David Shiner, creador de Kooza: "El miedo nos está haciendo perder la capacidad de sentir"

Conversamos con David Shiner, payaso profesional, dramaturgo, nómada, carpintero, amante del cortado, y creador y director del espectáculo del Cirque du Soleil, Kooza, que es a la vez un homenaje personal a la esencia tradicional del circo y un show que explora «el miedo, la identidad, reconocimiento y el poder». 

 

Nos encontramos con David Shiner en el café de un hotel en la Gran Vía madrileña. Cuando llega su cortado a la mesa, con la emoción de alguien cuya mañana acaba de mejorar sustancialmente, nos explica por qué el café cortado es su favorito y por qué los estadounidenses aman el café y beben litros todos los días. Sí, a veces la televisión no miente. Luego nos cuenta que él lleva más de 35 años viviendo en Europa y en la ruta porque él, como en las películas, hace 35 años decidió irse con el circo. Sí, a veces el cine no miente.

Shiner está de vista en España donde su espectáculo Kooza se está presentando desde el 30 de mayo y hasta el 14 de julio en la Antigua Estación del Grau en Valencia, para luego tomarse vacaciones de verano y volver a instalar su icónica carpa azul y amarilla en suelo madrileño del 24 de octubre al 24 de noviembre en la Casa de Campo.

Kooza es el espectáculo con el que Shiner siempre soñó, una apuesta por volver a los orígenes del Cirque du Soleil en particular y a lo esencial del circo en general, a exaltar esa conexión única y especial que se genera entre el artista y su público. Su propuesta, en la que participan 122 personas y unos 50 artistas internacionales, resulta muy auténtica y muy lógica sobre todo si recordamos que Shiner es payaso profesional —¡desde 1984!— y que como ha destacado en numerosas entrevistas considera que dentro del circo es el payaso quien tiene el rol de establecer la conexión emocional más profunda con el público ya que muestra con candidez la vulnerabilidad humana, y dejando fuera los miedos y los tabúes nos ayuda a aceptarnos tal y como somos, imperfectos y maravillosos.

La experiencia de Shiner con el Cirque du Soleil se remonta a 1990. Su memorable rol relevante en uno de sus primeros espectáculos, Nouvelle Expérience, que estuvo de gira durante 19 meses por todo Canadá, hace que su rostro sea uno de los más reconocibles de la compañía (sí, probablemente su cara te suena por esta razón). Kooza es, sin embargo, el primer show que crea y dirige, un espectacular ejercicio de de reconexión con lo esencial, algo cada vez más necesario en tiempos de comunicaciones y conexiones superficiales.

Esta fue la breve conversación que sostuvimos mientras los dos disfrutábamos enormemente de una buena taza de café.

 

En estos días en los que se dice que «hemos visto y experimentado todo» supongo que es difícil proponer algo nuevo a la hora de crear un espectáculo, ¿todos estos cambios sociales y tecnológicos han influido de alguna manera el proceso a la hora de plantear un nuevo show?

No puedo responder esa pregunta por todos los de la compañía, pero hablando por mi, independientemente de la tecnología y de cómo todo cambia, considero que siempre seremos humanos y que por ello siempre tenemos sentimientos y emociones, y si el show está enfocado en eso, en la gente, en su humanidad, en lo que anhelamos y deseamos, y en todas las cosas que son buenas, creo que es un planteamiento sólido y que mantendrá firme nuestra propuesta por un largo tiempo.

Creo que todo siempre se basa en la comunicación, no en la comunicación que establecemos por redes sociales, sino en la comunicación humana, y creo que además lo necesitamos más que nunca, esto implica el artista comunicándose con su audiencia y la audiencia comunicándose con el artista. La esencia está basada en nuestra humanidad y la capacidad de compartirla.

Justo mencionas a las redes sociales, una de los mayores reflejos de la polarización en la sociedad, ¿qué piensas acerca de esto? ¿Hemos perdido la capacidad de reírnos de nosotros mismos? ¿Nos estamos tomando demasiado en serio?

Estamos viviendo en un tiempo muy violento y peligroso y la gente se preocupa. No creo, eso sí, que hayamos perdido nuestra capacidad de reír, pero sí que estamos perdiendo la capacidad de sentir cosas de manera profunda porque tenemos mucho miedo y muchas cosas por las que preocuparnos… el futuro, cómo ganarnos la vida… para muchísimas personas el solo hecho de tener suficiente dinero para vivir se ha convertido en una batalla diaria.

Creo que lo importante en esta era es lograr mantener nuestros valores, nuestra ética como seres humanos. Las redes sociales pasarán, las tecnologías se irán haciendo obsoletas… ¿y qué más da? Yo tengo otros intereses, mi familia, la naturaleza, el planeta, tengo cosas más importantes que hacer que preocuparme por estas cosas. Si las redes sociales pueden contribuir en hacer del planeta un lugar mejor, fantástico, pero si solo sirven para que seamos humanos ‘comunicándonos’ en un nivel superficial, es una tragedia, especialmente para los más jóvenes.

Todo el mundo está todo el tiempo en sus teléfonos, ¡incluso cuando van al aseo o cuando están pasando por los controles de seguridad en el aeropuerto! Cada vez es más difícil para las personas concentrarse. Nos bombardean constantemente con demasiada información que es difícil mantener un centro, una base firme, y es también muy difícil que sintamos emociones profundas. Somos seres sociales, nos necesitamos, y que la mayor parte de nuestra comunicación se realice a través de las redes es trágico y no puede ser sano para ninguna sociedad. Igual vale decir que no soy sociólogo, solo puedo aportar mi punto de vista desde la perspectiva de un artista. 

Con Kooza apuestas por un retorno a los comienzos del circo, a su esencia, ¿por qué?

Sí, con Kooza quería volver a las bases sobre las que el circo fue fundado: el público y el artista. Al comienzo no había nada de tecnología avanzada, pero había una buena iluminación, excelente vestuario, muy buena música y coreografía y sobre todo artistas grandiosos. Eso fue lo que catapultó al circo al centro de atención del mundo. Nunca fue y nunca será la tecnología. Los avances tecnológicos añaden una dimensión al show, pero para mi, de lo que se trata es de la conexión entre el artista y el público.

Has sido muchas veces descrito como una persona original y creativa, pero algunos intelectuales, como Kenneth Goldsmith, dicen que en la época del remix y el collage, la originalidad ya no es necesariamente una virtud a la que debamos aspirar, ¿qué piensas acerca de esto?

No apoyo nada que sea cínico porque el cinismo no nos lleva a ninguna parte. Yo pienso que hay cosas que nunca cambian, los humanos siempre seremos seres creativos, a nivel artístico o tecnológico, siempre crearemos influenciados por un montón de cosas. Demasiadas personas se enfocan en analizar a la sociedad y la era moderna y sus cosas positivas y negativas y al final del día todos somos humanos que anhelamos las mismas cosas. 

¿Y crees que realmente eventualmente las redes desaparecerán? Facebook inclusive está haciendo planes para sacar su propia moneda.

¿Y qué? ¿Sabes a lo que me refiero? Aún nos despertaremos todos por la mañana, tomaremos nuestro café, amaremos a nuestras familias y a las cosas que hacemos, admiraremos la naturaleza. Las redes sociales y la tecnología no van a negar o a cambiar nuestra esencia. Influenciarán la manera en la que vemos ciertas cosas y en cómo las asumimos y nos aproximamos a ellas, pero nunca cambiará nuestra esencia primordial. Y si dejamos que lo haga… estaremos en problemas. 

Hace unos cuantos días hubo una polémica en España porque un periódico hablaba de Carlos Rodríguez, el estudiante que sacó las mejores notas en la selectividad, y enfatizaba que había sacado una calificación perfecta «pero» quería estudiar dramaturgia. ¿Qué piensas de esto? (Nota: después de la polémica el titular fue cambiado, pero quedan las redes).

¡Pienso que es grandioso! Esa carrera te provee una serie de herramientas para lograr interactuar de una manera socialmente más abierta, más empática. La interpretación nos ayuda a todos a superar nuestra timidez, nuestros miedos y a ser más comunicativos y mejores comunicadores. ¡Bien por él!

Imagen y edición: Carola Melguizo.