En esa agonía reciente, en ese sufrimiento natural con el que vive las últimas jornadas, el Atlético de Madrid ganó la Liga sobre el alambre, derrotado al descanso, vencedor al final y siempre líder durante 90 minutos de alta tensión, en los que sólo se vio campeón cuando Luis Suárez culminó la remontada frente al Valladolid, descendido, que inició el ingenio de Ángel Correa.
El resultado: en nueve minutos, del 58 al 67, el oscuro panorama del 1-0 pasó a la liberación del 1-2, porque el atacante argentino se inventó lo que suele crear con constancia últimamente, goles casi de la nada, y porque, en el 67, Luis Suárez aceptó el involuntario regalo de Sergi Guardiola para ejercer de líder, de campeón y de goleador.
Los merengues, dos puntos por detrás en la clasificación liguera, necesitaban obligatoriamente una victoria y esperar que el Atlético tropezara en Valladolid para poder ganar el campeonato, lo que finalmente no se dio.
El Atlético vuelve con este título a romper la hegemonía de Real Madrid y Barcelona en el campeonato español, como ya hiciera en 2014 cuando Diego Simeone se hizo con su primera Liga como técnico rojiblanco.
El ‘Cholo’ culmina de la mejor manera una temporada en la que ha sabido metamorfosear a su equipo en un conjunto más ofensivo en torno a Luis Suárez, el ‘regalo’ del Barça, sin perder solidez atrás.
Suárez volvió a ser fundamental este sábado en un partido, en el que el equipo del ‘Cholo’ se mostró nervioso y precipitado en la primera parte ante un Valladolid que desciende a segunda división.
Los ‘pucelanos’ sorprendieron a los rojiblancos con una rápida contra culminada por Óscar Plano con un tiro ajustado al palo, ante el que no pudo hacer nada Jan Oblak (18).
Un disparo de Luis Suárez sacado por el meta Jordi Masip (32) fue lo más cerca que estuvo el Atlético de empatar en la primera parte, antes de cambiar de cara en el segundo tiempo.