Cómo un colombiano sin recursos creó Íkualo, el neobanco que facilita la vida a los inmigrantes

La de Harold Correa es una historia digna de Jack Kerouac. Nacido en Colombia hace 47 años, aterriza en Madrid en 1999 con una pequeña maleta, 300 euros y el propósito de prolongar sus estudios en Europa. Correa llega sin papeles y sufre pronto un bofetón de realidad. Fuera del sistema le acorrala la falta de recursos. Duerme en albergues, iglesias y parques sometido a temperaturas gélidas o asfixiantes y trabaja donde puede, fregando platos, repartiendo paquetes, poniendo ladrillos. 

Dos años después obtiene el permiso de residencia y su suerte cambia. Recobra el objetivo formativo inicial y cursa dos másteres, uno en fintech en la Camilo José Cela y otro en negocios internacionales en Bilbao. Fruto de este cúmulo de experiencias y conocimientos es la fintech Íkualo. 

Esta startup de muy reciente creación (2023) está alojada en Lanzadera. Correa es CEO y cofundador, vive en Málaga y explica así la propuesta: «Queremos ser el primer neobanco para inmigrantes de Europa, un continente donde viven 23 millones de ellos y donde el 75% no tiene acceso a la banca. El 90% de mi equipo y yo vivimos ese problema en el pasado».

De momento, la app de Íkualo ofrece cinco productos: crear una cuenta bancaria con una tarjeta de débito asociada; obtener microcréditos (empiezan en 100 euros y alcanzan los 3.000); ejecutar transferencias internacionales; pagar los suministros de agua, luz y gas en el país de origen; y contratar los seguros de salud y repatriación. En cada caso la fintech cobra una modesta comisión por contrato cerrado u operación materializada.  

El requisito mínimo indispensable para utilizar la aplicación es abrirse una cuenta. Para ello hay que aportar el pasaporte y un recibo o el certificado de empadronamiento. Íkualo comprueba mediante una videollamada que la persona es quien dice ser y recurre a inteligencia artificial, machine learning y big data para asignar al cliente una puntuación crediticia en función de su historial de pagos en origen. 

Masa social

En 2007, mientras estudiaba en Bilbao, Correa creó un medio de comunicación, Única FM, que repartía sus esfuerzos entre la radio y el papel y llegó a una cantidad tremenda de inmigrantes. Más de 1,5 millones se suscribió a su newsletter y esta audiencia fue la base de los 39.000 clientes que actualmente suma la startup. 

Las nacionalidades mayoritarias de los usuarios son Venezuela, Argentina, China, Rusia, Brasil, Colombia, Paraguay, México y Marruecos. La app funciona en seis idiomas (español, inglés, francés, alemán, portugués y árabe) y en los próximos meses se abrirán dos nuevos mercados (Reino Unido y Portugal). 

Próximos hitos

A finales de febrero se anunciará una ronda de inversión donde participarán dos fondos españoles de venture capital, uno estadounidense y otro latinomamericano. Hasta la fecha, la triple efe y «ciertos business angels de renombre que han respaldado a empresas que acabaron siendo unicornios» han constituido el soporte principal de Íkualo. 

El armazón tecnológico, nutrido de algoritmos, experimenta en paralelo futuras funcionalidades, entre ellas los pagos «mucho más fiables y rápidos» a través de blockchain y la posibilidad de ofrecer productos más personalizados. 

Estoico y optimista

«Vengo de una familia de bajos recursos, pero desde niño he sido muy resiliente. Soy disléxico y el aprendizaje era complicado para mí. Eso me condujo hacia los libros. Con la lectura descubrí que muchas personas han conseguido sobreponerse a lo largo de la historia a la adversidad. Me quedo con una frase de Epícteto: ‘He sido un hombre muy afortunado porque nada en la vida me ha sido fácil’. En España hay muchas oportunidades, es un ecosistema que aún estará más arriba en Europa. Las puertas están abiertas a la innovación y los hubs mejoran. Amo este lugar», resume con este pasaje brutalmente inspirador Correa.