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La cápsula Dragon de SpaceX se acopla a la Estación Espacial Internacional

La NASA otorgó más de 3.000 millones de dólares de contratos a SpaceX para desarrollar este servicio

La cápsula Dragon de SpaceX se acopla a la Estación Espacial Internacional

La nueva cápsula Crew Dragon de SpaceX se ha acoplado automáticamente a la Estación Espacial Internacional (ISS) este domingo, según han confirmado tanto la NASA como la compañía de Elon Musk durante la transmisión en directo de las operaciones.

 

 

«Captura suave confirmada», ha dicho la NASA. El contacto ha ocurrido a las 10H51 GMT a más de 400 kilómetros sobre la superficie de la Tierra, al norte de Nueva Zelanda, 27 horas después del lanzamiento de Dragon por un cohete de SpaceX desde el Centro Espacial Kennedy. Es la primera misión de prueba, sin astronauta, antes de una primera misión tripulada prevista para este año.

Los ingenieros de SpaceX y de la NASA quieren tener garantías de que el vehículo es fiable y seguro para los humanos, y también verificar que los cuatro paracaídas, probados ya varias veces, amortiguarán su caída en el Atlántico.

Los sensores que lleva incorporados Ripley, el maniquí bautizado como la heroína de los filmes de «Alien», medirán las fuerzas a las que estarán sometidos los futuros pasajeros.

Pero el comienzo exitoso de la misión fue evidentemente tranquilizador.

En la rueda de prensa, Musk se dirigió a los dos astronautas que volarán en la Crew Dragon la próxima vez para preguntarles: «¿Creen que es un buen vehículo?», a lo que ambos asintieron con la cabeza.

«Ver un éxito como este nos da confianza para el futuro», dijo uno de ellos, Bob Behnken.

Además, la empresa logró por 35ª vez recuperar la primera etapa del cohete, que regresó sin problemas hasta una plataforma autónoma en el Atlántico, a 500 km de la costa.

Boeing, la otra cápsula

«Este día representa una nueva era de vuelos espaciales», sostuvo el director de la NASA, Jim Bridenstine, quien lo ve como el primer paso en la «privatización» de la órbita terrestre baja.

Ahora, insistió, la NASA dejó de arruinarse construyendo naves o lanzadores y compra un servicio, reduciendo así sus costes de acceso a la ISS y pudiendo centrarse cada vez más en el regreso a la Luna en la próxima década.

Desde 2010, la NASA otorgó más de 3.000 millones de dólares de contratos a SpaceX para desarrollar este servicio, y 4.800 millones de dólares al grupo Boeing. Cada una de las compañías deberá realizar seis viajes de ida y vuelta a la Estación Espacial, sin contar las pruebas.

Desde 2014, SpaceX ocupa la mítica plataforma de despegue 39A, de donde partieron las misiones Apolo hacia la Luna.

Desde 2011, el único transportista hacia la ISS es la agencia espacial rusa, y los astronautas estadounidenses deben viajar a bordo de las naves Soyuz, tras haber aprendido ruso y haberse entrenado en Rusia.

Para SpaceX, que se encarga del reabastecimiento de la ISS desde 2012, lograr poner astronautas en órbita sería todo un logro, tras haber conquistado el mercado de lanzamiento de satélites privados.

Pero por precaución, en caso de que ni SpaceX ni Boeing estuvieran listos antes de fin de año, la NASA compró dos asientos adicionales en las Soyuz para asegurarse el acceso a la ISS hasta 2020.

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