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Miedo a invertir en las redes de hidrógeno por el poder de Enagás y la regulación a partir de 2031

Los inversores se muestran escépticos por las condiciones futuras de los canales de transporte del gas verde en España

Miedo a invertir en las redes de hidrógeno por el poder de Enagás y la regulación a partir de 2031

Una placa solar. | Europa Press

Las futuras redes de transporte de hidrógeno están llamadas a ser uno de los grandes objetivos del país a largo plazo. Un proceso que solo es posible a través del músculo económico del sector privado y financiero y que despierta el apetito de cualquier inversor. Sin embargo, tal y como aseguran fuentes financieras a THE OBJECTIVE, los inversores no están muy interesados en apostar por el desarrollo de las redes de transporte del gas verde en España por la regulación que llegará a partir de 2031 y el poder de Enagás en todo ese proceso.

«Las empresas que están barajando construir redes de hidrógeno están pensando en redes privadas de hidrógeno, pero tal y como viene la última versión de la directiva de gas e hidrógeno de la UE, se va a establecer un modelo de acceso regulado entre 2031 y 2035 (la última fecha según las enmiendas del Parlamento Europeo). Esto supondría que todas las redes de transporte de hidrógeno serían privadas hasta esa fecha, pero estarían obligadas desde entonces a abrirlas con precios regulados por la CNMC (Comisión Nacional del Mercado de la Competencia)», comentan fuentes conocedoras.

La empresa privada que se involucra en ese negocio lo fía a la financiación de los bancos. El problema es que la compañía que lanza esa red es consciente de que a partir de 2031 puede que le cambie el modelo y que la inversión deje de ser un activo privado para convertirse en uno regulado, con obligaciones de acceso y con precios fijados. De esta forma, en el hipotético caso de que el regulador pusiese precios bajos, la refinanciación a los bancos por parte de las empresas que han invertido en redes de hidrógeno cambiaría de forma drástica.

Por otro lado, fuentes conocedoras de la puesta en marcha de las futuras redes de hidrógeno apuntan al miedo de muchos inversores al poder que atesora Enagás. Siempre tiene que haber un gestor técnico del sistema (de la electricidad se encarga Red Eléctrica mientras que del gas es la propia Enagás). Hay que saber diferenciar entre Enagás como técnico del sistema de la empresa de transporte Enagás.

La compañía participada por el Estado está apretando por ser el gestor de la red de transporte de hidrógeno, pero los expertos creen que eso todavía no está decidido. Las empresas privadas que inviertan en esa futura red tendrían también mucho que decir, pero existe esa preocupación por el papel protagonista de Enagás y su control en la gestión del transporte.

La directiva europea del paquete del gas y el hidrógeno sigue cocinándose a fuego lento en Europa y se espera que esté lista antes de final de año. Existen algunas curiosidades, apuntan expertos, como, por ejemplo, que no se distingue entre transportista y distribuidor y se apunta a un solo operador. Todo un sector que hoy trabaja con gas se tendrá que reconvertir en los próximos años a lo que debería ser, en principio, lo más evidente: el hidrógeno.

De momento, hay muchos incógnitas sin despejar con respecto al transporte y a la distribución de una red de hidrógeno ya que se encuentra en una fase muy incipiente. Además, existen muchas dudas sobre si se crearán redes de hidrógeno únicas o si se acabarán mezclando con gas natural.

Sin ir más lejos, la empresa Nortegas, segunda distribuidora de gas natural a nivel nacional, logró el pasado verano inyectar una mezcla del 10% de hidrógeno y 90% de gas natural durante 3.000 horas en una réplica de la red de distribución de gas natural actual. «Las pruebas realizadas demuestran que las redes de distribución de gas natural están preparadas para distribuir mezclas de gas natural con el 10% hidrógeno. Además, no se aprecia ningún comportamiento anómalo en los elementos de red, ni se detectan fugas, ni deterioro de los materiales», sentenciaron desde la compañía.

Proyectos de hidrógeno a través de barcos

Por otro lado, siguen apareciendo voces escépticas que ponen en duda la posibilidad de que el hidrógeno (verde en el caso de España) pueda ser transportado por tubos. Una realidad que es contrastada con la de otros expertos que creen que sí sería posible si se diseñaran atendiendo a la peculiaridad de la molécula de hidrógeno. Mientras tanto siguen conociéndose proyectos de compañías que apuestan por transportar el hidrógeno verde por medio de buques utilizando el amoniaco como medio ‘clave’ para su transporte.

El pasado mes de junio, la compañía española Cepsa y la multinacional noruega Yara Clean Ammonia, líder mundial en el sector del amoniaco verde, firmaron un acuerdo por el que ambas compañías pondrán en marcha el primer corredor marítimo de hidrógeno verde entre el sur y el norte de Europa, conectando los puertos de Algeciras y Rotterdam. Para ello, la petrolera española anunció el desarrollo de una planta de amoniaco verde en el Parque Energético de San Roque, en Cádiz, que estará operativa en 2027. Un plan que se une al que plantea la principal naviera del mundo, Maersk, en nuestro país con el metanol verde.

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