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Gastronomía

Cuatro almazaras para recorrer y probar (en directo) su aceite de oliva virgen extra

Oleoturismo, porque viajar al corazón del AOVE también se está poniendo de moda

Cuatro almazaras para recorrer y probar (en directo) su aceite de oliva virgen extra

Almazara hacienda Queiles

Si bien a día de hoy hablar de aceite de oliva virgen extra es referir casi un artículo de lujo (dado los precios que tiene), tal vez es también por eso –por lo que representa– que el oleoturismo no deja de incorporar practicantes y opciones para practicarlo. Un turismo en torno a las almazaras para acercarse y conocer de primera mano cómo se elabora tan preciado alimento (el aceite de oliva virgen extra, AOVE), probarlo junto a sus elaboradores in situ y, de paso, volverse con unas botellas o garrafas en el coche… Sin duda alguna acertada idea por la razón esgrimida en la primera línea. Una motivación más, entre otras, que contribuye a que el oleoturismo, de un tiempo a esta parte, haya ganado protagonismo como alternativa turística pues además es una vía de fidelización asegurada.

Cuestión económica aparte, tenemos claro que el aceite de oliva es destacada seña de identidad de nuestra gastronomía (¡somos el mayor olivar del mundo!) e incuestionable su papel beneficioso para la salud como no dejan de recordar especialistas y dietistas, sin olvidar el motor económico que es en tantos territorios de nuestro país. Porque es en nuestro campo donde se obtienen las mejores aceitunas, con diversidad de zonas de elaboración y amplia variedad de aceitunas (hojiblanca, picual, arbequina, manzanilla, gordal, cornicabra, royal, verdial o castellana las más populares) en función del sitio en que nos encontremos.

Con todo, y tal vez por inspiración de cómo ha evolucionado el turismo en torno al vino, las zonas más identificadas con la elaboración de aceites virgen extra han visto en el creciente interés del consumidor ese ‘gancho’ para también desarrollar ellas un turismo en torno a su aclamado oro líquido. Y las almazaras se han ido profesionalizando, poniendo ‘bonitas’ y poco a poco planificando actividades pensadas para los viajeros que visitan sus territorios.

Es así como el AOVE, la máxima categoría dentro de los aceites,  y lo que lo rodea ha pasado a ser un reclamo turístico que está favoreciendo a destinos y productores. En la propuesta, paseos entre olivos, reconocimiento de variedades de aceitunas, museos temáticos, centros de interpretación, visitas guiadas, catas de producto o incluso tratamientos (estéticos y/o relajantes) con el aceite como protagonista. Planes y experiencias organizadas por las propias elaboradoras o por iniciativa de entidades público-privadas (asociaciones, colectivos profesionales, departamentos turísticos, denominaciones de origen…) vinculadas de alguna manera con el aceite de oliva y que suponen además un empuje extraordinario para las economías locales.

Es tal el desarrollo del oleoturismo que la próxima Feria Internacional del Aceite de Oliva, en su edición 2024, ya prevé un espacio dedicado en exclusiva al turismo en torno al aceite y el potencial que tiene «dada su relevancia como dinamizador del sector», apuntan desde la organización. 

Sobre el terreno, no todas las empresas quieren o están preparadas para atender a los visitantes, y las hay que piden un mínimo de personas para organizar un recorrido por sus instalaciones. Pero es que podemos decir que esto está arrancando, y por eso es fácil que en alguna ocasión uno se acerque a una almazara y se lleve la sorpresa, tras preguntar, de que le organizan una experiencia al momento y a la medida, o sea, particular y personalizada. Por eso, no se queden con las ganas y consulten. 

No olvidemos que España es el primer productor y exportador de aceite de oliva del mundo, y en la actualidad contamos con más de una treintena de Denominaciones de Origen Protegidas (D.O.P.) y dos Indicaciones de Geográficas Protegidas (IGP) de aceite de oliva virgen extra que validan su calidad. En este contexto, en Andalucía son muchas las rutas y actividades planificadas en torno al aceite con la participación de sus almazaras, dada la relevancia que tiene esta industria en el territorio, pero también otras comunidades como Extremadura, Cataluña, Valencia o Castilla-La Mancha producen grandes y reconocidos aceites y las experiencias oleoturísticas van tomando forma y ganando presencia. De entre las alternativas existentes, estas cuatro se cuentan entre las destacadas del país por el protagonismo que le han dado al turismo y la cantidad de visitantes que reciben.

Aubocassa (Manacor, Mallorca)

Una de las marcas top en el AOVE que revolucionó a finales de los noventa la oliviticultura mallorquina por su empeño en la elaboración de aceites premium fruto de un entorno, de un paisaje. La finca en una antigua propiedad, presente en documentos del siglo XII, que ha ido adquiriendo forma y personalidad a partir de los distintos cultivos plantados con el paso de los años. En este entorno cargado de historia los visitantes puedes pasear con un guía por el olivar, donde tienen exclusivamente la variedad arbequina en olivos plantados entre los años 96 y 97; conocer a pie de almazara el proceso de elaboración; catar los aceites en compañía de un tentempié… Son varias las experiencias que se pueden contratar a través de su página web .

Cata de aceites en Aubocassa.

Hacienda Guzmán (La Rinconada, Sevilla)

Un auténtico referente para quien quiera hacer oleoturismo a la medida porque Hacienda Guzmán se ha convertido en un centro de referencia mundial en materia de oleoturismo. Cuentan con uno de los mayores museos de olivos del mundo, y en la ‘olivoteca’ reúnen más de 150 variedades de 13 países diferentes. Hay que decir que estamos en una histórica hacienda olivarera, con más de cinco siglos de historia, cuando Hernando Colón, hijo de Cristóbal Colón, exportaba el aceite de oliva producido en la hacienda a las Américas. Un lugar impresionante para pasear, aprender, catar, disfrutar, con numerosas actividades y experiencias en torno al AOVE . Conserva un molino del siglo XVII y recrea de manera fiel el proceso tradicional de elaboración.

Hacienda Guzmán, picnic en el olivar.

Palacio de los Olivos (Almagro, Ciudad Real)

La finca manchega de Los Olivos se localiza en tierras de origen volcánico en Campo de Calatrava, a pocos kilómetros del bonito e histórico pueblo de Almagro. De esta casa es el AOVE de picual más premiado internacionalmente, pues sólo este año lleva ya más de una quincena de medallas de oro en diferentes concursos. Reconocimientos que suma a los más de 150 que ha recibido desde que comenzara su andadura hace seis años. Con la firma Olivapalacios al frente, la visita a la almazara permite realizar catas y degustaciones aparte de recorrer el olivar donde cuentan con más de 180 hectáreas de la variedad picual, 25 de arbequina y un espacio de experimentación con otras aceitunas. Para más información y reservas se puede enviar un correo a [email protected] o llamar al teléfono 91 308 24 82.

Almazara Palacio de los Olivos

Hacienda Queiles (Monteagudo, Navarra)

Esta casa forma parte de la Asociación Grandes Pagos de Olivar fundada en 2005 y que reúne a  siete productores de prestigiosos aceites de oliva virgen extra cuyo olivar recuerda a los châteaux vinícolas, es decir, las instalaciones están rodeadas de los cultivos, en este caso de árboles de la variedad arróniz, la aceituna autóctona de Navarra. El valle en el que se sitúa esta hacienda ha estado vinculado al olivo y la vid desde la época romana, y el pago de Hacienda Queiles forma parte de las antiguas tierras que pertenecieron al Monasterio de Tulebras, primera abadía femenina de la orden del Cister en Europa (siglo XII). En su caso proponen dos opciones de visita, una con cata premium.

Almazara hacienda Queiles

Los productos seleccionados responden exclusivamente a un criterio profesional y de calidad.

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