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Enrique Calvet Chambon

Declaraciones separato-vascas

«Es curioso que España sea la única democracia conocida en la que el Gobierno se alía y ayuda a quienes proclaman querer destruir el bien común y la nación»

Opinión
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Declaraciones separato-vascas

El dirigente de EH Bildu, Arnaldo Otegi. | Europa Press

Si la semana pasada nos pasmábamos ante declaraciones de Doña Elvira Roca Barea que parecía sostener que España sin la región íbero catalana seguiría siendo España, lo que delataba la enorme confusión que reina sobre algo tan elemental como saber de qué concepto se está hablando cuando se está hablando de España y siendo este el concepto esencial para nuestra convivencia como ciudadanos unidos, libres, iguales y solidarios en democracia… basada en un Estado de Derecho, esta semana nos han interpelado dos declaraciones de otros tantos ilustres vascos separatistas sobre el mismo concepto.

Una de ellas proviene del gran Aitor Esteban, de los Esteban de toda la vida, que ha dicho (sic) «que el Rey de España no puede ejercer como el cancerbero de la unidad de España» criticando su discurso de hace cinco años, en su aniversario, sobre el secesionismo catalán desbocado. Todas las fuentes consultadas me aseguran que esa declaración la hizo en impecable estado de sobriedad y perfecto uso de sus neuronas abundantes. Pues la pregunta es: ¿en qué planeta ha conocido el gran Aitor una Nación o una democracia cuyo jefe de Estado, además de jefe supremo de las Fuerzas Armadas, no tenga como obligación esencial preservar la unidad e integridad de la Nación? En el planeta Tierra no, desde luego. No sabemos qué habrá estudiado, pero que alguien le hable de Lincoln, por si acaso. El caso es que una vez más nos encontramos con un español de cierta relevancia política que parece no tener ni idea de lo que es una Nación Constitucional, en este caso una vieja Nación como España, ni cuál es la obligación primaria de cualquier jefe de Estado.

«Aquí no hay más que destruir España como conjunto de ciudadanos unidos, libres e iguales»

Sobre estas nos llegó un vídeo de otro separatista de Vascongadas, terrorista convicto, de nombre Otegi (pronúnciese Otegui y no Oteji, vaya Ud. a saber por qué) en el que afirma que esta «neo izquierda» (sic) de ahora podrá tener el apoyo de los vascos fetén (los separatistas y filoterroristas), además de gozar ya de toda su simpatía, para hacer de España una verdadera democracia laica, republicana y woke siempre y cuando sea previamente una España «rota» (palabra genuina utilizada), requisito indispensable. Apreciamos dos aspectos positivos en esas declaraciones. Primero apreciamos el socarrón humor de llamar a todo el totum revolutum del arco político que engloba el sanchismo (no el PSOE), el Podemismo, el Comunismo, el Maspaisismo, el Compromisismo, y otras hierbas «neo izquierda». Él sabe sin duda que todo eso es contrario a los valores del republicanismo (libertad, igualdad, solidaridad) y de la izquierda democrática, que él ha combatido con medios asquerosos. Tiene gracia subrayar lo de «neo izquierda», y clarifica. Lo segundo que conviene ponderar es la franqueza y nitidez de la exposición de motivos: el objetivo es romper España y déjese de gárgaras de que si el jefe de Estado no tiene obligaciones, o de que si el Estado no es Nación, o de que si España es federal y otras fruslerías, aquí no hay más que destruir España como conjunto de ciudadanos unidos, libres, solidarios e iguales en derechos, y punto.

Pero de nuevo nos enfrentamos a un disparate colosal o a una trampa intelectual penosa. Si para conseguir una España democrática, laica y «republicana» (como forma de Estado, no por los valores republicanos) es indispensable «romper» España, ¿qué es España? Desde luego no la España Constitucional, ni el conjunto de los ciudadanos españoles, ni lo que millones de españoles han forjado en siglos o milenios de Historia. Si se rompe España, ésta desaparece y surgirán varias otras cosas, lo que no sería nada favorable para el bien común. Nos maliciamos que Otegi lo sabe, pero ¿lo sabe nuestro Gobierno nacional, ahora su aliado, responsable de mantener la unidad nacional y luchar por el bien común de los españoles? ¿Lo sabe Sánchez?

Porque también es curioso que España sea la única democracia conocida en la que el Gobierno se alía y ayuda a quienes proclaman querer destruir el bien común y la nación al que la propia democracia de ciudadanos ha encargado la misión de protegerla.

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