La extraordinaria exuberancia de la economía de las 'apps'

Hay muchas formas de sublimar la economía de las apps, pero muy pocas tan visuales como los viajes. Travel tech constituye, de hecho, uno de los verticales que el ecosistema utiliza para etiquetar un conjunto de plataformas digitales con diferentes servicios en torno a una temática (turismo e, indirectamente, restauración) crítica en España. 

Para el inicio de una escapada y con la intención de cubrir cuantos más aspectos mejor hay pocas opciones made in Spain mejores que Exoticca, una agencia online que gestiona alrededor de 60 destinos, ofrece precios un 35% por debajo de las compañías más tradicionales y facturó 124 millones de euros en 2022. El CEO, Pere Vallès, pasó antes por Scytl, startup muy volcada con los procesos electorales que pasó de la gloria a la escasez y de ahí a la venta. 

Una vez elegida la plaza, al aguerrido explorador se le pasará por la cabeza aparecer en la estación o el aeropuerto a bordo de un vehículo de Cabify, uno de los primeros unicornios nacionales y también una de las firmas que más emprendedores ha incubado en su plantilla. 

Si por un casual el viajero opta por un taxi, quizás el conductor trabaje con Bizum, la reina de los pagos desde el móvil y una capa extra más que habitual en las apps que utilizan los principales bancos del país. 

En unas vacaciones no se suele escatimar. El descanso es una de las grandes zanahorias del modelo económico occidental: trabaja duro y vencerás. Pero un espíritu afanoso se queda en nada sin políticas de ahorro cotidianas, y aquí entra en escena Goin, una app que permite reunir unos euros a partir de métodos como el redondeo y las retenciones automáticas.

Una vez instalados en la ciudad cuidadosamente elegida semanas o meses atrás, lo lógico es promover cierto equilibrio entre el descubrimiento histórico-artístico y la evanescencia del mejor ocio. Para cubrir la primera necesidad presentará su candidatura GuruWalk, tours guiados gratuitos en urbes vecinas como Barcelona, Roma, Florencia, Viena y Budapest; y otras remotas como Buenos Aires, Sídney, Vancouver o Pekín. 

El ritmo de la noche

La segunda mitad del pastel la cocinará Fever, cuyo radar sondea qué se cuece en la vida nocturna y musical de Nueva York, París o Lisboa. Unos 15 millones de personas utilizan esta app semanalmente en el que constituye otro caso de éxito para el ecosistema español, ya que la empresa fundada por Pep Gómez trasladó su sede a Nueva York y ha levantado a lo largo de su historia (nació en 2014) la friolera de 409 millones de dólares.  

Si, de hecho, el viaje se materializa dentro de las fronteras hispanas y el viajero/explorador se decanta en efecto por asistir a un evento, no tendrá que preocuparse por el intrincado asunto de las bebidas/comidas, las colas y el pago: Gopick permite ordenar y desembolsar desde el móvil, esquivar la espera e incluso recibir el pedido en la butaca mientras Hozier entona Take me to the Church. 

¿Volver?

Existen espíritus tan inquietos que durante el proceso viajero evalúan atentamente la posibilidad de convertir el lugar que visitan en una residencia temporal o permanente. Esta misión a veces imposible se moldea mejor de lo esperado con el auxilio de Spotahome, una plataforma de alquileres de media y larga duración que gestiona 200 millones de euros al año en arrendamientos. 

Lo normal, sin embargo, es que la rutina y las obligaciones acallen esos cantos de sirena y que el aventurero febril regrese a casa abatido y enrabietado. Parte de su losa mental la componen esos quehaceres cotidianos (planchar, limpiar, sacar al perro) tan alejados de la novedad. Para suavizar el regreso está la madrileña Webel, especializada en servicios a domicilio, clases particulares, cuidados y belleza o paseo de mascotas.