THE OBJECTIVE
El archivo del buitre

Cuando la división de la izquierda dio cuatro años de gobierno del PP en Extremadura

Izquierda Unida llegó a tener en los años 90 la presidencia de la Asamblea Extremeña con los votos de los ‘populares’

No es la primera vez que una inesperada desunión entre los partidos, en teoría afines, causa una elección de presidente del Parlamento extremeño inesperada, aunque habría que remontarse a 1995 para encontrar el primer presente similar. 

El PSOE del «guerrista» Juan Carlos Rodríguez Ibarra gobernó con mayoría absolutísima entre 1983 y 1995 como una apisonadora, en una actitud que había mosqueado durante años a los de Izquierda Unida extremeña. En 1995 Ibarra logró ser la fuerza más votada, pero sin mayoría absoluta; aun así, el presidente extremeño rechazó gobernar en coalición con los comunistas, porque asumía que IU nunca aceptaría llegar a ningún acuerdo con los ‘populares’, pero fue precisamente eso lo que acabó pasando. El 8 de junio de 1995 la diputada de Izquierda Unida, Teresa Rejas, era elegida presidenta de la Asamblea con los votos de IU y PP que, juntos, tenían mayoría absoluta.

Aquella decisión lanzó una fuerte campaña mediática respaldada por el PSOE de Ibarra contra la actitud de IU Extremadura por no haber pactado la presidencia de la cámara con el PSOE. Campaña a nivel nacional representada por El País y la SER, pero, especialmente, a nivel local por El Periódico de Extremadura de José Higuero y sus columnistas estrella, como Martínez Mediero o Ventura Duarte (No así el periódico Hoy, de Vocento, que no participó en ese tema). Por si eso fuera poco, Ibarra contribuyó a fomentar la división interna en IU, acercándose a los sectores más críticos (los diputados Luciano Fernández y Aparicio Pérez) para que dejaran de respaldar la postura del PCE y de Rejas y pasaran a apoyarle a él. 

La presidencia fue breve y en septiembre de 1997 Teresa Rojas dimitió del cargo para permitir que pasara al PSOE al comprobar que el grupo parlamentario de IU en Extremadura se desmoronaba entre disidencias y transfuguismos, dado que los dos diputados díscolos se pasarían al PSOE, unas heridas que IU no olvidaría.

La venganza de 2011

En las elecciones de 2011 por primera vez el Partido Popular fue la formación más votada en unas elecciones extremeñas. Pero su candidato, Monago (asesorado por Iván Redondo), no parecía tener muchas opciones aquella noche electoral, pues todo el sector político-mediático asumía que PSOE e Izquierda Unida gobernarían juntos, dado que sumaban mayoría absoluta. Lo que el PSOE y su entonces candidato Guillermo Fernández-Vara no sabían es que estaban dando a Izquierda Unida la oportunidad de resarcirse de los sucesos de 1995-1997 y de tantos años de ninguneo. Alejandro Nogales fue uno de los primeros diputados de Izquierda Unida en dejar claro que él no iba a votar a favor del PSOE en una investidura y, dado que el PP había ganado, si IU se abstenía, el presidente sería Monago.

La dirección nacional de Izquierda Unida de Cayo Lara ordenó que apoyaran al PSOE, pero el líder regional de Izquierda Unida en Extremadura, Pedro Escobar, sometió el tema a votación entre los militantes extremeños (una opción que ni Santiago Abascal ni María Guardiola se han planteado en una diferencia habitual entre modus operandi entre partidos de derechas y partidos de izquierda). El resultado de la votación fue claro: Izquierda Unida extremeña ponía fin a 28 años de gobierno del PSOE y entregaba por cuatro años el gobierno al Partido Popular de Monago, cuyo asesor áulico por aquellos días era Iván Redondo. 

En aquel momento, los medios de corte progresista, desde El País a Iñaki Gabilondo en la Ser, consideraron que IU Extremadura estaba traicionando a su electorado por no pactar con el PSOE (justo lo contrario a lo que opinan los medios progresistas hoy, encantados de que María Guardiola no pacte con Vox).

De igual modo, los medios de la derecha anticomunista que hoy echan pestes con que María Guardiola se niegue a hacer un frente de anti-izquierda, en aquel momento estaban encantados y era entrañable escuchar a todo un Carlos Cuesta elogiando lo positiva que resultaba la actitud de Izquierda Unida en Extremadura. Veremos si este remake tiene para sus actuales protagonistas el mismo resultado que tuvo el episodio de 2011 para los de entonces. 

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