Así estrechan el cerco al consumidor las Big Tech americanas (no es extrapolable a España)

Ocho de las diez empresas más valiosas del mundo pertenecen a EEUU. En un país donde los downtowns son colonizados por miles de personas sin techo y con problemas de drogadicción (San Francisco es el mejor ejemplo), la tecnología emerge como el último bastión del sueño americano.

Si se aplica una criba y se descartan la bastante industrial, razonablemente innovadora y parcialmente sostenible Tesla y la archiconocida y omnipresente Visa, quedará sobre la mesa un sexteto tech: Apple, Microsoft, Alphabet/Google, Amazon, Nvidia y Meta.

Apple vale hoy unos 2,72 billones de euros. Sus ingresos anuales ascienden a 347.000 millones de euros. Así se divide la tarta de la facturación: el iPhone aporta el 52,3% del total, la división de servicios (Music, TV, Pay) un 22,2%, los wearables (Apple Watch, Airpods) un 10,4%, los ordenadores un 7,7% y el iPad un 7,4%. 

Microsoft no anda muy por detrás en tasación. Su valor de mercado rebasa los dos billones y la facturación sobrepasa los 192.000 millones, con sus productos de servidor y cloud (37,7%) y el paquete Office (23%) como principales contribuyentes.  Alphabet ocupa la tercera plaza estadounidense y la cuarta mundial (1,21 billones). Su servicio estrella es el buscador de Google, que representa el 57,4% de sus 256.000 millones de facturación.

Justo después aparece Amazon, valorada en 980.000 millones de euros pero reina indiscutible de los ingresos (466.000 millones al año) incluso por delante de Apple. Su marketplace contribuye a hacer caja (42,8%) notablemente más que sus servicios a proveedores (22,9%) o Amazon Web Services (AWS, 15,6%).  

La menos mediática Nvidia (641.000 millones de valoración), especializada en procesadores gráficos y computación de alto rendimiento, factura 24.500 millones impulsada por esa dupla bien distribuida (44,1% versus 55,9%); mientras que Meta (543.000 millones) debe casi enteramente a la publicidad (98,1%) sus 106.000 millones ingresados. 

El poder de la geografía

¿Dónde ubican sus sedes principales estos seis monstruos? Apple en Cupertino, Google en Palo Alto, Nvidia en Santa Clara, Meta en Menlo Park y sólo Microsoft en Redmond (Washington) y Amazon en Seattle. Una lectura historicista señalaría que parte del músculo big tech americano procede de la audacia, el talento y el sistema educativo, y otra parte de las fuerzas que confluyeron en el territorio, incluido el Departamento de Defensa. 

Lo que se esconde a simple vista

Pero bajo el felpudo hay otra razón para explicar esta brutal hegemonía económica. El sexteto borda un círculo de productos y servicios formidable y complementario. Apple es famosa por su ecosistema: el comprador adquiere un Mac, se lanza a por un iPhone y termina con un reloj y unos auriculares para tenerlo todo a mano y encerrarse a la vez en su propia jaula. 

Pues bien, esos artilugios de última generación sirven, entre otras cosas, para gastar varias horas al día en redes sociales como las que gestiona Meta (Instagram, Facebook y en cierta medida incluso Whatsapp) y han sido probablemente adquiridos gracias a una oferta de black friday o cyber monday aparecida en alguno de los portales de Amazon, como siempre bien situados en los buscadores de Google cuando de cazar gangas se trata. Tampoco es descabellado pensar que el internauta haya cerrado la operación desde un PC montado con procesadores de Nvidia.

¿Por qué ellos sí y nosotros no?

Según el ránking Global 500 de Fortune, siete marcas españolas figuran entre las más valiosas del planeta. Son Santander, Zara, Movistar, BBVA, Mercadona, Caixabank y Repsol. Que el país no pueda compararse con EEUU por cuestiones de tamaño es obvio. Tampoco parece, sin embargo, que proceda inspirarse en el círculo virtuoso de su Sexteto Invencible. Si allá la tecnología es el principio motor, aquí es todavía un elemento subsidiario que no depara sinergias colosales.