacionalistas no pasó desapercibida para nadie, en un contexto de carácter empresarial y con un marcado acento nacional, pues se trataba del XXVI Congreso Nacional de la Empresa Familiar.

Además, coincidía con otra presencia, la del líder de PP, Alberto Núñez Feijóo, invitado por el Instituto de la Empresa Familiar para clausurar la primera parte de la jornada de este lunes, y quien, desde la primera hora hasta la última, estuvo en el auditorio del Palacio Euskalduna.

Lo que no pudo observar Ortuzar -sentado en la sala con tiempo y contrario a negociar con el Partido Popular para la investidura de Feijóo- fue el paseo que, mientras tanto, Urkullu y Feijóo se dieron a las puertas del Palacio Euskalduna. Ambos esperaban la llegada del Rey, quien acudió a la inauguración del acto para arropar a los empresarios, con los que después compartió un desayuno informal, al menos durante una hora.

La presencia de Feijóo

Allí, en esa puerta, a poca distancia del Museo Guggenheim y del nuevo estadio de San Mamés, y con los empresarios esperando en la sala, Urkullu y Feijóo tuvieron ocasión de conversar brevemente sin la mirada del Ortuzar, a quien probablemente no le hubiera gustado ese encuentro.

Tras la inauguración del Rey, José Luis Blanco, director general ejecutivo del Instituto de la Empresa Familiar, dio paso al líder de la oposición, no sin antes disculpar la ausencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, debido a su complicada agenda internacional.

No obstante, Blanco supo agradecer la presencia de Feijóo, encargado de cerrar la primera parte de la gran jornada celebrada este lunes en Bilbao. El líder del PP, por su parte, se dirigió a la audiencia con una alocución pausada, que fue de menos a más, in crescendo, con un discurso netamente económico, en el que destacó siete retos que él entiende que tiene en estos momentos España. Entre ellos, el reto fiscal y el de los fondos europeos, asuntos en los que coincidió con Iñigo Urkullu.

Impuestos contenidos

El dirigente gallego, que fue enunciando las diferentes variables macroeconómicas que colocan a España en los peores puestos del ranking europeo, apeló a las políticas autonómicas de las diferentes comunidades que gobierna al PP para comprometerse, como éstas, a aplicar una bajada de impuestos contenidos. Ello ha generado una bajada fiscal de 2.000 euros desde el pasado mes de julio, solo disminuyendo el porcentaje de IRPF, bajando sucesiones y donaciones.

Con esa premisa, Feijóo coronó su discurso subrayando que el partido que preside sigue pensando que con los impuestos contenidos se recauda más, y matizando que «lo que es importante no es ir contra la riqueza, sino acabar con la pobreza».