THE OBJECTIVE
José Carlos Rodríguez

La democracia cascarón

En un movimiento revolucionario y de mucho progreso, el presidente de Nicaragua Daniel Ortega, con los guantes de la Corte Suprema, despojó a Eduardo Montealegre la representación del Partido Liberal Independiente, la oposición. E impuso en su lugar a un tal Pedro Reyes, desconocido en su propio país, como su testaferro al frente del PLI. Éste dictó a los diputados de le obedecieran y aceptasen las decisiones del sandinismo. Y ellos, en un gesto de dignidad y respeto por sus electores, se han negado. Y entonces Ortega, con los guantes del Tribunal Electoral de Nicaragua, le ha privado a los representantes de la oposición de sus escaños, con lo que el sandinismo se queda con una mayoría búlgara en el Parlamento.

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La democracia cascarón

En un movimiento revolucionario y de mucho progreso, el presidente de Nicaragua Daniel Ortega, con los guantes de la Corte Suprema, despojó a Eduardo Montealegre la representación del Partido Liberal Independiente, la oposición. E impuso en su lugar a un tal Pedro Reyes, desconocido en su propio país, como su testaferro al frente del PLI. Éste dictó a los diputados de le obedecieran y aceptasen las decisiones del sandinismo. Y ellos, en un gesto de dignidad y respeto por sus electores, se han negado. Y entonces Ortega, con los guantes del Tribunal Electoral de Nicaragua, le ha privado a los representantes de la oposición de sus escaños, con lo que el sandinismo se queda con una mayoría búlgara en el Parlamento.

La fecha de las elecciones próximas se acerca con la cadencia inexorable de los días, y las personas que daban vida a la oposición no pueden presentarse a los comicios. Todo el poder para Ortega. Y para su mujer, que es la candidata a vicepresidenta. Tiene la sucesión familiar asegurada. Los hijos, mientras, enriquecen a la familia desde sus puestos en la Administración y haciendo negocios con la petrolera de Venezuela, que depende del mafioso Maduro.

Ortega ya ejerció la represión, o el socialismo, entre 1985 y 1990. Ha estado fuera del poder desde la victoria de Violeta Chamorro hasta 2007, cuando ganó las elecciones. Desde el poder cambió la Constitución en 2014. Habilitó la reelección indefinida y eliminó la segunda vuelta, por lo que el candidato más votado se lleva automáticamente la elección. Como ha destrozado a la oposición, carcomida por las luchas internas, tiene asegurada la reelección.

El socialismo del siglo XXI ha seguido siempre el mismo esquema. Mantiene el cascarón de la democracia, pero lo vacía de contenido. Y cambia las normas del juego desde el poder para que nunca haya alternancia. Es el mismo programa político que tiene Podemos para España.

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