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Sánchez gastó 27.500 euros en un acto para celebrar el estado de alarma inconstitucional

Presidencia del Gobierno invirtió 17.000€ de dinero público en el polémico vídeo ’14M. El día en que empezamos a vencer’

Sánchez gastó 27.500 euros en un acto para celebrar el estado de alarma inconstitucional

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene en el acto '14M. El día en que empezamos a vencer', con motivo del cuarto aniversario de la declaración del estado de alarma inconstitucional. | Moncloa

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, gastó 27.609,8 euros de dinero público en el acto 14M. El día en que empezamos a vencer, celebrado el pasado 14 de marzo en Moncloa, en el que conmemoró el cuarto aniversario del estado de alarma que fue declarado inconstitucional. Así lo admite la Secretaría General de la Presidencia del Gobierno en una resolución de Transparencia a la que ha tenido acceso en exclusiva THE OBJECTIVE.

En el documento se informa que la Presidencia del Gobierno se gastó 16.915,80 euros en la realización de un vídeo con motivo de la celebración del acto, adjudicados a la empresa Mcnulty Producciones Audiovisuales, otros 10.164 euros en la actuación musical que acompañó al evento y 530 por la mera presentación del mismo. Se comunica, asimismo, de que no existen «gastos relativos a promoción en inversiones publicitarias vinculados al acto».

El acto en sí generó mucha polémica. Con él, Sánchez pretendía lavar su imagen en medio de una turbulencia mediática con motivo de la aprobación de la ley de amnistía, el varapalo electoral del PSOE en Galicia o el primer caso grave de corrupción en uno de sus gobiernos, el caso Koldo. Pero la efeméride elegida para la «celebración» entre tanto varapalo no fue la más idónea: el confinamiento general de la población declarado inconstitucional un año y medio después por el TC.

Un estado inconstitucional

El Constitucional, por seis votos frente a cinco, sentenció que el Gobierno de PSOE y Unidas Podemos «suspendió» derechos fundamentales de los ciudadanos con un instrumento que tan sólo permitía «limitarlos», pues la suspensión sólo podía haberse realizado mediante el estado de excepción.

El TC aprobó la ponencia presentada por el magistrado Pedro González-Trevijano, en la que se exponía que el confinamiento de los ciudadanos en sus domicilios fue una «auténtica suspensión del derecho fundamental a la circulación».

¿«Salvar vidas»?

Sin hacer alusión a esta sentencia, Pedro Sánchez, en un tono entusiasta, celebró el pasado 14 de marzo un confinamiento que al principio le hizo «mucha gracia» porque «todos los días viralizaban vídeos sobre cómo descubrían su casa, su hogar», y que, en definitiva, permitió «salvar vidas».

«Con la perspectiva que nos da el tiempo, hoy sabemos que aquella decisión, máxima prioridad para los expertos, fue fundamental para doblegar la curva», continuó Sánchez, insistiendo en que «una de las pocas certezas que teníamos en aquellos momentos era esa, que la distancia social, que la limitación de la movilidad, salvaban vidas; que eran, en definitiva, nuestra mejor baza, casi la única que teníamos, como nos recordaban constantemente los expertos.

«Solo así podíamos frenar la propagación del virus, evitar la saturación de nuestro sistema sanitario y ganar tiempo», reivindicó en contra de la evidencia científica. En primer lugar, Anthony Fauci, exmédico jefe de la Casa Blanca conocido por los principales progresistas como el héroe de la pandemia por sus investigaciones, reveló a principios de este año que la regla del distanciamiento social no tenía ningún sustento científico, sino que «simplemente apareció».

En segundo lugar, una investigación realizada por miembros de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore (EEUU) en 2022 concluyó que los confinamientos y las restricciones de movilidad tuvieron una «baja efectividad» en la reducción de la mortalidad por coronavirus. Y, sin embargo embargo, estas medidas sí supusieron enormes costes económicos y sociales allí donde han sido adoptadas.

Pero estas informaciones parece que no pasaron por el presidente del Gobierno, que reivindicó el 14-M como «el día que empezamos a vencer, con decisiones muy duras, con la confianza en la ciencia, con un comportamiento ejemplar». Lo hizo en un acto en el que 27.500 euros de dinero público se destinaron a festejar el confinamiento más severo y largo de Europa, a pesar del cual murieron 120.000 españoles, y que fue declarado ilegal por el Tribunal Constitucional.

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