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Política

Feijóo cerrará en Albacete la campaña del 28-M en busca del diputado que tumbe a Page

Vox necesitará más de un 10% para lograr escaño por esta provincia, de ahí que los ‘populares’ busquen ganar en votos al PSOE para llevarse el asiento en juego

Feijóo cerrará en Albacete la campaña del 28-M en busca del diputado que tumbe a Page

Francisco Núñez y Alberto Núñez Feijóo en un mitin en Toledo. | Tarek (PP)

El Partido Popular ve posible tumbar el fortín de Emiliano García-Page en Castilla-La Mancha, de ahí que Alberto Núñez Feijóo vaya a cerrar la campaña electoral del 28-M en Albacete, la provincia que puede decantar la victoria hacia el lado de los populares en esta comunidad autónoma si Vox no consigue el último de los escaños en juego.

Feijóo ha dejado para el último día de gira electoral tres mítines que Génova considera determinantes: por la mañana en Valencia, donde el PP confía en llevarse la Comunidad Valenciana y la alcaldía; luego por la tarde en Albacete para dar el último empujón a la candidatura autonómica del popular Francisco Núñez; y por último, en Madrid al filo de la noche para cerrar la campaña con Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida.

Pese a que la encuesta de esta semana del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de José Félix Tezanos apunta a una reedición de la mayoría absoluta del PSOE en Castilla-La Mancha, en la candidatura de Núñez insisten a THE OBJECTIVE en que «queda partido» y que los últimos escaños en muchas provincias se decidirán «por un puñado de votos».

El sistema electoral en Castilla-La Mancha premia al bipartidismo desde que María Dolores de Cospedal rebajó el número de parlamentarios autonómicos a 33 durante su presidencia. Con tan pocos escaños para repartir -la vecina Comunidad de Madrid cuenta con 135-, el efecto es que los últimos representantes de cada provincia cotizan a precio de oro.

Los problemas de Vox con el diputado en juego

En la citada Albacete, por ejemplo, es muy probable que Vox necesite más de un 10% para lograr el último escaño, dependiendo del índice de participación que haya el 28-M. En el caso de que la formación de Santiago Abascal no llegara a ese umbral y se quedase a las puertas del representante, entonces PP y PSOE se repartirían los siete escaños con el aliciente de que aquel que tenga un voto más que el otro, se llevaría el séptimo en juego. Justo el diputado que puede desnivelar la presidencia regional a un lado u otro.

Los sondeos internos del PP castellano-manchego prevén en estos momentos un empate entre bloques con ese último escaño de Albacete por decantar la balanza hacia Page, para que siga en el poder otros cuatro años, o hacia Núñez para que se convierta en el nuevo presidente de la región, el segundo que tendría el PP en todo el período democrático tras la citada Cospedal.

Los populares aceptan ya con la boca pequeña que el PSOE será probablemente el partido más votado en Castilla-La Mancha y que los socialistas pueden optar en estos momentos a 16 escaños que los tienen «más o menos amarrados». Ahora bien, el PP (con 14) y Vox (con dos, los de Guadalajara y Toledo) igualan por el centro-derecha.

Así que queda la incógnita del séptimo escaño de Albacete, que el partido de Abascal lo tiene difícil, de ahí que Feijóo se vaya a volcar en esta plaza para intentar que los populares queden por delante del PSOE en votos. El PP parte con la ventaja de que gobierna en la capital y que Núñez tiene tirón en los 89 municipios de la provincia -fue alcalde de Almansa-, por lo que el reto de superar a los socialistas en número de votos se ve al alcance de la mano.

El CIS de Tezanos abrió la horquilla por la incertidumbre de los últimos escaños en juego. Al PSOE de Page le otorgó entre 16 y 22 escaños, mientras que al PP le dejó entre nueve y 11, mientras que Vox obtendría entre dos y cuatro, y Podemos optaría a 0-2 asientos. Aún mayor es la disparidad en el número de papeletas.

El estudio preelectoral indicó que el PSOE obtendría el 38,4 por ciento de voto directo en la encuesta, mientras que el PP alcanzaría el 18,2%. Es decir, se quedaría veinte puntos por detrás. Una distancia que las fuentes populares creen excesiva. Vox, por su parte, se situaría como tercera fuerza con el 8,9%, mientras que Podemos recabaría el 4,8% y Ciudadanos, el 1,2%. Tanto morados como naranjas tienen muy difícil entrar en el Parlamento castellano-manchego. En las elecciones autonómicas de 2019, el PSOE logró 19 escaños mientras que el PP se quedó en diez y Cs en cuatro.

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