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Vox reta al PP a que use su mayoría en el Senado para que se use sólo el castellano

La formación que lidera Santiago Abascal propone modificar el reglamento para «retratar» a los ‘populares’

Vox reta al PP a que use su mayoría en el Senado para que se use sólo el castellano

El líder de VOX, Santiago Abascal, junto a su portavoz parlamentaria, Pepa Millán, durante el primer pleno del Congreso de la XV Legislatura. | EFE

Terminó el primer pleno con pinganillos en el Congreso de los Diputados y Santiago Abascal convocó raudo a los medios de comunicación para un canutazo. En este, en toda una declaración de intenciones, anunció que presentarían una iniciativa en el Senado para que «al menos haya una Cámara en España en la que todos los españoles puedan entenderse». Una medida con la que pretende en última instancia «retratar» al PP, que tiene mayoría absoluta en la Cámara Alta. «Veremos si ahí son coherentes», confesaba una fuente parlamentaria a THE OBJECTIVE en el patio de la Carrera de San Jerónimo.

Esta llamada a la coherencia tiene un claro destinatario, pues se producía poco después de que el portavoz popular, Borja Sémper, utilizara el euskera en la tribuna, pese a haber prometido que ellos no harían el «canelo» utilizando una lengua que no fuera al castellano. Vox se marchó del hemiciclo ante la alocución del político vasco, y Abascal reprochó al dirigente vasco, su excompañero en las Nuevas Generaciones del PP Vasco, que «se ha llamado canelo a sí mismo».

Así, con el objetivo de «retratar» al PP o volver al uso exclusivo del castellano en el Senado, la derecha dura ha presentado una iniciativa para que «la mayoría golpista» que se impuso en la Cámara Baja quede marginada en la Cámara Alta. Ahí los populares gozan de 140 representantes, diez más de los necesarios para la mayoría absoluta. Los socialistas, por otro lado, cuentan con 88 senadores y no tienen posibilidad de sacar adelanta ninguna medida con sus socios separatistas.

La reforma que propone Vox

Actualmente, la normativa del Senado permite el uso de lenguas cooficiales en determinados casos. Esto es así desde el año 2011, hace más de una década, cuando se produjo la última reforma del Reglamento sobre el uso de lenguas cooficiales, que permite a los senadores utilizarlas en documentos escritos, siempre y cuando vayan acompañados del texto en castellano.

Otros casos son en las intervenciones orales que sean mociones en pleno (iniciativas parlamentarias sin valor jurídico), en la primera intervención del presidente del Senado ante el pleno de la Cámara, en las intervenciones que se produzcan en las sesiones de la Comisión General de las Comunidades Autónomas y en los escritos que los ciudadanos y las instituciones dirijan al Senado. Es decir, el uso de las lenguas cooficiales no se permite de manera indistinta sino que está limitado para situaciones concretas. Para ello, esta cámara cuenta con una lista de traductores de lenguas cooficiales. Pero todos ellos son trabajadores externos.

Es por eso que la propuesta de reforma de Vox pasa por la modificación del reglamento para modificar el apartado 3 del artículo 20. Este reza que «junto a su texto en castellano, los senadores podrán utilizar cualquiera de las lenguas que tengan el carácter de oficiales en alguna Comunidad Autónoma (…) para la presentación de escritos en el Registro de la Cámara». Los de Abascal proponen que quede redactada en los siguientes términos: «Los Senadores están obligados a utilizar el español en el ejercicio de su actividad parlamentaria, tanto en sus intervenciones orales como en los escritos que presenten en la Cámara».

Medida «antiparlamentaria»

Suceda lo que suceda en el Senado, Vox no usará los pinganillos en el Congreso. Así lo adelantó este martes la nueva portavoz parlamentaria, Pepa Millán, arguyendo que no quieren formar parte del «circo separatista», que pretende, en su argumentario, «convertir la sede de la soberanía nacional en una Torre de Babel artificiosa» y «desmembrar a la nación para hacerla más débil».

Desde Vox denuncian que la medida supone un dispendio innecesario, ya que costará 279.849 euros tan sólo en 2023. Pero lo más preocupante, y en lo que menos se incide, según admiten fuentes parlamentarias, es en que es una medida «antiparlamentaria» que ralentizará el funcionamiento de la Cámara. Y es que las lenguas cooficiales no estarán sólo en los debates, también en las comisiones y en la presentación de escritos en el Registro. «Es un disparate», zanjan.

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