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Economía

Un impuesto reactivado por Ribera propinará un golpe de 75 millones de euros a la gran industria

El sector espera un año de incertidumbre y subraya la dificultad para competir con Francia y Alemania

Un impuesto reactivado por Ribera propinará un golpe de 75 millones de euros a la gran industria

La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera. | Eduardo Parra (Europa Press)

Un tributo reactivado este año por la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, supondrá un golpe de 75 millones de euros, según los datos que manejan en el sector de la gran industria. Se trata del impuesto sobre el valor de la producción de energía eléctrica, que está fijado en el 7% y que desde el pasado enero –y de forma escalonada– grava la generación energética de las eléctricas, y que más tarde estas repercuten, entre otros, a la gran industria.

El ministro de Industria, Jordi Hereu, se reunió nada más tomar posesión de su cartera con la patronal de automóviles (uno de los lobbies más potentes del país). Con el paso de las semanas ha ido concretando el resto de encuentros. Así, hace unas semanas conoció a la patronal de industrias de gran consumo (conocida por las siglas de AEGE) en un encuentro con el sector sobre el Perte de Descarbonización Industrial, donde se anunciaron nuevos lanzamientos de ayudas.

«La vuelta del impuesto a la generación eléctrica supondrá en el mercado un efecto del orden de cuatro o cinco euros megavatio hora más a partir del próximo 1 de julio, que es cuando se alcanza el 7%. Una cantidad que para la gran industria supondría un pago extra de 75 millones de euros. Aunque el tributo está dirigido a las energéticas, que es quien lo liquida ante el Ministerio de Hacienda, esta más tarde lo repercute a sus clientes, o bien a través de las compras que haga una industria a mercado o a través de contratos a plazo. Esto nos penaliza notablemente porque ese impuesto no lo tienen en otros países«, aseguran fuentes industriales.

Esta situación ha generado cierto escepticismo en el sector: «Al final lo que hace es desincentivar el consumo eléctrico. En Francia, por ejemplo, el Gobierno ya le está dando continuidad a los sistemas de precios para la industria, con precios estables, conocidos y competitivos por periodos largos de tiempo. Esto ayuda mucho a una industria que busca tomar decisiones de inversión y transformarse. En cambio, cuando uno está sujeto a un montón de incertidumbre y variables las decisiones se postergan».

Por otro lado, desde la industria se muestra escéptica sobre el futuro de España sin la energía nuclear. «La nuclear, como pasa en Francia, es una tecnología de producción que encaja a la perfección con el patrón de consumo de la industria. Para nosotros es atractiva. Las energías renovables no son predecibles y las que sí lo son –como, por ejemplo, la fotovoltaica– por la noche no producen. En cambio, una central nuclear te opera todo el año, durante todas las horas, como hace también la industria, además, de que es una tecnología predecible.

Año de incertidumbre

Pedro González, director general de AEGE (asociación de empresas con gran consumo de energía), hace un repaso para este periódico sobre la situación de la industria hoy. «El año 2023 fue negativo en términos de consumo eléctrico, con una caída final del 8% en la gran industria. Aunque en el último trimestre sí hubo una ligera mejora. La bajada en los precios de los derechos de Co2 y los del gas natural se tradujeron en un menor precio en el mercado eléctrico, que ha hecho que se pudiese remontar un poco la situación. Para este año, la bajada de los precios es una noticia positiva, pero estos siguen estando en unos niveles muy altos para la industria electrointensiva», asegura González.

«Llevamos acumulados una media de 71 euros megavatio hora y con esos precios es imposible competir en el ámbito internacional. Cuando nos comparamos con Europa, la desventaja que tenemos con consumidores franceses y alemanes ha aumentado a pesar de la bajada de los precios en el mercado mayorista. El año se presenta con incertidumbre. Estamos viendo cómo las medidas que se habían arbitrado hasta ahora llegan a su fin y otras que llegan, como la reintroducción del impuesto de generación eléctrica del 7% y la reducción del 80% de los peajes que, de momento, solo va a estar hasta junio. Estos dos elementos junto con unas ayudas de compensaciones de Co2 que se han reducido a la mitad nos abre una brecha competitiva muy grande con nuestros competidores», sentencia.

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