Endivias en verano: el gran beneficio para tu salud de esta hortaliza de temporada

Llega el verano y con él llega también la mejor temporada de endivias. Quizá nunca te las has planteado desde un punto de vista que vaya más allá de los gustativo, pero tienes motivos nutricionales para hacerles más caso del que creerías durante este verano.

Ya no solo por los simplemente organoléptico. Sabemos que son verdes, crujientes, ligeramente amargas y que le suelen ir bien sabores intensos. Todo lo contrario de lo que suele suceder con otro tipo de lechugas o vegetales de hoja verde que sean tradicionalmente más sosos y más planos.

En términos musicales, diríamos que una lechuga iceberg o una lechuga romana, pueden ser una canción más bien tranquila, mientras que las endivias son un auténtico rock’n’roll. Es cierto que no es una hortaliza para todos los paladares por ese componente amargo que la caracteriza. En este sentido, se puede parecer ligeramente a la escarola en cuanto amargor incluso a toque crujiente.

Sin embargo, sus ventajas también vienen dadas porque las podemos sacar con mucha facilidad del mundo de las ensaladas, ya que las endivias pueden jugar en la liga de los entrantes perfectamente, pero también en la de los principales, convertidas en guarnición.

Lo malo es que no todo el mundo tolera igual el punto de amargor que tienen las endivias. Para esto, lo más recomendable es cortar el cono de la base, que es donde concentran más amargor. A la hora de prepararlas, no hay nunca que remojarla ya que esto multiplica su mayor. Lo único que habría que hacer sería enjuagarlas ligeramente.

A partir de ahí, se pueden utilizar como queramos. Una vinagreta o alguna salsa con una base de grasa (pensemos en el clásico roquefort o en otros quesos bajos en sal, como los que ya te contamos en THE OBJECTIVE) son ideales para acompañarlas en entero. También se pueden comer troceadas o partidas, distribuidas dentro de una ensalada. Además, como tienen cierta textura, aguantan bien cocciones como salteados o asados. No obstante, hoy venimos a hablar de sus virtudes nutricionales.

Los beneficios nutricionales de las endivias

Hay muchas más razones para consumir endivias de lo que parece. Especialmente si pretendemos sustituir las tradicionales lechugas por ellas. Como es lógico, cumple con los mismos patrones básicos que otras verduras de hoja verde. Es decir, se trata de un ingrediente muy poco calórico, que además tampoco tiene unas cantidades demasiado relevantes ni de carbohidratos ni de proteínas. Por descontado, también es un producto con nada de grasa.

No obstante, una de sus principales ventajas está en la cantidad de fibra que aporta. Al contrario de lo que sucede con la lechuga, las endivia es, tienen una cantidad de fibra apreciable (unos 3 gramos por cada 100 gramos de producto). Es cierto que no es la panacea respecto a la fibra, pero teniendo en cuenta el tipo de uso que damos de las endivias, no está mal.

Además, conviene no quedarse solo en la superficie de los macronutrientes o la fibra. Las endivias son también una fuente relativamente interesante de ciertos minerales (como el calcio, el fósforo y el potasio) y también de algunas vitaminas. Una de la que más nos interesa de cara al verano es la vitamina A o betacaroteno.

De ella te hemos hablado en el pasado, pero hoy te recordamos que se caracteriza por tener efectos antioxidantes. También sucede con el kaempferol (otro flavonol, ergo, un antioxidante) que se vincula con la reducción del crecimiento de las células cancerígenas.

Con ellos conseguimos neutralizar los radicales libres, que además nos vendrán perfectos para reducir el estrés oxidativo de los tejidos celulares. Algo absolutamente fundamental en verano, debido a la sobreexposición que tenemos a la radiación solar.

Endivias: aliadas del corazón y de la sangre

Por otro lado, las endivias son ricas en folatos. Este tipo de vitaminas del grupo B nos ayudan a crear más células y glóbulos rojos. Algo que en verano, cuando nuestra dieta no es tan regular, nos puede venir muy bien para no tener anemia o un cansancio demasiado acusado.

El remate, si de ventajas de las endivias hablamos, viene con la presencia de la vitamina K. Apenas 25 gramos de endivias suponen el 70% de la cantidad diaria recomendada para esta vitamina. Quizá no tenga la fama o repercusión de la vitamina C o de la vitamina D, pero es más que relevante.

Su función primordial es la de ayudar en la coagulación de la sangre, motivo por el que también se vincula a una buena salud ósea y al aprovechamiento del calcio para fortalecer nuestros huesos. En esos términos, la vitamina K también se relaciona con una buena salud cardiovascular.