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La Agencia Española del Medicamento advierte sobre tomar Nolotil sin supervisión médica

Este medicamento es de los más comunes en los hogares pero, como ocurre con todos los demás, también puede provocar efectos secundarios

La Agencia Española del Medicamento advierte sobre tomar Nolotil sin supervisión médica

El Nolotil puede provocar diversos efectos secundarios en los pacientes

El Nolotil es de esos medicamentos que siempre están presentes en el botiquín de casa. Tanto es así, que es el medicamento más vendido en España según el último informe de la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles de 2020. Sirve para tratar el dolor agudo, moderado o intenso tras operaciones o traumas, así como en casos de fiebre alta en los que no otras medidas o medicamentos no estén siendo efectivos.

No obstante, es importante tomarlo bajo prescripción médica ya que, como el resto de medicamentos, puede provocar efectos secundarios. Una dosis excesiva de Nolotil puede provocar náuseas, vómitos, dolor del abdomen, deterioro de la función del riñón; en ocasiones más raras, mareo, somnolencia, coma, convulsiones, descenso de la presión arterial o incluso shock y aumento del ritmo del corazón (taquicardia).

Efectos secundarios por tomar Nolotil

Los efectos que indican que hay que dejar de tomar Nolotil de forma inmediata son:

  • Parches rojizos no elevados, o parches circulares o en forma de diana en el tórax. Frecuentemente suelen aparecer con ampollas centrales, descamación de la piel, úlceras en la boca, garganta, nariz, genitales y ojos. Estas reacciones cutáneas graves pueden ir precedidos de fiebre y síntomas gripales (síndrome de Stevens-Johnson, necrólosis epidérmica tóxica).
  • Eritema generalizado, temperatura corporal alta y crecimiento del tamaño de los ganglios linfáticos (síndrome DRESS o síndrome de hipersensibilidad medicamentosa).
  • Sensación de enfermedad (náuseas o vómitos).
  • Fiebre.
  • Sensación de cansancio.
  • Pérdida de apetito, orina oscura, deposiciones de color claro, coloración amarillenta de la piel o de la parte blanca de los ojos, picor, erupción o dolor en la zona superior del estómago. Esto, además, puede ser síntoma de algún daño hepático.

Además, hay que controlar las reacciones alérgicas más leves (como las reacciones en la piel y mucosas como picor, quemazón, enrojecimiento o hinchazón), así como la dificultad para respirar y las molestias gastrointestinales, ya que pueden derivar hasta provocar otras más graves. Algunos ejemplos de estas son la urticaria generalizada, hinchazón de pies, manos, labios, garganta y vías respiratorias (angioedema), broncoespasmo grave (estrechamiento de las paredes de los bronquios), alteraciones del ritmo del corazón y disminución de la presión arterial (algunas veces precedida por un aumento de la presión arterial).

La hipotensión (la presión arterial disminuye) es una de las reacciones más frecuentes; puede aparecer en una de cada diez personas. En cuanto a las reacciones poco frecuentes (afecta a una de cada 100 personas), se trata principalmente de erupciones y reacciones en la piel.

Por otra parte, una de cada 1.000 personas pueden presentar reacciones alérgicas. Estas suelen aparecer durante o justo después del tratamiento, aunque también puede ocurrir horas más tarde. Pueden manifestarse como erupciones y la aparición de habones en la piel, así como la disminución del número de glóbulos blancos en sangre (leucopenia) o asma.

Por último, también hay otros efectos secundarios cuya frecuencia es desconocida (es decir, que los datos no son concisos en cuanto al porcentaje de pacientes a los que le ocurre). Estas reacciones son:

  • Sepsis (infección grave que supone una reacción infamatoria de todo el organismo y puede provocar la muerte).
  • Anemia aplásica (falla la producción de las células de la médula ósea y de la sangre).
  • Pancitopenia (número bajo de glóbulos rojos, blancos y plaquetas simultáneamente).
  • Shock anafiláctico (reacción alérgica grave que puede producir la muerte), síndrome de Kounis (un tipo de trastorno cardiaco).
  • Hemorragias gastrointestinales.
  • Cromaturia (coloración anormal de la orina).
  • Inflamación del hígado.
  • Coloración amarillenta de la piel y de la parte blanca de los ojos.
  • Aumento del nivel sanguíneo de enzimas hepáticas.
  • Reacciones cutáneas graves.

Recomendaciones de la Agencia Española del Medicamento

La AEMPS comparte algunas recomendaciones sobre cuándo interrumpir el tratamiento o vigilarlo mejor.
La AEMPS comparte algunas recomendaciones sobre cuándo interrumpir el tratamiento o vigilarlo mejor. Foto: Pixabay

Lo básico que recomienda la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) es que, antes de empezar a tomar Nolotil, hay que consultar con un médico o farmacéutico. Además, la AEMPS destaca que hay que tener especial cuidado en los siguientes supuestos:

  • El paciente debe suspender inmediatamente el tratamiento y consultar a un médico si experimenta malestar general, infección, fiebre persistente, dolor de garganta, inflamación en boca, nariz o garganta, lesiones en la mucosa de la boca o de los genitales, hematomas, sangrado o palidez. Estas síntomas pueden ser por un descenso del número de glóbulos blancos en la sangre (agranulocitosis), de plaquetas (trombocitopenia) o a un fallo en la producción de todas las células de la sangre (anemia aplásica).
  • También habrá que suspender el tratamiento y acudir al médico de cabecera si padece mareo, dificultad para respirar, rinitis, hinchazón de la cara, descenso de la presión arterial, o manchas rojizas en la piel de aparición súbita. Esto puede ser por una reacción alérgica grave denominada shock anafiláctico, que es más probable que ocurra si el paciente padece asma o trastornos de tipo alérgico (atopía).
  • Habrá que tener cuidado si padece asma bronquial (especialmente si presenta inflamación de la mucosa nasal y pólipos nasales), urticaria crónica o bien si es intolerante a colorantes y/o a conservantes o al alcohol. Esto se debe a que el riesgo de posibles reacciones alérgicas graves es mayor.
  • Si presenta problemas de tensión arterial baja o tiene hipovolemia (disminución del volumen circulante de sangre o cualquier otro líquido corporal), deshidratación o la circulación inestable. Esto se debe a que el riesgo de una caída brusca de la tensión arterial es mayor.
  • Si tiene disminuida la función del riñón o del hígado, ya que esto dificulta la eliminación del medicamento.
  • Si el paciente está en edad avanzada, hay que estar especialmente pendiente a la aparición de cualquiera de las reacciones anteriormente descritas, ya que hay mayor posibilidad de que aparezcan.
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