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Hay vida más allá del bitcoin: los otros usos del blockchain se hacen sitio en el MWC

Hay vida más allá del bitcoin: los otros usos del blockchain se hacen sitio en el MWC

Reuters

La tecnología y la idea blockchain se extiende cada vez más entre industrias no vinculadas a las finanzas. Fuera del ruido en torno al bitcoin, múltiples proyectos sacan la cabeza bajo dos principios claves: “neutralidad” y “confianza”

 

Pocas palabras han hecho más ruido en los últimos años si hablamos de tecnología. El bitcoin, el producto más popular creado en torno al concepto blockchain, se ha convertido en un torrente de noticias y polémicas. Pero más allá de esta moneda encriptada, el modelo que plantea la ‘cadena de bloques’ –traducción literal del término anglosajón- ha abierto la puerta a un enorme número de proyectos no directamente vinculados al mundo financiero.

En esencia, el blockchain no es otra cosa que una base de datos distribuida entre múltiples usuarios que, de un modo descentralizado, se encargan de verificar una transacción. Esta puede ser económica, pero también de tipo informativo, incluyendo datos particularmente sensibles: el voto en unas elecciones, la identidad de un investigado por la policía o la firma de un contrato de la administración pública.

Las aplicaciones mencionadas son algunos de los casos reales que estos días se escuchan por los pasillos y las salas de reuniones del Mobile World Congress (MWC). Tras pasar años circunscrita a los círculos “cripto” –tal y como autodenominan sus integrantes a este mundillo-, la tecnología blockchain comienza a abrirse a ámbitos más masivos.

Estos son algunos de los proyectos que esta semana tienen su sitio en el gran congreso de la industria móvil.

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Un asistente al MWC que facilmente podría ser un «minero» digital del blockchain | Foto: Pablo Jiménez / The Objective

‘Mineros’ al servicio de la administración pública

Jelurida es una joven compañía holandesa que vende la infraestructura necesaria para el funcionamiento de una solución basada en la ‘cadena de bloques’ (“somos el ‘Wordpress’ del blockchain”, proclaman). Entre sus clientes figura una pequeña región de Austria que ha instalado esta tecnología en el portal público de la comarca. Antes de subirse una multa o notificación a la plataforma, los ‘mineros’ –nombre con el que se conoce a los nodos o direcciones que integran una red de este tipo- verifican que la transacción de los datos se hace de un modo seguro, explica Francisco Sarrias, responsable para España y Latinoamérica de la empresa.

“El blockchain elimina la necesidad de confiar en alguien”, asegura este ingeniero catalán. En el caso citado, la parte descartada de la ecuación sería el proveedor tradicional de telecomunicaciones contratado por la administración. “Con el algoritmo matemático digitalizas la confianza”, asegura Sarrias.

El objetivo por tanto es eliminar intermediarios privados para sustituirlos por una red de direcciones/mineros que autentifican el traspaso de la información, sin que ésta quede nunca al descubierto.

Neutralidad, transparencia, inviolabilidad… son algunos de los términos continuamente en boca de expertos y profesionales de esta tecnología. Conceptos que servirían como antídoto a las principales fallas del sector público (corrupción, tráfico de influencias, errores de seguridad), sostienen desde Jelurida. ¿Pero comparten hoy este entusiasmo los ayuntamientos y gobiernos? ¿Qué se percibe al reunirse con ellos? “Hace falta voluntad política. Vemos un interés, pero no una voluntad inmediata de aplicar soluciones de este tipo”, critican.

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Algunos stands del MWC que pueden inspirar la reducción de la huella de carbono | Foto: Quique García / EFE

Reducir las emisiones de CO2 a golpe de ‘token’

A escasos 200 metros de la esquina que ocupa Jelurida en el 4 Years From Now (4YFN), el espacio para emprendedores del congreso, está el pequeño stand de Tracks CO2. Esta start-up con sede en Barcelona pretende aplicar la filosofía blockchain a un mercado creciente: empresas que optan por compensar sus emisiones de dióxido de carbono invirtiendo en proyectos medioambientales.  

En una vuelta de tuerca a esta idea, desde Track CO2 proponen a grandes y medianas compañías invertir esta partida presupuestaria en su criptomoneda interna o ‘token’. Este valor privado irá a parar a los usuarios de la plataforma que reduzcan su huella de carbono –esto es, las emisiones derivadas de su vida diaria, desde coger un avión o utilizar el coche para ir al trabajo-. Cuanto menos contamines, más ‘trackos’ conseguirás. Finalmente, ellos serán quienes decidan dónde acaba la inversión hecha por la empresa al inicio de esta cadena.

“Estamos alargando el camino pero duplicamos su efecto sobre el medio ambiente”, explica Enrique Oriol, de Track CO2. ¿Y por qué incluir en este proceso su cripto-moneda interna? “Por la trazabilidad –otro de los conceptos estrella en torno al blockchain: poder seguir el rastro del dinero o de los datos- y la transparencia”, responde.

Más detalles sobre esta particular cadena: cuando la empresa del comienzo ha cumplido su parte (reducir en tantas toneladas su emisión de CO2) se emite de manera automática (a través de un ‘smart contract’ –otro concepto estrella en el gremio: un contrato o programa autoejecutable si se cumplen una serie de condiciones-) el número de ‘tokens’ equivalentes.

 

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Centaur está pensado para evitar la pérdida, el deterioro o incluso episodios de contaminación de la materia prima | Foto: REUTERS/Yves Herman

Control descentralizado sobre la industria alimentaria

Ya en el recinto de Fira Gran Vía, ubicado en L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona), se encuentra otro de esos proyectos integrados en esta creciente ‘Generación Blockchain’. Sentado en una mesa del pabellón de Grecia, Sotiris Bantas explica el funcionamiento de Centaur, una de las soluciones tecnológicas con las que la delegación helénica ha llegado este año al MWC.

Su producto, enmarcado en la industria del transporte marítimo de mercancías –sector en el que Grecia es una potencia mundial-, permite monitorizar productos agrícolas durante el largo viaje que va desde la granja hasta la estantería del supermercado. Arroces, trigo y otros cereales recorren miles de kilómetros sin que el cliente al que van destinados (tiendas o cadenas de distribución) tenga la seguridad de que se mantienen bajo condiciones idóneas.  

“Instalamos sensores dentro de los barcos que nos dan información de alta calidad en tiempo real del estado del producto”, explica Bantas. Estos datos se encriptan a través de una red blockchain (“una capa de confianza”) que los almacena y a través de la que son accesibles para el proveedor final. Centaur está pensado para evitar la pérdida, el deterioro o incluso episodios de contaminación de la materia prima durante su traslado en barco.

Aunque a día de hoy está solo dirigida a empresas distribuidoras, la herramienta tiene el potencial de resultar útil también para el consumidor final que se sienta a la mesa. “No quieres dejar información tan valiosa en manos de una sola compañía transportista”, explica su creador. Datos que permiten poner luz sobre ese gran agujero oscuro que hoy sigue existiendo sobre parte de la industria alimentaria.

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Conferencia «IoT Security & the Blockchain», con Anoop Nannra, de Cisco Systems durante el Mobile World Congress (MWC) | Foto: Pablo Jiménez / The Objective.

Vidas y datos conectados, ¿pero seguros?

La máxima seguridad, o al menos elevar el nivel de esta, es por tanto uno de los grandes hitos a los que aspira la tecnología blockchain. Además del creciente número de empresas con presencia en la feria, el MWC ha incluido este año por primera vez varias conferencias vinculadas a este nuevo paradigma.

En la jornada inaugural del lunes saltó al escenario de uno de los auditorios del congreso un tema candente en la industria: la seguridad, o más bien la falta de esta, en el Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés); y el papel que puede jugar el blockchain para mejorarla.

Como señaló durante el evento Seshu Madhavapeddy, directivo de la multinacional Qualcomm, la existencia de múltiples dispositivos conectados en nuestro día a día compartiendo información genera amenazas en diversos frentes: la identidad del interlocutor con el que se comparte esta información, el uso de contraseñas débiles o la modificación de los códigos de comunicación destacan entre ellas.

Ahí es donde, según los ponentes, deberían aprovecharse las posibilidades de encriptación que a día de hoy ya existen. El blockchain permite construir esa “confianza” a lo largo de todos los eslabones de la cadena de suministro de información, desde la fuente inicial hasta su destinatario, defendió Anoop Nannra, del grupo estadounidense Cisco Systems. Transparencia, inmutabilidad de los datos y neutralidad sonaron de nuevo sobre el estrado como los conceptos clave.

Con la sala llena se cerró la que probablemente será la primera de muchas charlas sobre este incipiente paradigma en el MWC. La ‘cadena de bloques’ continúa así dando pasos en su camino lento pero seguro desde la esfera “cripto” hasta el mundo del común de los mortales.

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