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Robles no encuentra a un general de cuatro estrellas para dirigir la principal orden militar

La titular de Defensa se topa con la negativa de varios exjefes militares a sustituir a Jaime Domínguez Buj al frente de la Orden de San Hermenegildo

Robles no encuentra a un general de cuatro estrellas para dirigir la principal orden militar

La ministra de Defensa, Margarita Robles, con el gran canciller de la Orden de San Hermenegildo, Jaime Domínguez Buj. | Flickr M.Defensa

La ministra de Defensa, Margarita Robles, no encuentra quién sustituya al general Jaime Domínguez Buj como gran canciller de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo. Una tarea que se ha complicado sobremanera en las últimas semanas, según relevan fuentes militares a THE OBJECTIVE, por la negativa de varios exjefes de las Fuerzas Armadas a dirigir este importante órgano del ministerio cuando el citado general pase a la condición de retiro a principios de abril.

Robles mantuvo el pasado jueves una reunión en su despacho con Domínguez Buj para analizar esta situación, si bien la ministra no mostró sus cartas sobre cómo pretende resolver el problema, según explicó el gran canciller a algunos vocales de la Orden al término de la misma.

La Orden de San Hermenegildo está compuesta por generales, oficiales y suboficiales, y tiene como misión apreciar «la constancia en el servicio y la intachable conducta» del personal militar a la hora de recompensar y distinguir dentro de la misma a miembros de los tres ejércitos y la Guardia Civil. El soberano de la orden es el Rey, pero el responsable de dirigir la gestión y tramitación de los asuntos es el gran canciller. Y este último tiene que ser un general de cuatro estrellas.

Robles aprobó un real decreto en agosto de 2020 que desarrolla el reglamento de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo. En él se determinó que los vocales permanecen en la Asamblea de dicha orden un máximo de seis años. Cumplido ese tiempo, cesan y pasan a la situación de retiro. Domínguez Buj fue nombrado vocal el 8 de abril de 2017, por lo que dentro de un mes y medio tendrá que dejar tanto el cargo de gran canciller como de vocal, según adelantó El Confidencial Digital en enero.

Robles se encuentra sin apenas banquillo

Al frente de la principal orden militar tiene que estar alguien con el máximo empleo en cada ejército: general de Ejército (en Tierra), almirante general (de la Armada) o general del Aire. Y Robles se ha encontrado que apenas tiene banquillo de candidatos. En la actualidad, solo hay tres personas que están como vocales y pueden suceder a Domínguez Buj: los exjefes del Estado Mayor de la Defensa (Jemad) Fernando Alejandre y Miguel Ángel Villarroya; y el exjefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra (Jeme), Francisco Javier Varela.

El problema es que la ministra se ha encontrado con la negativa inicial de Villarroya y Varela para ponerse al frente de este órgano de Defensa. Villarroya tiene «24.000 razones» para rechazar la oferta gracias a su actual puesto como consejero militar de España ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), con sede en Washington y donde cuenta con este llamativo sueldo mensual en euros, según las citadas fuentes.

Además, tras su dimisión en enero de 2021 por la polémica vacunación contra el covid-19 en la cúpula del Estado Mayor de la Defensa que dirigía, el regreso de Villarroya a Madrid de la mano de Robles podría ser visto como una especie de rehabilitación después de que la ministra ya le haya concedido varios privilegios que enojaron a buena parte de sus compañeros: primero, que pudiera compatibilizar su puesto en Washington con el de vocal de San Hermenegildo. Y luego, que se le dejase participar por videoconferencia en las reuniones.

También chocaría su ascenso a gran canciller con «la seña de identidad» de la Orden, que es recompensar «el intachable proceder» y «la constancia en el servicio» de todos aquellos oficiales y suboficiales que «se hagan acreedores a ingresar, ascender o permanecer en esta prestigiosa Real y Militar Orden», como recuerda Domínguez Buj en su mensaje de saludo como gran canciller en la web de Defensa. Precisamente, la caída en desgracia de Villarroya como Jemad fue porque su proceder con las primeras vacunas que llegaron al ministerio no fue el más acertado a ojos de la ministra.

Varela, por su parte, vive retirado en Galicia tras su prolongada etapa al frente de Tierra y no desea volver a la primera línea castrense con este puesto, que exige una presencia y trabajo en Madrid que ya dejó atrás, según apuntan varios conmilitones suyos consultados por este periódico.

El tercer candidato en liza es Alejandre, al que Robles no ha llamado para ofrecerle el máximo puesto en la Orden. La ministra y el Jemad heredado de María Dolores de Cospedal tuvieron encontronazos casi desde el principio y él fue el primero en salir de la cúpula militar en enero de 2020. Su cese se produjo mientras se encontraba en Bruselas en mitad de una reunión de la OTAN. El tiempo transcurrido y la distancia entre Robles y Alejandre no han cerrado las heridas, sino todo lo contrario: las ha agrandado.

Sobre todo, después de que el pasado mes de noviembre el Ejecutivo considerase «gravísimo e inaceptable» que el exJemad elaborase y activase en 2017 un plan de intervención de las Fuerzas Armadas en Cataluña tras el referéndum ilegal del 1 de octubre de aquel año y la posterior declaración unilateral de independencia por parte de Carles Puigdemont en el Parlament catalán.

El diputado de Bildu Jon Iñarritu preguntó por el informe ‘Plan Romeo Sierra’ del que habla Alejandre en su libro ‘Rey servido y patria honrada’ (Ed. Deusto) publicado el año pasado El Ministerio de Defensa indicó en su respuesta al parlamentario vasco que desconocía la existencia de dicho plan estratégico. «El Gobierno ignora por completo a qué informe se refiere el señor Fernando Alejandre en su libro. De existir dicho documento, el Gobierno lo consideraría gravísimo. Se ignora, por tanto, si ese informe existió o fue una propuesta hecha exclusivamente por el señor Fernando Alejandre», se hizo hincapié en la respuesta que dejó en mal lugar al exJemad y que ha enfadado a este último.

Lo más sorprendente de esta historia es que el actual director general de Política de Defensa (Digenpol) dentro del departamento de Robles, el general Fernando José López del Pozo, fue el encargado de diseñar con Alejandre el plan de contingencia de las Fuerzas Armadas en Cataluña puesto que en 2017 estaba al frente del Mando de Operaciones en el Estado Mayor de la Defensa (EMAD), de ahí que extrañase tanto en círculos militares la respuesta que dio el Gobierno a Bildu.

Con las opciones de Villarroya, Varela y Alejandre cerradas por el momento, a Robles solo le quedan dos caminos, a juicio de las fuentes militares. El primero -y más improbable– sería realizar algunos cambios en la cúpula militar y que uno de los cesados tome el mando de la Orden de San Hermenegildo. Tanto el actual Jemad, el almirante Teodoro López Calderón, como el jefe del Estado Mayor del Aire (Jema), el general Javier Salto, cumplirán el próximo 1 de abril seis años en la cúspide castrense. Pero ambos relevos son muy sensibles, sobre todo el del Jemad, al estar en la recta final de la legislatura. En el ánimo de la ministra está terminarla con ellos y que su sucesor -si lo hubiere- tenga las manos libres para confeccionar la nueva cúpula militar.

Robles y Domínguez Buj en el inicio de la entrevista que mantuvieron en 2018. | Flickr M.Defensa

El segundo camino sería optar por la continuidad de Domínguez Buj para otro período de seis años, aunque se tendría que «forzar» la ley de la Carrera Militar. El artículo 13.4 señala que los Jemad y los Jemes «podrán permanecer un máximo de seis años» en la Orden de San Hermenegildo, «retrasando en su caso el retiro hasta el momento de su cese». La secuencia implica que primero se aprueba un decreto por cese de la Orden y luego otro por pase a retiro del afectado… pero nada impide a Robles meter entre medias el nombramiento del actual gran canciller para otro mandato y postergar así el decreto de jubilación del actual gran canciller hasta 2029. Un «apaño» jurídico que seguramente generaría polémica, advierten las citadas fuentes.

La ministra cuenta con un precedente, el del general José Rodrigo, que estuvo casi 17 años al frente de la Orden -entre 1996 y 2013-, pero precisamente la ley de la Carrera Militar aprobada en 2007 introdujo en su articulado el máximo de los seis años para evitar mandatos tan prolongados. En todo caso, no sería la primera vez que Robles retuerce el BOE para conseguir un objetivo. Sin ir más lejos, el pasado 9 de febrero modificó el organigrama del ministerio para que el citado general Del Pozo pueda seguir de Digelpol más allá del 1 de abril, fecha en la que debería dejar el puesto al llegar a la edad de retiro con 65 años.

El puesto de Digenpol siempre ha estado reservado para funcionarios porque se encontraba bajo el paraguas de la ley de Régimen Jurídico del Sector Público, pero ahora ha quedado abierto a personas del ámbito privado -con el visto bueno del Ministerio de Hacienda- gracias a esta modificación ad hominem que Robles introdujo de tapadillo, dentro de un real decreto para el desarrollo del nuevo Centro de Sistemas y Tecnologías de la Información y las Comunicaciones del Ministerio de Defensa, con el fin de mantener a su lado a este teniente general de su plena confianza.

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