Reuniones secretas de espías... hasta en España

Gran revuelo: espías de 20 países se han reunido en secreto en Singapur. ¿De qué narices han hablado? ¿Quiénes han sido los asistentes? ¿Había representantes de países ‘enemigos’? ¿O era una reunión entre naciones ‘aliadas’? En el mundo de los servicios de inteligencia, de los espías, estos encuentros son más habituales de lo que piensa la mayoría de la gente, intentan siempre pasar desapercibidos, y asumen que competir y colaborar son verbos que deben conjugar en paralelo.

Los representantes de los servicios se reúnen en cualquier país del mundo para debatir asuntos concretos de la situación mundial como hacen, por ejemplo, los médicos especialistas en corazón. Pero mientras de todos es conocida la popularidad que rodea a los congresos sobre cirugía cardiovascular o sobre cualquier otra especialidad, en el caso de los espías, como es natural en una profesión que se mueve en las sombras, nunca nadie tiene noticias de sus peculiares concentraciones.

A veces hay filtraciones, normalmente procedentes de otros estamentos. La primera vez que supe de un encuentro entre espías de varios países se había celebrado unos días antes, entre el 4 y el 8 de mayo de 1991, en Granada. Debió ser uno de los guardias civiles encargados de la seguridad el que se lo contó a un amigo periodista.

Me fui a Granada a la búsqueda de la confirmación de una reunión en la que estuvieron presentes la alta dirección del servicio español y sus colegas de países como Gran Bretaña, Italia, Francia, Alemania y Canadá. Descubrí algo que os quiero contar: en el hotel La Bobadilla, el más lujoso de la zona, en el que sospechamos que se podían haber reunido, había una ley del silencio, nadie del personal recordaba que la reunión se hubiera celebrado allí, no recordaban nombres y las fotos, que les hizo el fotógrafo de más prestigio en la comarca, habían desaparecido, incluido los negativos.

Tuvimos que usar artes especiales para demostrar que la reunión había sido allí y quiénes eran los agentes españoles que habían asistido. Tiempo después, una fuente del entonces Cesid me contó que anualmente participaban en varios encuentros de lo que él llamó clubes con intereses temáticos o sectoriales. Por ejemplo, agencias de países preocupados en el terrorismo yihadista cambian permanentemente información y de vez en cuando se reúnen bilateralmente o en grupo. Igual en otros asuntos con gran repercusión.

Espías de China y EEUU juntos

Es más fácil entender una reunión de espías occidentales, que teóricamente comparten los mismos objetivos, que un encuentro entre servicios secretos abiertamente enfrentados. La realidad, sin embargo, está perfectamente reflejada en un dicho del mundo secreto: «No hay servicios amigos o enemigos, solo hay otros servicios».

Volviendo al caso español, hay un hecho que fue relevante y que puede ayudar a entenderlo. En el espionaje masivo sacado a la luz por Edward Snowden, el que fuera analista de la CIA y la NSA, nos enteramos de que Estados Unidos espió a España y a la mayor parte de sus aliados. Pero también supimos que los americanos y los españoles eran aliados en el espionaje tecnológico a países como Marruecos. En materia de inteligencia, para unos temas somos amigos y en otros enemigos.

Los servicios secretos, una vía diplomática

En el caso de China y Estados Unidos, cuyos jefes del espionaje han estado reunidos en Singapur, hay que tener muy presente que cuando hay grandes conflictos la última vía que se rompe entre países enemigos, cuando ya los diplomáticos no hablan entre sí, es la de los servicios secretos.

Durante los años 80, antes del reconocimiento por parte española de Israel, las negociaciones para preparar ese paso las llevaban los espías judíos del Mossad y los españoles del Cesid. Incluso el servicio mandado en esos momentos por Emilio Alonso Manglano les buscó una casa para que montaran su primera sede en Madrid, todavía de una forma no oficial.

El papel de los servicios de inteligencia va más allá del puro espionaje. Las guerras contra mafias, poderes económicos, terroristas o países enemigos se llevan a cabo aunando fuerzas con los socios y no se renuncia a hablar con los enemigos.