Trump ha ganado las primarias republicanas

Ya hemos visto suficiente. El expresidente Trump ganó de manera convincente el caucus de Iowa y las primarias de New Hampshire. Trump está en camino de ganar la nominación republicana. A diferencia del gobernador DeSantis, la embajadora Haley aún no se ha retirado. Haley no tiene un camino viable para ganar las primarias republicanas. Que Trump gane Iowa y New Hampshire es un gran logro, histórica y estratégicamente. Iowa por 30 puntos y New Hampshire por 10. La campaña para las elecciones generales ya ha comenzado, antes que nunca. El escenario está preparado nuevamente para un enfrentamiento entre Biden y Trump en noviembre de 2024.

Si las elecciones fueran hoy, las encuestas y los modelos estadísticos sugieren que Trump ganaría. Dadas las bajas aprobaciones generales y en temas concretos de Biden. Trump probablemente superará a Biden en las muestras de encuestas nacionales y de Estados indecisos durante la mayor parte del año. La elección de noviembre se decidirá más por la participación controlada que por los fundamentos o mensajes electorales, dada la estrategia de campaña de Biden de que se opte por cualquiera que no sea Trump, las divisiones republicanas y su tradicional mala gestión organizacional.

Trump contra el ‘establishment’

Las elecciones no son hoy. El Partido Republicano está profundamente dividido. El establishment republicano se opone a Trump y está comprometido a ayudar al movimiento «nunca más Trump» con financiación y oposición mediática. Temen que el presidente Trump gane la nominación republicana y la presidencia basándose en muestras de encuestas nacionales y los impresionantes resultados de Iowa y New Hampshire. Se están considerando medidas extremas (financiación, publicidad, respaldos) para impulsar a Haley.

La mayoría de los encuestadores republicanos consideran que es improbable que cualquier esfuerzo de último minuto pueda tener éxito en Carolina del Sur el 24 de febrero o a nivel nacional. Es muy probable que la embajadora Haley abandone antes de las primarias de Carolina del Sur en los próximos días. Una derrota humillante ante Trump en su Estado natal dañaría sus aspiraciones a un cargo nacional a largo plazo.

¿De qué se trata la elección?

A diferencia de 2016 y 2020, en 2024 Trump disfruta de un apoyo más amplio, según los datos internos de muestras nacionales y encuestas de entrada y salida de Iowa y New Hamshire. Esta vez, Trump tiene un mayor apoyo entre los republicanos conservadores y los independientes moderados. A pesar de la cada vez más probable perspectiva económica de aterrizaje suave, los votantes están muy preocupados por su bienestar económico y, por eso, miran a Trump, no a Biden, en busca de esperanza y soluciones. La lección de Iowa y New Hampshire hasta ahora es que un amplio segmento del electorado cree que la agenda posmodernista demócrata ha alienado a la clase media.

La estructura de las elecciones de 2024 será una contienda entre dudas persistentes sobre la idoneidad de Trump para el cargo y la pérdida de credibilidad de Biden entre la clase media, particularmente entre los moderados y los independientes. Los demócratas argumentarán que Trump representa una amenaza a la democracia. Los republicanos de Trump argumentarán que Biden es una amenaza para la clase media, y los republicanos que no son de Trump se verán obligados a elegir el menor de los dos riesgos.

Vicepresidente Britt o vicepresidente Scott

A pesar de las evasivas públicas, la campaña de Trump esta considerando a los senadores Britt (Alabama) y Scott (Carolina del Sur) como candidatos a vicepresidente. La campaña de Trump ha autorizado la discusión de ambos nombres en los medios. El equipo de liderazgo de la campaña del presidente Trump (Bravender, LaCivita, Jack y Wiles) está tratando de consolidar apoyos inmediatamente para ampliar su atractivo entre los conservadores, los independientes y nuevos votantes más adelante. Britt y Scott son sólidos vehículos para ampliar el atractivo de Trump. A pesar de las negativas, es probable que la representante Nacy Mace y Nikki Haley también sean objeto de seria consideración.

Campaña nacional 2024: Biden contra Trump

Es probable que las campañas de Trump y Biden hagan la transición a sus estrategias electorales generales la próxima semana. Ambas partes se centrarán en propuestas generales y críticas negativas del historial y las posiciones temáticas de cada uno. Es probable que la reversión de la política fiscal, energética y de transformación verde de la administración Biden entre en el foco de atención de los mercados y de la opinión pública. Es probable que la extensión de los aranceles y recortes de impuestos propuesta por Trump forme parte del debate político durante el resto del año.

Guerra legal

La pronta conclusión práctica de las primarias republicanas también puede incrementar el importante riesgo legal e institucional durante el ciclo de 2024. Se espera que la Corte Suprema de Estados Unidos se pronuncie sobre la elegibilidad de Trump bajo la cláusula de insurrección de la 14ª enmienda en marzo o abril. Es probable que la corte suprema tenga que involucrarse en otros casos. Aquí se puede ver un calendario maestro de los casos civiles y penales del expresidente antes de la Convención Republicana de julio.

La estrategia legal táctica de Trump es retrasar tantos procedimientos judiciales como sea posible, mediante cuestiones procesales y apelaciones, hasta después de las elecciones. El Departamento de Justicia y los demócratas quieren adelantar el cronograma para lograr tantas condenas como sea posible antes de la Convención Republicana. La mayoría de las encuestas sugieren que una porción significativa del electorado (incluidos republicanos e independientes) reconsideraría su predisposición a votar por el presidente Trump si es declarado culpable, particularmente en el caso de «conspiración para defraudar a los Estados Unidos» del fiscal especial del Departamento de Justicia.

Riesgos institucionales

La mayoría de los votantes en las recientes elecciones de Iowa y New Hampshire cuestionan la legitimidad de las elecciones presidenciales de 2020. Los encuestadores y consultores independientes saben que los votantes han cuestionado la idoneidad de las reglas administrativas de las últimas elecciones nacionales: envío universal de papeletas por correo, buzones de entrega, recolección de votos, falta de verificación, protocolos de certificación de tabulación irregulares, admisión de votos tardíos, voto ausente sin motivo, etc. Los demócratas intentarán por todos los medios legales preservar tantas de esas medidas extraordinarias como sea posible este año, y los republicanos intentarán impugnarlas.

Al final, los tribunales se verán obligados a decidir. Es probable que la campaña de Trump sea más proactiva desde el punto de vista legal que en 2020 para evitar la manipulación de la participación. Si las elecciones de 2024 se rigen a nivel estatal por los mismos estándares que en 2020, Trump necesitará un margen electoral mucho mayor en los estados indecisos (Arizona, Georgia, Michigan, Pensilvania, Carolina del Norte y Wisconsin) para ser reelegido. Es probable que la participación artificial gestionada (no motivada por mensajes) sea la clave para volver a ganar en noviembre de 2024.

Espejos electorales

Las primarias estadounidenses son muy diferentes de las primarias europeas. El débil sistema de partidos estadounidense se basa en largas y prolongadas batallas entre los votantes, no en breves debates entre cuadros internos del partido, para decidir qué cuestiones importan y quién puede ofrecer mejores soluciones y esperanza. Por eso Trump pudo desafiar a la burocracia del Partido Republicano en 2016 y tomar el control como un outsider. En Iowa y New Hampshire, los votantes republicanos han demostrado que, a pesar de sus justificables vacilaciones, todavía confían en que Trump les devolverá la esperanza. 

La clave para el ciclo electoral de 2024 será comprender los factores que impulsan a los votantes potenciales de Trump, que incluyen a republicanos, independientes y, sí, demócratas moderados, no sólo los defectos personales de Trump. Siempre se trata de los votantes, no de los candidatos. Las elecciones son espejos donde los votantes ven sus propias esperanzas y temores, no sólo los defectos y virtudes de los candidatos.