Populismo

Pan y luces

Pan y luces

«Los centros históricos de nuestras ciudades son, en medida cada vez más alarmante, centros histéricos: lugares de actividad incesante en los que la llamada oferta de ocio debe renovarse sin pausa»

La inmigración no es un problema

La inmigración no es un problema

Ante discursos populistas que hablan de “crisis de migración”, nuestra colaboradora Áurea Moltó explica cuál es la situación real de los flujos migratorios en el mundo: hay 244 millones de migrantes internacionales, lo que supone el 3,3% de la población. ¿Qué hacer para que la inmigración tenga los efectos positivos deseados? La respuesta es clara: abrir vías legales a la inmigración.

La inmigración no es un problema

La inmigración no es un problema

Ante discursos populistas que hablan de “crisis de migración”, nuestra colaboradora Áurea Moltó explica cuál es la situación real de los flujos migratorios en el mundo: hay 244 millones de migrantes internacionales, lo que supone el 3,3% de la población. ¿Qué hacer para que la inmigración tenga los efectos positivos deseados? La respuesta es clara: abrir vías legales a la inmigración.

El populismo, aunque político, ignora la política

El populismo, aunque político, ignora la política

Aunque lo lleve en la raíz de la palabra, para el populismo ese pueblo es tan sólo un medio. Nunca un fin. Similar al déspota dieciochesco, el populista coetáneo toma el concepto de pueblo como un medio para otros fines: la atención mediática, la acumulación de poder, el escaño en la institución pública, el chalet de Galapagar.

16 microtesis a propósito de Vox

16 microtesis a propósito de Vox

1. Los escaños andaluces de Vox han tenido consecuencias imprevistas en toda España. No han dejado a nadie indiferente. Este es su mayor triunfo. 2. Vox está obligando al resto de los partidos a resintonizar con sus electores y con las preocupaciones efectivas de la red social más importante de España: la de los bares. 3. Todo partido político tiene votantes que no comparten su programa electoral. Esto no constituye ningún problema, mientras lo sigan votando. 4. Vox se presenta como una revuelta (ya veremos con qué recorrido) contra la “moral fashion”. 5. No tengo claro en nombre de qué moral, exactamente, se revuelve, pero lo que tenga claro yo es irrelevante. Lo relevante es lo que crean los electores.

Sentido de Estado

Sentido de Estado

El llamamiento por parte del Partido Popular y de Ciudadanos para intervenir de nuevo la autonomía catalana mediante el artículo 155 de la Constitución solo puede responder al tacticismo político: desmarcarse de Sánchez y frenar el ascenso de Vox.

En busca de la posmentira

En busca de la posmentira

De Adolf Hitler a Recep Tayyip Erdogan, pasando por Hugo Chávez y tantos otros que acabaron como acabaron (o que van camino de acabar, claro), toda una serie de políticos antidemocráticos llegaron muy democráticamente al poder a través de las urnas y luego mostraron su verdadera cara.

Lo que el constitucionalismo no entiende

Lo que el constitucionalismo no entiende

Si el constitucionalismo nunca se ha unido bajo las mismas siglas es porque eso es cosa de populismos. Los que defienden la democracia liberal saben que hay que debatir entre ideas y programas, en lugar de buscar la adhesión tribal que alienta la existencia de un nosotros y un ellos. 

Juana Rivas y el efecto perverso

Juana Rivas y el efecto perverso

La sentencia de Juana Rivas «fue muy dura porque fue ejemplar» al pretender evitar que se repita la apelación a juzgar en las calles de lo que deben resolver los tribunales. A este respecto reflexiona Laura Fàbregas en su vídeo de hoy.

Juana Rivas y el efecto perverso

Juana Rivas y el efecto perverso

La sentencia de Juana Rivas «fue muy dura porque fue ejemplar» al pretender evitar que se repita la apelación a juzgar en las calles de lo que deben resolver los tribunales. A este respecto reflexiona Laura Fàbregas en su vídeo de hoy.

¿Una autodestrucción de Trump?

¿Una autodestrucción de Trump?

Hay un momento, en la carrera de un político falsario y corrupto, en que la máscara digna se le cae y queda a la luz de la opinión pública -es decir, de los votantes, cuando ese político vive en un régimen democrático-, generalmente por la acción de los tribunales, del poder legislativo o de la prensa. O de todos ellos. En el caso de Donald Trump, su resistencia ante cualquier revelación, cualquier ataque, cualquier prueba de comportamiento delictivo ha sido notable a lo largo de año y medio de la presidencia más chocante de la historia de Estados Unidos.

Paradoja del camorrista

Paradoja del camorrista

Casi todas las familias contienen algún miembro problemático que, por el solo hecho de serlo, recibe un trato diferenciado. Hace menos, pero obtiene más; sus faltas se juzgan con menor severidad; sus demandas gozan de prioridad. Son, en una palabra, receptáculos de atención preferente. Y es que jamás se cansan: nunca dejan de expresar sus demandas, acompañándolas de una gestualidad exagerada o de la amenaza de romper la baraja. Ignorarlos es imposible.

Una fe que justifica

Una fe que justifica

Se habla de la envidia y se habla del resentimiento como de dos instintos primarios de la vida política. Miedo y odio, envidia y resentimiento son capas que se superponen la una a la otra. O la una por debajo de la otra, como el poder y la voluntad de poder. El ensayista alemán de origen iraní Navid Kermani escribió lo siguiente al respecto: «Envidia, aunque envidia quizás sea demasiado general y hoy día, en estos años, sería más preciso hablar de resentimiento que de aquella animadversión que reside en la envidia, aunque no sólo en la envidia, sino en la rivalidad y en los prejuicios, en el temor y en el sentimiento de inferioridad, es decir, que de forma inevitable llega al inconsciente».

Ilusiones recicladas

Ilusiones recicladas

Lo había leído en los titulares ayer a primera hora de la mañana. Las tropecientas notificaciones que uno tiene activadas y que no conceden tregua dominical me propinaron un despertar nutrido de actualidad: los titulares confirmaban que el primero de los tres barcos en que habían sido repartidas las personas que viajaban en el Aquarius había llegado a Valencia. Aún adormilada, también leí en una de esas alertas que Joaquín Sabina se había quedado sin voz en un concierto en Madrid. Me entristeció. No sabría decir siquiera el título de dos canciones del último trabajo del cantautor, pero son tantas las letras que me acompañaron durante la adolescencia que aquella noticia me supo casi a despedida.

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