THE OBJECTIVE
El archivo del buitre

Sánchez defiende a Jorge Javier Vázquez con más entusiasmo que a Irene Montero

O se habla de medios de comunicación o no, pero quedarse a medio camino es una invitación a la manipulación

Pedro Víctima Sánchez anda de gira por medios de comunicación para vender su perfil de víctima de los medios con la ayuda de periodistas como Jordi Évole al que se echaron en falta demasiadas omisiones en la parte mediática.

Escuchar a todo un Jordi Évole leyendo ante Pedro Sánchez la ristra de insultos que las cuentas de twitter troll escriben contra él como si aquello fuera un acoso intolerable resultó el doble de patético cuando encima Aimar Bretos lo hizo por segunda vez en la Cadena Ser. Aquello parecía una terapia. «¿Le duele que le llamen perro sánchez?», y Pedro Víctima Sánchez respondía: «Es duro, es duro…».

Dejamos para otro día la entrevista de anoche en El hormiguero y nos centramos en la de Jordi Évole en Lo de Évole, que era un bonito remake de la entrevista del año 2016 ya que en ella, por segunda vez, Pedro Sánchez quiso hablar de medios de comunicación, eso sí, de diferentes medios de comunicación.

Jordi Évole parecía haber olvidado que en la entrevista de 2016 Pedro Víctima Sánchez aseguró que el diario El País, controlado por las malvadas empresas del Ibex, los bancos y Telefónica le sojuzgaron, según él, para impedir que pudiera formar un Gobierno con Pablo Iglesias allá por el 2016. Sus grandes pruebas para demostrar esa vil maniobra de Prisa eran que El País había publicado editoriales contra él y que el director de El País había osado decirle que el periódico no estaría de acuerdo si gobernaba con Podemos e independentistas. Como se ve, una forma de actuar digna de Prigozhin la de El País.

Uno hubiera pensado que Jordi Évole, si quería hablar de medios, le preguntaría por este tema. Le diría: «¿El País le ha vuelto a amenazar como según usted le amenazaban en 2016?». Quizá le podría haber preguntado si tenía algo que decir Pedro Víctima Sánchez con que toda aquella cúpula de El País de 2016 fuera mandada a la puta calle 48 horas después de que él pusiera los pies en La Moncloa, por aquello de que siempre hay malpensados que piensan que pudo tener algo que ver. Es el mismo Jordi Évole que no tuve problemas en decir en un Salvados ante dos candidatos a la presidencia de Gobierno que Pedro J. Ramírez y Jesús Cintora habían sido víctimas del Gobierno, cuando el Gobierno era Rajoy. Ah, pero si el Gobierno es el de Pedro Sánchez, a Évole no le interesa victimizar a esos periodistas. A Antonio Caño, Álvaro Nieto, Javier Ayuso, Torreblanca y demás, que les den, por fachas, que en esa entrevista la única víctima podía ser nuestro presidente. Ahora El País es uno de los medios que hace mejores migas con La Moncloa, al que concede entrevistas y con el que comparte actos, pero Évole no tuvo interés en comentar esa evolución. 

Jordi Évole tenía muchas ganas de preguntarle a Pedro Víctima Sánchez por Atresmedia y por El hormiguero, pero no hizo lo único que a estos buitres les hubiera interesado al respecto, que es preguntarle por la evolución de su relación con Antonio García Ferreras. Hay que recordar que en la entrevista de 2016 Pedro Víctima Sánchez incluyó entre sus verdugos al director de La Sexta y sus informativos que, según sus palabras, habían mantenido una línea destinada a que su liderazgo en el PSOE no se consolidara. Seguramente Sánchez no andaba muy alejado de la verdad. Fueron los informativos de Ferreras los que acusaron a Pedro Sánchez de no tener credibilidad y de estar intentando pactar con partidos independentistas a escondidas, fueron los informativos de Ferreras los que delataron el supuesto intento de pucherazo en aquel tormentoso Comité Federal que causó la primera dimisión del líder y fue el propio Ferreras el que acusó a Pedro Sánchez de cobardía por no querer ir a que le entrevistaran en El Objetivo. Ahora Al Rojo Vivo es uno de los pocos lugares, junto a casa Prisa, donde el Presidente está cómodo. 

¿Cómo es posible que un gran entrevistador como Jordi Évole entreviste por segunda vez al mismo político, le pregunte por segunda vez por su opinión sobre los medios, pero no le pregunte por el mero hecho de que sus medios más amigos hoy son precisamente sus medios enemigos de entonces? Évole prefería hablar de El hormiguero, de Ana Rosa y permitirle al Presidente mostrar que defiende con más entusiasmo a Jorge Javier Vázquez que a su propia ministra de Igualdad, Irene Montero.

Jordi Évole podría haber aprovechado para preguntarle si su apoyo a Jorge Javier Vázquez implicaba que el presidente respaldaba un espacio que tiene unas cuantas condenas (que pruebe a googlear en la web poderjudicial.es cuántas sentencias del Supremo le salen a Mediaset-Telecinco-Gestevisión por el programa Sálvame por atentar contra intimidad o el honor de unos cuantos), o haber recordado aquellas piezas que emitía Sálvame para burlarse del físico de ministras como Magdalena Álvarez, pero ese hubiera sido otro Évole, el ‘follonero’, este quería mostrarnos a un Sánchez muy humano y, por encima de todo, víctima, como Jorge Javier.

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