De deportista de élite a máximo directivo en España del unicornio Wellhub
Santiago Ferrada dejó la natación para dedicarse a los negocios: ahora tiene 120 empleados y más de 15.000 clientes
Santiago Ferrada practicando natación en aguas de las Islas Cíes. | www.lifeferrada.com
Santiago Ferrada tenía diez años cuando se celebraron los Juegos Olímpicos de Barcelona (1992). Tal fue el impacto del evento, que el chaval tuvo clara su aspiración: quería ser, también él, un atleta de élite.
Con el paso del tiempo destacaría como nadador de largas distancias y triatleta. Varias veces campeón de España, en su historial destacan asimismo algunas travesías de renombre como la de la Isla de Manhattan (48 kilómetros en aguas abiertas) o la que conecta Capri y Nápoles (37 kilómetros). Nunca conseguiría, sin embargo, participar en unos Juegos, en parte porque sus deportes de cabecera tardaron en engrosar el listado oficial.
Ferrada es hoy el responsable de Wellhub en España. Hasta el pasado 4 de abril, este unicornio de origen brasileño y sede en EEUU, valorado en unos 2.200 millones de euros (datos de Dealroom), se llamaba Gympass y estaba planteado como un B2B para que las empresas ofreciesen a sus empleados acceso a infinidad de gimnasios bajo la fórmula del copago.
El cambio de nombre no es casual. «Nuestro marketplace da servicio a más de 15.000 empresas en todo el mundo, pero ahora es holístico. No somos un pase de gimnasio. Somos una plataforma de bienestar», explica Ferrada.
Si Cobee, la startup madrileña, permite a las compañías ofrecer en un único lugar diferentes beneficios a sus empleados y comprobar si dichas ventajas se usan efectivamente, la fórmula de Wellhub lo abarca todo, desde los gimnasios que ya estaban en nómina hasta rocódromos, piscinas, clases de baile o pilates, nutrición, atención psicológica y pautas para conciliar el sueño.
Esos más de 50.000 espacios disponibles a lo largo y ancho del globo pueden observarse desde la app del mismo modo que Google Maps se utiliza para localizar un restaurante o una gasolinera. En España, la compañía-cliente incluye muchos grandes nombres del IBEX y más allá (Factorial o Freepik también la usan).
Cuando la organización paga su parte, el profesional decide a qué plan se acoge. Los hay desde cero euros al mes hasta 149,99 euros. La plataforma también integra en su herramienta apps de terceros como Strava, Calm, Sleep Cycle, Fabulous e Instafit.
¿De verdad funciona?
«En nuestra sociedad hay demasiado malestar. Y esto castiga a las empresas, sometidas a más bajas médicas derivadas del estrés, la hipertensión o la obesidad. La economía actual se basa en la atención. Cientos de miles de marcas luchan por acapararla y la gente acaba haciendo dos o tres cosas a la vez. Esa adicción a las apps o las redes sociales implica inactividad, la inactividad significa menos productividad y al final las compañías pierden dinero. Si el malestar resta, es lógico pensar que el bienestar suma y que los trabajadores se sienten más comprometidos y motivados», reflexiona el directivo de Wellhub.
La magia del deporte
La idea del unicornio es salir a bolsa este año o el que viene. Su principal inversor es Softbank. Ferrada arrancó y consolidó el negocio en Chile, después en Argentina y al final en todo el cono sur. En enero de 2022 arranca su aventura en la división española. Durante el periplo, asegura, su pasado como atleta de élite le ha conferido una ventaja competitiva sobre otros jefes más convencionales. «Cuando hablo del deporte siempre destaco el propósito y la humildad. Si el líder tiene esas dos cosas, los empleados le seguirán. Y, claro, hay que escuchar otras opiniones, aceptar que muchos saben más que tú, y corregir tus propios fallos».
Ferrada gestiona en España una plantilla de 120 personas. Que el buen directivo y la armonía laboral son elementos vitales lo demuestran, a su juicio, dos estadísticas derivadas de los informes de Wellhub: el 90% de los trabajadores equipara en importancia su salario monetario y su salario anímico, y buena parte de quienes empiezan en una nueva compañía abandonan el barco en menos de tres meses.
