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Ni inclusivo, ni plural, así es el nuevo Gobierno talibán: quién es quién en el Emirato 2.0 y cuáles son sus desafíos

Ni inclusivo, ni plural, así es el nuevo Gobierno talibán: quién es quién en el Emirato 2.0 y cuáles son sus desafíos

WAKIL KOHSAR | AFP

Los talibanes dan un paso más en la construcción de su Emirato Islámico de Afganistán 2.0 y forman Gobierno provisional. Con Mohammad Hassan Akhund como jefe del nuevo Ejecutivo, al menos «hasta que llegue un momento más estable», según ha anunciado el portavoz talibán Zabihullah Mujahid, los talibanes buscan ahora ser reconocidos como nación internacionalmente. El problema es que muchos afganos, así como países occidentales, desconfían de las promesas que han hecho los talibanes. Es más, habían prometido instaurar un Gobierno «inclusivo» y con mayores derechos para las mujeres, y en la nueva lista de Gobierno no aparece ninguna mujer ni personas externas a los talibanes. En cuanto a los derechos de las mujeres, todavía está por ver, pero no es la primera vez que incumplen su palabra y se teme que regresen a las duras prácticas que impusieron durante su anterior Emirato Islámico, desde 1996 a 2001.

Uno de los grandes problemas a los que se enfrenta ahora el nuevo Gobierno talibán es administrar el poder apenas unos días después de la retirada definitiva de las tropas de Estados Unidos tras dos décadas de guerra, y conseguir ser reconocido como un Gobierno legítimo por la comunidad internacional o al menos por algunos países aliados. Te desvelamos quién es quién en el nuevo Gobierno talibán y cuáles son los desafíos más inmediatos a los que tiene que hacer frente.

La cautela y recelo de la comunidad internacional se mezclan con muestras de interacción con los nuevos líderes. Naciones Unidas ha anunciado la reanudación de sus vuelos humanitarios desde Pakistán hacia las ciudades de Mazar-i-Sharif y Kandahar. Catar ha reconocido estar trabajando con las nuevas autoridades para reabrir el aeropuerto de Kabul, clave para hacer llegar la ayuda humanitaria a la capital.

Además, las empresas Western Union y Moneygram han reactivado sus servicios de giro de dinero en el país, de los que dependen muchos afganos receptores de remesas de familiares emigrados. También, según un portavoz talibán, el Ministerio de Asuntos Exteriores chino se ha comprometido a mantener abierta su embajada en Kabul y a mejorar sus relaciones.

En su primer emirato, el gobierno talibán solo fue reconocido por tres países, Emiratos Árabes Unidos, Pakistán y Arabia Saudí. En esta ocasión, varios países, incluida la UE y Estados Unidos, han mostrado su disposición de, al menos, sentarse a conversar con ellos. En las últimas semanas, miembros de la cúpula talibán se han reunido con representantes diplomáticos europeos, qataríes y chinos.

El núcleo duro del Gobierno talibán: la vieja guardia

Hibatullah Akhundzada- Líder supremo

Emirato Islámico de Afganistán 2.0: quién es quién en el nuevo Gobierno talibán y cuáles son sus desafíos 4
Foto. RRSS

Haibatulá Akhundzada, ‘comentador de los creyentes’ y actual líder supremo de los talibanes, ha quedado en la sombra del Gobierno. Su figura podría acabar siendo una especie de líder teocrático, similar al Ayatollah en Irán y por encima del resto del consejo. Oculto durante años, se sabe más bien poco de Akhundzada, líder del grupo desde 2016, cuando se anunció su ascenso en la cúpula tras la muerte, presuntamente en un bombardeo estadounidense, de Akhtar Mansour, el sucesor del mulá Omar.

Mohammad Hassan Akhund – Primer ministro

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Foto. RRSS

Muhammad Hassan Akhund es considerado terrorista por la ONU, la UE y Reino Unido, además de ser sancionado por el Consejo de Seguridad de la ONU.

Se desempeñó como Ministro de Relaciones Exteriores y Viceprimer Ministro durante el último Emirato y también presidió el Consejo de Liderazgo de la IEA en la lucha contra la ocupación estadounidense. Aunque Akhund es miembro de la cúpula dirigente de los talibanes desde hace dos décadas y uno de sus fundadores, el líder del Gobierno interino, aunque muy respetado en la formación, es menos conocido que el resto de los ministros anunciados.

Abdul Ghani Baradar – Viceprimer ministro y jefe del Gabinete de ministros

Afganistán: quién es quién en el nuevo Gobierno talibán y los grandes desafíos del Emirato Islámico 2.0
KARIM JAAFAR / AFP

Abdul Ghani Baradar, de 53 años, una figura respetada por varias facciones talibanas, estuvo al frente de las negociaciones de Doha con Estados Unidos, que condujeron a la retirada de las fuerzas extranjeras del país.

Cofundador de la milicia talibán y al que durante años se consideró la mano derecha del mulá Omar, era el favorito para ser el nuevo líder del país, pero finalmente no será el presidente. Se convierte en la mano derecha de Hassan Akhund y será el jefe del Gabinete de ministros.

Mawlawi Abdul Salam Hanafi – Segundo viceprimer ministro

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Foto: RRSS

Hanafi es un alto líder de los talibanes y un miembro central del equipo de negociación en la oficina de Qatar. Ahora ocupa el cargo de Segundo adjunto del nuevo Gobierno provisional del Emirato Islámico de Afganistán.

Sirajuddin Haqqani – Ministro del Interior

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Foto: FBI

El nuevo ministro del Interior, Sirajuddin Haqqani, de 48 años, es el jefe de una de las agrupaciones insurgentes más temidas en Afganistán: la red Haqqani, fundada por su padre, Jalaluddin Haqqani, para luchar contra la invasión soviética en la década de 1980.

Haqqani está en busca y captura por la policía federal estadounidense (FBI) «para ser interrogado por el atentado de enero de 2008 contra un hotel en Kabul, Afganistán, en el que fueron asesinadas seis personas, incluido un ciudadano estadounidense». Igualmente habría participado en la planificación de un intento de atentado contra el expresidente Hamid Karzai en 2008. Por todo ello, el FBI ofrece hasta cinco millones de dólares (4,22 millones de euros) por información que lleve a la captura de Haqqani.

Amir Khan Muttaqi – Ministro de Relaciones Exteriores

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Foto: RRSS

Muttaqi formó parte del grupo de Maulvi Mohammad Nabi Mohammadi durante la yihad afgana, pero cuando surgió el movimiento talibán se unió a él. Amir Khan Motaqi también se desempeñó como Miembro destacado de los talibanes, se desempeñó como ministro de Información y Cultura durante el antiguo régimen de los talibanes y también como representante de los talibanes en las conversaciones dirigidas por las Naciones Unidas.

Mawlawi Mohammad Yaqoob – Ministro de Defensa

https://twitter.com/entre_guerras_/status/1435271933390635009

Mohammad Yaqoob, hijo del fundador del movimiento insurgente, el mulá Omar, es el jefe de la poderosa comisión militar de los talibanes, que decidía la estrategia del movimiento en la guerra contra el Gobierno afgano.

Su ascendencia y sus vínculos con su padre, muy reverenciado como jefe de los talibanes, lo convierten en una figura unificadora dentro de un movimiento amplio y diverso. Después de la muerte del exlíder talibán Akhtar Mansour en 2016, algunos militantes quisieron nombrar a Yaqoob como el nuevo comandante supremo del grupo, pero otros sintieron que era joven y carecía de experiencia.

Estará acompañado de Qari Fasihuddin, responsable de la ofensiva final sobre la provincia de Panjshir, y que ha sido nombrado jefe del Estado Mayor del Ejército. Mulla Fazal Akhund es el nuevo Jefe del Ejército.

Khairullah Khairkhwa – Ministro de Información y Cultura

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Foto: RRSS

Funcionario talibán y exgobernador de Herat. Estuvo detenido en Guantánamo pero fue puesto en libertad a finales de mayo de 2014 en un intercambio de prisioneros. Las afirmaciones de los analistas en Guantánamo de que Khairkhwa estaba directamente asociado con Osama Bin Laden y el Comandante Supremo Talibán Mullah Muhammad Omar se han repetido ampliamente.

Zabihullah Muyahid, portavoz hasta ahora de los talibán, será viceministro de Información y Cultura.

Halil-ur-Rehman Haqqani – Ministro de Refugiados

Es el tío de Sirajuddin Haqqani, ministro del Interior. Recaudaba fondos en nombre de los talibanes y proporcionaba apoyo a los talibanes que operan en Afganistán. Se encuentra en la lista de EEUU de ‘terrorista global especialmente designado’. De hecho, Washington fijó su recompensa en cinco millones de dólares en 2011.

Qari Din Mohammad Hanif – Ministro de Economía

https://twitter.com/gmqureshiwr/status/1435297636769095685

Hasta ahora miembro del equipo de negociación en la oficina de los talibanes en Qatar, Mohammad Hanif se desempeñó como exministro de Planificación y Ministro de Educación Superior en el anterior Emirato Islámico de Afganistán.

A la edad de 15 años,  ya se sabía de memoria el Corán. Se dice que es uno de los pocos no pastunes en el liderazgo talibán porque es de ascendencia tayika de la provincia norteña de Badakhshan.

Otros cargos importantes

Hidayatullah Badri – Ministro de Finanzas.

Abdulhaq Wasiq – Director de los servicios secretos.

Hayi Mohammad Idris – Presidente del Banco Central.

Mohammad Esa Akhund – Ministro de Minas y Petróleo.

Mawlawi Nurulla Munir – Ministro de Educación.

Abdul Hakim Shariah – Ministro de Justicia.

Qari Din Hanif – Ministro de Industria.

Mullah Abdulhaq Akhund – Viceministro de Asuntos Internos de Detención de Drogas.

Principales desafíos que enfrenta el Gobierno talibán

Los talibanes han acabado ganando la guerra y ahora se enfrentan al reto de gobernar Afganistán. La transición plantea un gran desafío para los islamistas en un país desesperadamente pobre y aislado diplomáticamente que arrastra profundos problemas sociales y políticos tras más de cuatro décadas de guerra.

Estos son los cinco principales desafíos que enfrentan los talibanes:

> Desconfianza en el Emirato 2.0

Existen amplias y justificadas suspicacias entre los afganos sobre los talibanes. Muchos de ellos creen que volverán a las duras prácticas que ya realizaron durante la última vez que gobernaron, de 1996 a 2001. Durante su último Emirato Islámico en Afganistán, los talibanes impusieron una drástica interpretación de la ley islámica (la Sharía), bajo la cual prohibieron el acceso de las mujeres a la educación y los espacios públicos, ejecutaron a sus adversarios políticos y masacraron a minorías religiosas y étnicas.

> Catástrofe humanitaria y económica

Asentados sobre un terreno que esconde bajo su suelo una riqueza de al menos dos billones de dólares en metales raros, difíciles de extraer, los talibanes deben buscar también la manera de sufragar económicamente su Emirato Islámico 2.0. China parece estar interesada en acceder a esos acuerdos comerciales, y a los talibanes les parece buena idea: «China es nuestro principal socio y representa para nosotros una oportunidad fundamental y extraordinaria porque está dispuesta a invertir y a reconstruir nuestro país», según ha reconocido el portavoz de los talibanes Zabihula Muyahid en una entrevista en el diario La Repubblica.

Afganistán es uno de los países más pobres del mundo. Después de que los talibanes fueron depuestos en 2001, el país recibió gran cantidad de ayuda externa y esa asistencia internacional fue más de 40% del PIB de 2020.

La mayoría de esa ayuda ha sido suspendida y no hay garantías sobre el resto. Además, los talibanes no tienen acceso a los fondos del banco central afgano depositados en Estados Unidos. La falta de fondos podría resultar desastrosa para los talibanes, que deberán ver cómo pagarle a los empleados del Gobierno y mantener servicios claves como el agua, la electricidad y las comunicaciones.

La ONU ha advertido de una catástrofe humanitaria debido a que sus reservas de alimentos están bajos a causa del conflicto y de una severa sequía.

Como insurgentes, los talibanes recibían ingresos de cientos de millones de dólares, según los cálculos de monitores de la ONU. Pero ese monto es mínimo comparado con las necesidades de Afganistán, según los expertos.

> Fuga de cerebros

Además de la falta de recursos, los talibanes enfrentan otra escasez: gente capacitada. Con la salida de las tropas estadounidenses y la pérdida de control del gobierno anterior, muchos afganos con estudios, experiencia y recursos han abandonado el país. Entre ellos había funcionarios públicos, banqueros, médicos, ingenieros, profesores y universitarios.

Los talibanes parecen estar conscientes del impacto que tal fuga de cerebros tendrá sobre la economía afgana. Su portavoz ya ha urgido a los afganos capacitados a permanecer en el país, que necesita de profesionales como médicos e ingenieros.

> Aislamiento diplomático

El primer gobierno talibán fue en gran parte un paria en el escenario internacional. Esta vez parecen interesados en obtener amplio reconocimiento internacional, aunque muchos países han suspendido o cerrado sus misiones diplomáticas en Kabul.

El grupo mantiene contactos con potencias regionales como Pakistán, Irán, Rusia y China, así como Catar, que albergó la oficina política de los talibanes durante años. Pero ninguno de ellos los ha reconocido, y Washington dijo que tendrán que ganar su legitimidad.

> Amenaza terrorista

El fin de la lucha contra los talibanes no significa la paz para el pueblo afgano y el fin de la amenaza terrorista. Es más, los últimos ataques en Kabul han sido realizados por el Estado Islámico-Khorasan, la filial del grupo yihadista en Afganistán,

El EI-Khorasan y los talibanes son enemigos declarados, a pesar de que comparten algunas similitudes como su interpretación radical del islam o su rechazo al intervencionismo extranjero, pasando por coartar ciertas libertades a aquellos que viven bajo su yugo.

Aunque ambos grupos son militantes sunitas de línea dura, también son rivales y difieren en detalles sobre religión y estrategia, y cada uno dice ser el verdadero estandarte de la yihad. En una muestra de su enemistad, los comunicados del EI se refieren a los talibanes como apóstatas.

Ahora, los talibanes enfrentan una inversión de papeles: deberán defender a la población afgana del tipo de ataques que durante años realizaron sus propios combatientes.

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