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El Gobierno oculta el nombre del verificador y se parapeta en un PSOE mudo y sin portavoz

Moncloa se justifica: «Hemos demostrado que la discreción es fundamental para que las cosas salgan bien»

El Gobierno oculta el nombre del verificador y se parapeta en un PSOE mudo y sin portavoz

Reunión de la Ejecutiva Federal del PSOE en la que se ha estrenado el nuevo lema del partido. | EFE

El Gobierno no tiene ninguna intención de abandonar la zona de penumbra que estableció en la noche electoral del 23-J para iniciar la negociación con sus socios independentistas. Superada la investidura, el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha aparcado la luz y los taquígrafos y enterrado la prometida transparencia en relación a una de las principales cesiones de la negociación: el establecimiento de una verificación internacional entre el PSOE y Junts que medie entre las partes sobre el nivel de cumplimiento del acuerdo del Gobierno. Una mediación que exigió ERC en 2019, haciendo saltar por los aires la legislatura y forzando un adelanto electoral por parte del mismo Pedro Sánchez, que ahora confiesa a los periodistas que cree que «será bueno» para el diálogo y el entendimiento con los independentistas

Así lo reconoció el jefe del Ejecutivo en conversación informal con los periodistas en el vuelo del viaje a Israel, Palestina y Egipto. Es la única referencia oficial del Gobierno sobre un asunto que nadie en el Gobierno ha querido aceptar y justificar públicamente. Una conversación en la que el presidente confirmó que sería el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, quien encabezaría la delegación del PSOE a una reunión que, previsiblemente, se celebrará en próximas fechas en Ginebra (Suiza). El Gobierno oculta el cuándo, el dónde y el quién, ya que sostienen que no desvelarán la organización que se encargará de la verificación internacional para eliminar presión a quienes ejercerán de «notarios» para levantar actas de esas sesiones. 

«La discreción es fundamental»

Una ocultación que ya defienden abiertamente en el Palacio de la Moncloa asegurando que «hemos demostrado que la discreción es fundamental para que las cosas salgan bien». Para el núcleo duro del presidente, la negociación que se produjo sin ruedas de prensa, preguntas de los periodistas y transparencia fue «un buen ejemplo» de cómo actuar en el nuevo periodo. «Sólo se comunicarán los avances», explican las fuentes gubernamentales consultadas por THE OBJECTIVE convencidas de que «habrá transparencia» al comunicar los acuerdos tras unas reuniones que los medios de comunicación no podrán seguir porque serán secretas y en el extranjero. 

Preguntada por esta cuestión, la ministra portavoz del Ejecutivo se escudó en el PSOE para esquivar el balón: «No es en esta mesa donde tengo que dar respuesta sobre ello porque son reuniones fruto de un acuerdos entre partidos políticos y son esos partidos políticos quienes tendrán que trasladar las distintas cuestiones que usted me plantea». 

Alegría pasa el balón… a Ferraz

Preguntada nuevamente por el asunto de si el Gobierno está pretendiendo ocultar la identidad del verificador y las reuniones para validar los acuerdos con Junts que se prolongarán durante toda la legislatura, Alegría negó la mayor y volvió a predicar lo contrario de lo que ejecuta: «Desde luego, no es ninguna cuestión de que algo permanezca oculto. Si hay una seña de identidad de este Gobierno es la transparencia… Siempre que se ha llegado a un acuerdo, se ha sido profundamente transparente y se ha explicado a la ciudadania lo que se ha acordado, pero también entenderán que sea respetuosa con las distintas fuerzas políticas». 

Un respeto dispar en función de los barrios políticos. Si la portavoz fue escrupulosa con los aspectos relacionados con la negociación con la formación de Carles Puigdemont porque «entenderán que es algo que tiene que explicarse en una mesa distinta a esta mesa del Consejo de Ministros», mostró otro nivel de exigencia al ser preguntada por el PP o las afirmaciones de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. «No vamos a alimentar a la sociedad con esa fruta podrida», dijo sobre los «insultos» de la presidenta regional en la investidura de Pedro Sánchez. La recién estrenada portavoz también se refirió a los nuevos nombramientos en el PP como el portavoz parlamentario Miguel Tellado, diciendo que «si uno echa mano de la hemeroteca, hay pocos indicios para tener esperanza». 

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto al secretario de Organización, Santos Cerdán, y su nueva portavoz en Moncloa, Pilar Alegría, el pasado lunes en Ferraz. | Flickr PSOE

Siete semanas sin ruedas de prensa en Ferraz

La doble vara de medir del Gobierno en función del sujeto a tratar se suma a la línea difusa entre el Gobierno y el partido. Alegría se remite a «otras mesas» en el ámbito partidista, en referencia al PSOE, mientras ella es la que todavía figura actualmente como portavoz en el organigrama de partido. De hecho, el PSOE lleva siete semanas de desierto comunicativo en Ferraz, 70, sin convocar ruedas de prensa desde el pasado 9 de octubre, pese a la convocatoria de reuniones de la Ejecutiva Federal. De hecho, la actual portavoz del Ejecutivo —y de Ferraz— no ha comparecido ante los medios en este tiempo sin explicación por parte de la dirección socialista, más allá de la necesaria discreción.

El pasado lunes se esperaba el nombramiento del nuevo portavoz de Ferraz para romper con esta práctica absentista, pero sólo se produjo el de los parlamentarios: se ratificó al del Congreso, Patxi López, y se sustituyó al del Senado, Juan Espadas, en lugar de la dirigente del PSC, Eva Granados. Según fuentes socialistas consultadas por THE OBJECTIVE, «se está buscando al perfil adecuado» y la decisión no parece fácil. 

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