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La Policía desmonta una macroestafa millonaria a miles de turistas de 20 países en Tenerife

Casi dos millones de euros decomisados y 50 detenidos de origen indio por estafar durante 12 años a turistas en tiendas de souvenirs

La Policía desmonta una macroestafa millonaria a miles de turistas de 20 países en Tenerife

Agentes del Cuerpo Nacional de Policía en una foto de archivo. | TO

Cincuenta detenidos durante la operación Delhi, desarrollada por la Policía Nacional en el sur de Tenerife. Una macroestafa millonaria a gran escala presuntamente perpetrada durante los 12 últimos años en tiendas de souvenirs regentadas o atendidas por ciudadanos de origen indio y pakistaní. La operación desarrollada por la UDEF de la Brigada Provincial de la Policía Judicial de Tenerife, en coordinación con el Juzgado de Instrucción número 2 de Arona y la Dirección Adjunta de Vigilancia Aduanera (DAVA), ha permitido identificar ya a miles de víctimas, todos ellos turistas de una veintena de países europeos distintos y en su mayoría jubilados, según informan fuentes jurídicas y policiales.

La juez ha levantado el secreto de sumario, al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, en una causa cuya primera fase de detenciones se produjo el pasado mes de julio. Los arrestados son de origen indio y pakistaní que conformaban una presunta organización criminal con ramificaciones en el extranjero y tenían en su posesión cerca de dos millones de euros. La mitad de esa cantidad fue encontrada en efectivo durante los registros policiales y la otra mitad ha sido localizada en 300 cuentas bancarias intervenidas a los arrestado, junto a quince vehículos de alta gama y 42 propiedades inmobiliarias, además de decenas de empresas utilizadas presuntamente para blanquear el dinero procedente de la estafa.

Las actas de seguimiento, fotografías e intervenciones telefónicas incluidas en el sumario describen el modus operadi de la presunta organización criminal de origen indio. Y también dibujan un perfil común entre las víctimas. Se han documentado miles de casos, alguno de los cuales se remonta al año 2011. Los afectados son todos turistas de una veintena de países distintos de la UE y del Reino Unido que perdieron, cada uno, cantidades que por lo general oscilan entre los 4.000 y los 40.000 euros. La inmensa mayoría de las víctimas eran extranjeros de avanzada edad, añaden fuentes del caso.

Macroestafa internacional

La causa está abierta y no se descartan nuevas imputaciones, añaden las mismas fuentes. Los cabecillas de la trama se encuentran en prisión y ya han sido citados por la juez en calidad de investigados por presuntos delitos de estafa, organización criminal y blanqueo de capitales, entre otros. Prestarán declaración por separado entre el próximo 17 de noviembre y el 24 de enero, según una providencia de la magistrada a la que ha tenido acceso este diario.

La operación está comenzando a adquirir una dimensión cada vez más internacional. Y no solo por haber avanzado en la compleja tarea de identificar a miles de víctimas de una veintena de países diferentes. Eurojust se estaría planteando formar una fuerza conjunta con fiscales y policías de distintos países de la UE para poder localizar a todos los afectados y permitirles personarse como perjudicados en la causa, añaden fuentes jurídicas y policiales.

Compran un edificio en Nueva York

Tras rastrear el dinero, las cuentas y las empresas de los cabecillas de la trama, la UDEF ha descubierto que los investigados serían propietarios de 43 inmuebles. No solo en Tenerife, sino también en otros países del mundo a través de un entramado de empresas y testaferros. Incluso, añaden las fuentes consultadas, alguno de los cabecillas de la organización criminal desmantelada en la operación Delhi llegó a comprarse un edificio de viviendas en Nueva York gracias al dinero obtenido con la macroestafa desmontada por la Policía Nacional.

La estafa, que se habría perpetuado durante años, se llevaba a cabo en tiendas de souvenirs en distintos municipios turísticos del sur de la isla. Según se refleja en las actas de seguimiento policiales y en las escuchas practicadas durante la investigación, la estafa comenzaba en esos locales. Las víctimas eran todos extranjeros y en su mayoría jubilados. El gancho era la compra de una tablet u otros dispositivos tecnológicos a un módico precio.

Turistas jubilados como víctimas

Los dependientes de las tiendas de souvenirs regentadas por empresarios de origen indio, asentados en el sur de Tenerife desde hace décadas, les ofrecían incluir en ese dispositivo una aplicación para ver cientos de canales de televisión y el fútbol gratis para siempre. El precio era relativamente bajo como para correr el riesgo de ser estafados. Les cobraban 150 euros por dispositivo. Lo que no veían venir es que la tablet no era la estafa y acabarían perdiendo mucho más dinero.

Según se describe en los informes policiales del caso y las transcripciones de las escuchas practicadas, una vez que habían convencido a las víctimas para comprar la tablet, los dependientes sonsacaban a sus clientes información sobre la fecha y hora de su vuelo de regreso. Siempre les citaban para completar la compra del dispositivo el día que el turista volvía a su lugar de residencia y les solicitaban una serie de documentación de carácter personal para poder llevar a cabo la operación e instalar la aplicación televisiva.

Cuando los turistas pagaban, según apuntan los informes de investigación, los empleados de los establecimientos de souvenirs procedían a clonar o fotocopiar sus tarjetas y lograban obtener otra serie de datos bancarios de las víctimas. Justamente cuando los turistas volaban de regreso a casa, estamentos superiores de la organización criminal procedían a efectuar compras de forma fraudulenta con los datos bancarios que habían sido obtenidos ilícitamente.

Blanqueo de capitales

Los cargos fraudulentos en las tarjetas de las víctimas se producían durante el vuelo de regreso, y los perjudicados no se percataban de la estafa hasta que llegaban a su país. Se veían obligadas a volver a España para denunciar los hechos o bien podrían optar por solicitar a las autoridades policiales de sus países que libren comisiones rogatorias a la Justicia española para pedir que se investiguen los hechos. Lo anterior hizo pensar desde un primer momento a los investigadores que habría una gran cantidad de personas que jamás denunciaron los hechos. También creen que muchas otras denuncias han podido quedar archivadas en sus países de origen.

Esa es la razón por la que la investigación se centra actualmente en dos cuestiones. Por un lado, localizar en sus países a las cerca de 2.000 víctimas identificadas hasta el momento por la Policía Nacional y dar con su paradero para poder personarse como perjudicados en la causa que instruye el Juzgado número 2 de Arona. Por otro lado, las pesquisas se focalizan en seguir el rastro de la macroestafa desmontada.

El dinero obtenido mediante los cargos fraudulentos efectuados en las tarjetas y cuentas bancarias de las víctimas, después era blanqueado y reinvertido en propiedades inmobiliarias por los presuntos cabecillas de la trama, las personas que ocupaban la cúpula de la presunta organización criminal desmantelada por la Policía Nacional y que llevan ya cuatro meses en prisión.

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