THE OBJECTIVE
Joaquín Leguina

Una campaña incomprensible

«El sanchismo está imponiendo un debate político desabrido y de muy baja calidad dialéctica, que busca permanentemente el enfrentamiento con la derecha»

Opinión
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Una campaña incomprensible

Una campaña incomprensible.

Para un veterano como yo hay hechos y discursos políticos que resultan incomprensibles y en primer lugar está un hecho: el deterioro de las instituciones provocado desde el Gobierno. Para comenzar ahí está la invasión que desde el Ejecutivo se está realizando y no sólo sobre el Poder Judicial (el nuevo Tribunal Constitucional parece trabajar a la orden de Sánchez) sino también sobre instituciones del Estado que no están a las órdenes del Gobierno. El más escandaloso ejemplo lo ha provocado un individuo indeseable llamado José Félix Tezanos que ha puesto a las órdenes de Sánchez las encuestas electorales.

Por no hablar del abuso del decreto-ley y de las proposiciones de ley. En palabras del Círculo Cívico de Opinión, «postergación del Congreso de los Diputados, y no solo como órgano de control del Ejecutivo: el áspero enfrentamiento entre las fuerzas políticas lo han convertido más en una caja de resonancia de la crispación dominante que en el órgano deliberativo y legislador que debería ser (…). Se da incluso la paradójica situación de que, entre los partidos políticos que permiten la gobernabilidad, algunos –Unidas Podemos, ERC y Bildu– no creen en las reglas ni en el modelo de Estado diseñados para llevarla a cabo».

Por otro lado, es el sanchismo quien está imponiendo un debate político desabrido, carente de interés y de muy baja calidad dialéctica. Una forma de discurso que busca permanentemente el enfrentamiento con lo que ellos llaman derecha y extrema derecha (no deja de ser curioso que un periódico venido a menos como lo es El País predique contra la extrema derecha, es decir, contra Vox, y sin embargo jamás se hable de una extrema izquierda que, al parecer, no existe).

Y a este respecto, ¿qué piensa la ciudadanía? ¿Qué pasa en la calle? Según los datos de segundo nivel del CIS, en 2004 la confianza de los ciudadanos en el sistema de gobierno- oposición llegó a más del 50% y diez años más tarde cayó al 20%. Examinando la serie temporal del mismo CIS que mide la «confianza ciudadana en el sistema gobierno- oposición» desde 1997 se comprueba que ese de confianza era cercano o superior al 50% hasta el año 2004, cuando alcanzó un máximo próximo al 60%. Pero inmediatamente empezó a descender ininterrumpidamente, hasta colocarse cerca del 20% diez años más tarde.

«Franco también quiso congelar los alquileres. ¿Y qué consiguió? Pues que el mercado de alquiler se redujera al mínimo»

Pero volvamos a la actualidad, es decir, a esta disparatada precampaña electoral con la vista puesta en el próximo 28 de mayo. ¿Qué está pasando? Pues que alguien como Pedro Sánchez, que no ha promocionado ni una sola vivienda pública en los cinco años que lleva en el Gobierno, se lanza a la palestra prometiendo no sé cuántos miles de viviendas que, en ningún caso, podrá poner en pie antes de las elecciones generales. ¿Qué promesa es esa? ¿Qué pretende sino confundir a la ciudadanía? Luego lanza una Ley de Vivienda que invade competencias de las CC AA y de los ayuntamientos y que, en cierta medida, ataca a los propietarios de viviendas privadas. Fue Franco quien, también, quiso congelar los alquileres de viviendas. ¿Y qué consiguió? Pues que el mercado de alquiler se redujera al mínimo en España. Pues por ahí parece querer ir Sánchez. ¿Y qué decir de la batalla ecologista lanzada desde el Gobierno en torno al agua del parque de Doñana? Problema sin resolver desde hace muchos años, de los cuales el PSOE estuvo la mayor parte de ese tiempo tanto en el Gobierno nacional como en el de Andalucía.

En fin, que para una persona como yo esta campaña electoral se presenta más ininteligible que nunca. Yo quisiera que en mi municipio se hablara de la vivienda, sí, pero también de los ruidos que hay en el centro de Madrid, de las multas a los coches que no han hecho nada malo, de las bicis que no funcionan y no de lo que se le ponga en las gónadas a Pedro Sánchez.

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