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El Gobierno cifra en 68 las macrogranjas con más de 10.000 animales en España

El porcentaje de estas infraestructuras no alcanza el 0,1% del total. No existe ninguna de esa envergadura que aloje ganado bovino

El Gobierno cifra en 68 las macrogranjas con más de 10.000 animales en España

Cerdos en una macrogranja. | Darryl Dyck (Zuma Press)

El Gobierno despeja la incógnita de las macrogranjas. España roza el millón de explotaciones ganaderas, pero solo 68 superan los 10.000 animales. Ni siquiera alcanza el 0,1% del total. La mayoría están ubicadas en Aragón, pero también existen en otras siete regiones. Por sectores, 54 son de porcino y 14 de ovino. No hay ninguna infraestructura de esa envergadura de ganado bovino. Así lo revela el Ejecutivo tras una pregunta del diputado no adscrito Pablo Cambronero.

El término macrogranja no cuenta con una definición técnica ni legal en nuestro país. Algunas regiones usan el concepto para nombrar a instalaciones que sobrepasan los 400 animales, pero otras lo hacen a partir de las 2.000 cabezas de ganado. La falta de una definición clara también complica la comparación entre los países de nuestro entorno. «Hay un censo ganadero, pero no existe categorización», lamentó Elisa Oteros, de Ecologistas en Acción, en este periódico. 

Discrepancias sobre las macrogranjas

El Gobierno estima que cualquier explotación con más de 10.000 cabezas debe considerarse como macrogranja. Pero el número no es el único factor que marca la calificación. También se tienen en cuenta las condiciones en las que viven los animales y el espacio del que disponen. El Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes, creado por la UE para controlar el impacto de la ganadería industrial, considera como intensivas las granjas que superan las 40.000 aves de corral y los 2.000 cerdos de producción.

Pablo Cambronero, diputado del grupo no adscrito que abandonó Ciudadanos, registró el mes pasado una pregunta en el Congreso para conocer el número de estas explotaciones que existen en nuestro país. Lo hizo tras trascender una polémica entrevista del ministro de Consumo, Alberto Garzón, en el diario británico The Guardian.

Garzón durante un acto en noviembre. | Foto: Cezáro de Luca (Europa Press)

«La cría extensiva es un medio de ganadería ambientalmente sostenible con mucho peso en partes de España como Asturias, algunas zonas de Castilla y León, Andalucía y Extremadura». Estas palabras de Garzón generaron una controversia sin precedentes. En su opinión, porque fueron malinterpretadas por algunos actores interesados, que metieron en el mismo saco a todas las explotaciones y acusaron al ministro de denostar la carne española.

La revista del sector cárnico fue la primera en denunciar las declaraciones del ministro. Inmediatamente se hizo eco el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, que enfilaba unos comicios autonómicos en una región con gran actividad ganadera. Sin embargo, solo ocho de las 68 macrogranjas están en esa comunidad. Seis son de ganado porcino y dos de ovino, según la respuesta ofrecida por el Gobierno a Cambronero a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE.

Legislar la industria

La mayoría de estas instalaciones se encuentran en Aragón, hasta 18, de las que 16 son de cerdos y solo dos de ovejas. En Castilla-La Mancha hay 12 (nueve de porcino, tres de ovino), en Andalucía 11 (ocho y tres), en Murcia 10 (siete y tres), dos en Navarra (una y una) y otras dos en Valencia, ambas de ganado porcino. Las tres que se encuentran en Murcia son de ovino. Ninguna explotación de bovino alcanza el número de 10.000 cabezas en nuestro país.

«Esta respuesta demuestra que Garzón alertó de algo que no existía. Estableció una causa general y atacó al sector», reconoce Cambronero. El diputado considera que el crecimiento de estas instalaciones puede suponer un problema en varios ámbitos, incluido el de la contaminación. Por eso cree que es necesario legislar «para regular una industria que no está regulada».

Patas de jamón ibérico en una empresa de Extremadura. | Foto: Diego Casillas (Europa Press)

Las macrogranjas forman parte de la llamada ganadería industrial o intensiva, un sistema de cría de animales con alta densidad que utiliza maquinaria moderna y piensos para obtener la mayor rentabilidad posible. La ganadería extensiva, modelo que defiende Garzón, emplea métodos tradicionales de explotación ganadera y, según el ministro, «protege el medioambiente, crea empleo, fija a las personas en los territorios, es sostenible y deseable».

Los ganaderos sostienen que el modelo de macrogranjas en sentido estricto no ha llegado aún a España. Ponen como ejemplo el caso de Noviercas, el municipio de Soria donde una empresa proyecta reunir a 23.000 vacas. En nuestro país hay más de 60 millones de animales repartidos en 969.193 explotaciones ganaderas, según datos del Sistema Integral de Trazabilidad Animal (SITRAN). Sin embargo, no existe una trazabilidad que permita saber la carne que consumimos y el tipo de instalación a la que corresponde.

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