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Francisco Sierra

El veneno de la democracia

«Hay que cambiar la ley electoral para poner más requisitos en el voto por correo, de manera urgente y con el apoyo unánime de todas las fuerzas políticas»

Opinión
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El veneno de la democracia

Papeletas de voto. | Europa Press

Las cosas buenas hay que cuidarlas, sobre todo, para que sigan siendo buenas. Y hay que cuidar la democracia. Con todo el entusiasmo y cariño que se pueda y también con todo el peso de la ley que haga falta. No se puede permitir que nada ni nadie cree sombras. Nada hay más perverso y dañino para un estado de derecho que la desconfianza porque siempre acaba provocando su deterioro irreversible. Y si hay un momento en que todos tenemos que confiar plenamente en nuestro sistema y en nuestras instituciones es en el momento de votar. Nada puede ensuciar, ni siquiera empañar, la limpieza y transparencia que hay en el hecho de votar. Cuando la ciudadanía expresa su voto es el momento más sagrado de la democracia.

Noticias como las que llegan sobre fraude electoral de Melilla o de Mojácar, o las que se investigan en Barcelona, son veneno puro en esa confianza. Y hay que erradicarlo rápido porque desgraciadamente las malas hierbas crecen y emponzoñan a los más incautos o ingenuos hasta convertirlos en abducidos fundamentalistas como ocurre con millones de norteamericanos hechizados por las mentiras de Trump. 

Es doloroso recordar que los fraudes electorales en Melilla no son nada nuevo. Hace tan solo dos años el Tribunal Supremo confirmaba la condena a dos años de cárcel para el líder de Coalición por Melilla, Mustafá Aberchán, por la supuesta compra de votos emitidos también por correo en las elecciones al Senado de 2008. Una condena que afectaba también a su por entonces socio, el ex secretario general del PSOE de Melilla, Dionisio Muñoz Pérez. 

Ahora son el yerno del líder del CpM y el consejero de Distritos, Juventud y Participación ciudadana de la ciudad autónoma de Melilla, con otras ocho personas más, los detenidos y acusados de delito electoral y pertenencia a grupo criminal. Un partido cuyo líder firmaba hace apenas unas semanas el Acuerdo del Turia con varias fuerzas izquierdistas de la futura Sumar, como Más País o Compromís, del que la CpM ha sido ya expulsada. Pero lo triste es que admitieron a un político con condena firme del Supremo por fraude electoral. ¿No investigaron, no lo sabían o no les pareció determinante? La democracia hay que cuidarla. Por cierto, ni dos minutos han tardado Ione Belarra e Irene Montero en sacar la artillería contra sus colegas de izquierda, por esa flexibilidad a la hora de aceptar al condenado líder de la CpM.

«Hay que erradicar este problema rápido porque desgraciadamente las malas hierbas crecen y emponzoñan a los más incautos o ingenuos»

Trece años han pasado y la trama organizada sin miedo o sin complejos, había crecido hasta el punto de que esta vez aspiraban a llegar al 20% del censo melillense. Un porcentaje que les daría el triunfo o el control total de Melilla. La eficiencia de las fuerzas de seguridad del Estado, Guardia Civil y Policía Nacional, han conseguido evitar este pucherazo que tiene además ramificaciones que algunos apuntan a las sombras de Marruecos. 

Algunos lo relacionan con Marruecos. Se conoce ahora que el CNI tenía constancia desde hace semanas de las reuniones que personas muy cercanas al líder de CpM han tenido con agentes del gobierno de Marruecos. Reuniones en Rabat que fueron seguidas e identificadas por los servicios de Inteligencia español justo en las semanas previas a la campaña electoral y en el fraude electoral de compra de votos. Nada más se puede colegir, pero el hecho inquietó al CNI.

Las investigaciones policiales siguen abiertas y parece que dos de los detenidos de Melilla podrían no estar vinculados con la CpM sino con el Partido Popular, según fuentes policiales que cita la cadena SER. A la espera de confirmaciones sobre este hecho lo cierto es que no es sólo Melilla y la CpM. Se dijo por ejemplo que esta trama melillense llegaba a Barcelona y ahora fuentes policiales dicen que estos intentos de soborno a funcionarios de Correos en la Ciudad Condal no están vinculados con Melilla. No se sabe de momento quienes estarían detrás de esta trama que sigue abierta en Barcelona.

Más claras parecen las cosas en Mojácar, donde la Guardia Civil ha detenido ya a siete personas, entre ellas el número 2 y el número 5 de la lista del PSOE en la ciudad en una nueva operación contra la compra de votos para las elecciones del domingo 28 de mayo. Parece ser que se ofrecían hasta 250 euros por voto, más que en Melilla donde se pagaba entre 100 y 150 euros. 

De momento no hay más casos de fraude. No parece probable que las haya. Más bien, no se sabe. No debería. No puede haberlas. Y si hay que cambiar la ley electoral para poner más requisitos en el voto por correo, hágase. Y de manera urgente. Lo antes posible y con el apoyo unánime de todas las fuerzas políticas. Es vital para ellas y para la confianza en la democracia. Que nadie envenene la confianza.

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