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Sociedad

«La familia es amor», da igual cómo se forme

Hay muchos tipos de familia, pero todas ellas deben tener en común una cosa: el amor. Hemos hablado con Mónica, madre soltera por elección, y con Marta y Celia, madres de Lya, para conocer sus preocupaciones como familias diversas

«La familia es amor», da igual cómo se forme

Eva Cubas | The Objective

Dejemos atrás la idea de un papá, una mamá y dos niños. La sociedad y nuestros hogares están cambiando para acoger la diversidad familiar. Tradicionalmente, en los colegios se han celebrado el Día del Padre y el Día de la Madre, pero esta costumbre puede hacer que los niños que no tienen padre o madre, por el motivo que sea, se sientan excluidos. Por eso, está cogiendo fuerza la celebración del Día Internacional de la Familia el 15 de mayo.

Desde The Objective hemos conversado con familias diversas para que nos hablen sobre sus preocupaciones, sus aspiraciones y cómo les afecta su falta de representación en la sociedad. Mónica decidió ser madre soltera, mientras que Marta y Celia tienen una hija juntas.

Mónica de Tomás forma una familia monoparental junto con su hija de dos años y medio, Laia. Pese a no tener pareja, cuando terminó de estudiar tenía claro que quería ser madre y que no era un impedimento serlo sola. Tras un año de pruebas médicas, se sometió a un tratamiento de inseminación artificial.

Aunque Laia todavía es muy pequeña, ya está siendo educada en la diversidad familiar para que conozca no solo su modelo familiar, sino todos los que se encontrará en la sociedad. Su madre le lee libros infantiles sobre este tema. Además, Mónica cuenta que, alguna vez, Laia ha señalado con curiosidad al papá de cuentos infantiles. En esos momentos, su madre ha aprovechado para explicarle: «Ese es el papá. Hay familias que tienen papá y mamá, otras que solo tienen mamá, como tú…».

Quizás, la sociedad tiende a asumir una realidad familiar como la universal y, partiendo del desconocimiento, se juzga a quienes no se corresponden con ese modelo. Mónica confiesa que ha notado un incremento de juicios a raíz de la pandemia, especialmente al principio, por parte de a quienes ella denomina ‘policías de balcón’. «Yo tengo que ir a bajar la basura con mi hija», defiende. «Ver cómo vecinos que normalmente te saludan, no lo hacen o giran la cara… Es complicado».

Marta y Celia (@mamanohaymasquedos) forman una familia homoparental junto con su hija Lya, de un año y diez meses. Tienen más de 10.000 seguidores en Instagram, pero aseguran que les llegan muy pocos comentarios negativos entre su comunidad de followers y tienen claro que lo que más reciben es apoyo. Sin embargo, califican su historia de «intensa» en relación a los juicios que han soportado por parte de familiares y amigos. Celia confiesa que «en muchos sentidos hemos estado solas y no hemos tenido el apoyo de parte de la familia y demás». «Es triste, pero es lo que hay», sentencia Marta.

Por su parte, Mónica admite que una de las desventajas de ser madre soltera es que «discutes mucho con los padres», ya que, aunque defiende que tiene una relación muy buena con ellos, «parece que tienen más derecho a insistir sobre la crianza». A fin de cuentas, la mayor ventaja para esta mamá soltera es que la educación de su hija la decide ella.

Sin duda, los problemas de conciliación son lo más complicado para Mónica, que defiende que, en su colectivo, muchas mamás no tienen tiempo para ellas porque no cuentan con una «ayuda externa» que les permita relajarse. «Conciliar es más difícil que cuando sois dos».

En su caso, Mónica teletrabaja el 20% de la jornada y suele comer «lo más rápido posible» para recoger a Laia de la guardería. Algunas tardes necesita un apoyo externo que le facilite conciliar, pero asegura que por las noches es cuando más aprovecha para hacer sus labores diarias o para descansar: «Duermo poco, pero me compensa».

En este sentido, esta mamá soltera echa en falta muchas ayudas por parte del Estado. Conciliar es algo más sencillo ahora que tiene a su familia en Madrid, donde reside, pero narra que estuvo viviendo en Salamanca y, en ese momento, tuvo que desechar la idea de ser madre «porque estaba sola». «Tengo compañeras de la Asociación Madres Solteras por Elección que están aquí solas y necesitan una ayuda externa».

Mónica reclama «no ya una ayuda económica, sino la ayuda externa de conciliación, que el Estado, de alguna forma, te pueda poner». Asimismo, considera necesario que se regule una ley en la que se de alguna prioridad a las familias monoparentales a la hora de escoger centro educativo «por tema de horarios, porque para nosotras conciliar es más difícil». Mónica asegura que otro tipo de familias tienen puntos para ello, simplemente por su modelo de familia y confiesa no entender por qué no sucede lo mismo con las familias monoparentales. «Somos casi dos millones de familias monoparentales a nivel nacional. Necesitamos una ley de familias monoparentales ya».

Mónica lamenta que «parece que, culturalmente, nos han metido en la cabeza que tienes que tener una pareja para ser madre». Afirma que para ella, la pareja y los hijos son dos cosas independientes y que «no se cierra» a tener una pareja, pero defiende orgullosa que «mi hija es mía y la pareja es a parte».

Por su parte, las mamás de Lya echan de menos una mayor visibilidad de familias diversas en «dibujos animados, series, películas, anuncios…». En cuanto a series de televisión, Celia se pregunta: «¿Si hay 10 familias, cómo es posible que ninguna sea diversa? Ninguna es una madre soltera, un padre soltero, dos mamás, dos papás…».

Como instagrammers, ellas contribuyen a normalizar su tipo de familia y tratan de mostrar que son «igual que cualquier otra», con sus problemas y sus días de felicidad, como todas. Además, sostienen que están educando a su hija «con unas bases para que esté preparada para las situaciones a las que podría enfrentarse» socialmente, aunque lamentan que no tenga referentes en los dibujos animados o en cuentos infantiles.

La pequeña Lya va a la escuela infantil y sus madres aseguran estar «encantadas» con el trato que recibe. Sin embargo, han vivido algún episodio desacertado fruto del desconocimiento social. El pasado Día del Padre, recibieron un regalo. Explicaron a la profesora que su hija «simplemente, no tiene papá». No dan demasiada importancia a ese tipo de circunstancias porque consideran que las propias familias diversas tienen que asumir el rol de informar para contribuir a que la sociedad avance en ese sentido. Sin embargo, defienden la postura de celebrar en la intimidad los días de la madre y el padre, para que los niños que, por el motivo que sea, no tienen padre y/o madre, no se sientan excluidos en el colegio. En su lugar, ofrecen la alternativa de celebrar el Día de la Familia, que, según defienden, «es mucho más inclusivo».

Ante todo, Celia defiende que «la familia es amor, es hogar y es lo que tú formas». Anima a quien quiera formar su familia a que «no tenga miedo» porque «tiene apoyo» y «en la sociedad, poco a poco, vamos avanzando».

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