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Medio Ambiente

El poder del petróleo está en declive, bienvenidos a la era de la información

A comienzos del siglo XX, el petróleo se estableció en el centro de nuestras necesidades, en el eje del desarrollo económico. Hoy las empresas tecnológicas han encontrado en el flujo de datos su oro negro.

El poder del petróleo está en declive, bienvenidos a la era de la información

Reuters

Cuando aparece un producto innovador en el mercado, suele producirse un efecto. La marca da con la tecla y pronto se expande a toda velocidad; a veces crece tanto que llega a acaparar un sector que antes no existía. Suele ser así como nacen los monopolios.

A comienzos del siglo XX, el petróleo se estableció en el centro de nuestras necesidades, en el eje del desarrollo económico e industrial. Pero, tal y como refleja en un artículo la revista The Economist, con el tiempo fue perdiendo su capacidad de influencia en detrimento de otros sectores. Hoy, las empresas tecnológicas han encontrado en el flujo de datos su oro negro, el filón sobre el que fundamentar el desarrollo de la humanidad en las próximas décadas.

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Mark Zuckerberg, fundador de Facebook. | Foto: Eric Risberg/AP Photo

 

En la lista de las compañías con el valor de mercado más alto, las cinco primeras –Alphabet (matriz de Google), Amazon, Apple, Facebook y Microsoft- son tecnológicas. Se trata de gigantes que prestan servicios diversos, que se caracterizan por su poder creado en el seno de la red y que han adaptado su mundo –nuestro mundo- a unas necesidades que antes no existían.

En la actualidad, nadie puede prescindir del motor de búsqueda de Google, de sus mapas, de su navegador. La capacidad de Amazon para vender cualquier producto y dejarlo en tu casa en un día ha supuesto una revolución para el comercio y Facebook se ha convertido en el canal principal de información de la red.

 

Google y Facebook controlan el 60% de la publicidad online y Amazon, la mitad de las ventas por internet

 

Los beneficios de estas empresas son cada vez más elevados y el conjunto de las cinco tuvo unas ganancias de 25.000 millones de dólares solamente en los tres primeros meses de este año.

Los resultados no sorprenden: Amazon capta la mitad de todos los dólares que gastan los estadounidenses en internet y Google y Facebook controlan el 60% de la publicidad online a nivel mundial. Su mercado, sin embargo, no puede limitarse a su número de ventas, como las empresas tradicionales; las tecnológicas encuentran su principal valor en el control de la información. Facebook y Google –y Twitter y Yahoo, etcétera- se alimentan de nuestra información y hacen de ella un material que garantiza su supervivencia a lo largo de las décadas.

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Jeff Bezos, fundador de Amazon, en la presentación del Amazon Fire en Seattle. | Foto: Ted S. Warren/AP Photo

 

Los teléfonos modernos y la ubicuidad de internet han disparado la cantidad de datos que las empresas pueden obtener de nosotros. Intereses, lugares que visitamos, filias políticas. Los gigantes de la red se han beneficiado desde sus comienzos de este factor, que les ha permitido crecer sin freno. Google puede ver lo que la gente busca, Facebook lo que comparte y Amazon lo que compra. El control de las tendencias y el tráfico de internet fue lo que llevó a Facebook, por ejemplo, a adquirir en 2014 WhatsApp, una empresa de apenas 60 empleados, por 22.000 millones de dólares. O a Microsoft a hacerse con LinkedIn en 2016 por 26.000 millones de dólares. Estas adquisiciones pretender ocupar mercados, anticiparse a futuros oponentes y absorber la información de millones de usuarios de todo el planeta. Es decir, consolidar su monopolio. Porque el dominio de la información no solo permite eliminar la competencia actual, sino también la futura.

Esta circunstancia ha puesto en alerta a reguladores antimonopolio de todo el mundo, que equiparan el contexto actual al de hace cien años, cuando la petrolera Standard Oil controlaba el 90% de la producción de crudo en Estados Unidos. En esta ocasión, una sentencia de la Corte Suprema obligó al desmembramiento de la compañía en 1911, y esta terminó por convertirse en un holding de 34 empresas. Algunas voces reclaman esta misma acción sobre empresas como Google. En este sentido, un decisión tan drástica pondría en riesgo la innovación tecnológica e incluso la privacidad de los usuarios. Sin embargo, una nueva política de control resulta necesaria para que la influencia de los gigantes de Silicon Valley crezca tanto que sea imposible de controlar.

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