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Iglesias quiere neutralizar a la APM con su 'nuevo' sindicato madrileño de periodistas

Sergio Gregori, cofundador de Canal Red y secretario del sindicato, quiere «romper el bloque del poder mediático» y afianzar el colectivo en la universidad

Iglesias quiere neutralizar a la APM con su ‘nuevo’ sindicato madrileño de periodistas

El exlíder de Podemos, Pablo Iglesias. | Javier Cebollada (EFE)

Los afines a Pablo Iglesias, con el cofundador de Canal Red y presentador del programa matinal de la nueva cadena a la cabeza, se han hecho con el control del Sindicato de Periodistas de Madrid el pasado lunes. La noticia, que publicó este diario tras la votación y después de que el propio nuevo secretario general, Sergio Gregori, lo anunciara en Twitter, sorprendió a muchos en el ámbito periodístico y sindical. Incluso entre los propios afiliados a la organización, que ahora estarán dirigidos por una persona de confianza de Iglesias, que alcanzó el control de la misma gracias a una operación sorpresiva: una irrupción en el congreso al que acudían un puñado de representantes, para ganar así de forma inesperada y exprés la votación.

Acompañaban a Gregori personas cercanas a Podemos como Elizabeth Duval (aunque ahora es partidaria de Yolanda Díaz) y la colaboradora de la cadena del exvicepresidente Inna Afinogenova. El resultado de la consulta fue de 39 a 15 para la corriente cercana a los morados, y la foto de la nueva ejecutiva consagró el cambio. Los anteriores representantes de este sindicato de periodistas, que tiene un peso considerable en medios destacados como El Mundo, La Razón o la Cadena Ser, pero que la candidatura ganadora cuestionó por su escasa capacidad de dar a conocer el sindicato entre los profesiones del sector, quedaron en minoría sin ni siquiera ver la jugada de sus contrincantes.

De forma oficial, nadie quiere comentar lo ocurrido. Todos escurren el bulto. Tal vez ya estén negociando cargos. No obstante, deslizan, y también se comenta en Podemos, que la operación de los afines a Iglesias tiene el objetivo de neutralizar a la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), la mayor de España, que ha generado quebraderos de cabeza al partido morado por sus denuncias contra los señalamientos a periodistas, y generar otro polo de representación del periodismo.

Reproches de la APM

Este mes de abril, pocos días antes de la votación en el Sindicato de Periodistas de Madrid, la APM reprochó a Podemos estar atacando a periodistas como Ana Rosa Quintana y Antonio García Ferreras. La APM exigió a Podemos que cesen los «insultos y señalamientos» contra periodistas, puesto que la consideran una práctica dirigida a «intimidar a los profesionales de la información». Iglesias siempre ha denunciado públicamente que la APM tiene una doble vara de medir a la hora de lanzar sus denuncias.

La reprobación de este mes no ha sido la última. Durante su historia, Podemos ha recibido muchos reproches por parte de asociaciones y colectivos que quieren representar a los periodistas. Y los morados no han desperdiciado la oportunidad que eso les brindaba desde el punto de vista político para confrontar con los principales medios de comunicación y aparecer ante la opinión pública como las víctimas de un sistema presuntamente corrupto.

Ahora, el ex secretario general de Podemos se ha convertido en el director de una nueva cadena televisiva. Acaba de publicar un libro, Medios y cloacas: así conspira el estado profundo contra la democracia (ed. Contexto SL), en el que «analiza la estructura de la derecha mediática y las alcantarillas del Estado y reflexiona sobre la situación del periodismo en nuestro país», según la sinopsis del volumen. Y las personas de sus confianza han logrado controlar un sindicato mayoritario de Madrid.

Lo han hecho como operación de debilitamiento de la APM y la FAPE, sostienen las fuentes consultadas, y con la ambición de tener otro altavoz para difundir las tesis de los morados respecto a la prensa. Prueba de ello, sostienen, es que el pasado 10 de marzo Iglesias solicitara públicamente afiliarse a dicho sindicato, que con UGT y Comisiones Obreras participa en las negociaciones con el Ejecutivo sobre las legislaciones relacionadas con el trabajo de los periodistas.

Acción encubierta y sin publicidad

El ataque de los de Iglesias al sindicato de periodistas de Madrid ha sido tan rápido como inesperado. Los miembros que se han integrado en la corriente ganadora no habían hasta aquel momento criticado el trabajo de sus antecesores. La Ejecutiva saliente obtuvo, de hecho, el respaldo unánime del sindicato en su último informe de gestión. Todo ocurrió en un puñado de minutos. Se ejecutó con rapidez y sin publicidad.

Nadie había anunciado la nueva candidatura, la única alternativa a la oficialista, hasta los últimos minutos hábiles para presentarla, según explican fuentes conocedoras de los pormenores del congreso del Sindicato de Periodistas de Madrid. Y ganaron con menos de 50 votos, de los más de 500 inscritos. Nadie de los afiliados sabía que iban a confrontarse dos candidaturas hasta la irrupción sorpresiva de los delegados cercanos a Iglesias.

«Este sindicato no es conocido, este sindicato no se conoce más allá de los centros de trabajo propiamente ordinarios y en las redacciones de los principales medios de comunicación, donde efectivamente tiene un poder y un peso importante y reconocido (…). Yo represento a una candidatura en la que tenemos a gente con mucha presencia pública, en el mundo de los freelance, de la prensa alternativa y otros sectores de la comunicación y el periodismo, que creo que no han sido representados en la junta de este sindicato en toda su historia», ha declarado Gregori en su presentación.

«Romper el bloque de poder mediático»

El cofundador del Canal Red, y antes impulsor de FurorTv, añadió después: «Llevo ejerciendo esta profesión desde que tengo 13 años, cuando hice mi primera entrevista. Monté un medio de comunicación a los 15 años, que tiene un local en Madrid y un plató de televisión y que hoy es antesala de un proyecto de televisión que pretende romper el bloque de poder mediático, que pretende ser una contraofensiva al modelo de los medios de comunicación tradicionales y convencionales que durante tantos años han actuado de espaldas precisamente a los trabajadores de la prensa, a la propia libertad de prensa y de información».

«No estamos haciendo una OPA hostil contra nadie, sino que creemos que es bueno este revulsivo para que este sindicato sea útil», dijo Gregori, quien especificó que su objetivo no es «asaltar a la anterior dirección, ni no contar con la gente que tiene experiencia». El nuevo secretario, de hecho, habló de la posibilidad de que los anteriores representantes de cabecera pudiesen integrarse en la nueva junta, aunque reprochó el silencio que este colectivo mantuvo respecto a lo que calificó de «agresión» contra Cristina Fallarás (otra integrante de la candidatura de Gregori) por parte de un «usurpador de la profesión».

En lo que, en cambio, ha incidido el nuevo secretario del sindicato de periodistas de Madrid ha sido la mayor presencia en el mundo universitario. «Creo que en las facultades de nuestro país no se conoce al sindicato de periodistas [de Madrid], y cuando he hablado con muchos compañeros de profesión, me he dado cuenta de que muchos están afiliados a la APM o a la FAPE. Sin embargo, la inmensa mayoría no conocía ni siquiera la existencia de este sindicato».

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