A pesar de que inicialmente la empresa de registró en Gran Bretaña en 2013, NRGbinary se ejecutaba desde Israel y vendía sus productos a clientes de Medio Oriente, Canadá y Sudáfrica. En un intento de permanecer impune a las diferentes legislaciones contra el fraude, a los pocos meses de su fundación, cambió su registro a Chipre y luego a las Seychelles. Tras conseguir una abultada cartera de clientes, al cabo de dos años, según informaciones recogidas por Reuters proporcionadas por abogados y decenas de antiguos clientes, la suma estafada por NRGbinary podría ascender a cifras millonarias. El caso de NRGbinary ejemplifica la manera con la que los estafadores logran ocultar los fraudes masivos aprovechando diferentes jurisdicciones: las autoridades israelíes aseguran no conocer la existencia de la empresa ni de otras compañías dedicadas al negocio de opciones binarias en Israel, y en Gran Bretaña, la Comisión de Juego, que regula este tipo de negocios, también ha confirmado que nunca habían oído hablar de NRG. La historia de este caso concreto saca a relucir una problemática más amplia, referida a los habituales timos dentro del comercio de opciones binarias. Se trata de una industria de rápido crecimiento, que vende un método de inversión legítimo pero que en innumerables ocasiones esconde el objetivo de realizar una estafa masiva sacando provecho de la ingenuidad de «inversores» en busca de unos ingresos extra.