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Interior pondrá 'peines invertidos' en el trozo de la valla de Melilla donde saltaron los inmigrantes

Interior ha iniciado la colocación de estos elementos en la zona del perímetro fronterizo por donde en menos de una semana han saltado miles de personas

Interior pondrá ‘peines invertidos’ en el trozo de la valla de Melilla donde saltaron los inmigrantes

La valla fronteriza de Melilla con los 'peines invertidos' | EP

El Ministerio del Interior ha comenzado a instalar este miércoles las coronas metálicas, más conocidas como peines invertidos, en los cuatro kilómetros de la valla de Melilla que aún no disponían de estos elementos, después de que el ministro Fernando Grande-Marlaska se comprometiese a hacerlo en todo el perímetro fronterizo melillense hace más de tres años. En 2020, este departamento comenzó a eliminar las concertinas —cuchillas— de las vallas de Ceuta y Melilla y las fue sustituyendo por barras de metal que, «siendo menos cruentas», garantizarían, de igual modo «la seguridad en la frontera», precisó en su momento Marlaska.

Los trabajos de sustitución de las concertinas, instaladas en 2005, comenzaron a finales de 2019 y se presupuestaron en 18 millones de euros (8,3 millones para Ceuta y 9,5 millones para Melilla). Sin embargo, tras tres años y una pandemia, los peines invertidos no se han instalado en la zona donde desde hace una semana miles de inmigrantes, en su mayoría de origen subsahariano.

Desde la Delegación del Gobierno en Melilla insisten, no obstante, en que el comienzo de las obras en esa parte del vallado, entre el Barrio Chino y Beni-Enzar, no esta relacionado con el asalto masivo de inmigrantes que se produjo el miércoles y jueves pasado, cuando alrededor de 3.700 personas intentaron sobrepasar el perímetro fronterizo, en este caso sin coronas metálicas.

«Al tratarse de una obra de mucha envergadura, se decidió hacerla en dos fases. En la primera se coronaron siete kilómetros, y en la segunda, que comienza ahora, se hará en los otros cuatro. Todo ha seguido una planificación, las obras no se han adelantado por la presión en los saltos a la valla», aseguran desde la Delegación del Gobierno a THE OBJECTIVE. Este lunes, un millar de personas volvieron a intentar sobrepasar la frontera, pero la avalancha pudo ser contenida por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, reforzadas con 100 efectivos por orden del Ministerio del Interior.

Cámaras térmicas

Unos 500 migrantes hacen el signo de la victoria tras saltar la valla de Melilla / Europa Press

Las mismas fuentes precisan que esta reforma se enmarca dentro de un plan de refuerzo, que además dos peines invertidos, incluye la instalación de un nuevo circuito cerrado de televisión con 66 cámaras, 14 de ellas térmicos, y sistemas de reconocimiento facial en los puestos fronterizos. Las obras, en sendos perímetros fronterizos, también han supuesto la elevación de un 30% la altura de la valla, que en algunos tramos llegará a medir 10 metros.

Un refuerzo policial y unas obras que, según los agentes desplegados, llegan «tarde» y son «insuficientes» habida cuenta del gran número de ciudadanos, la mayoría de origen subsahariano, que ha intentado traspasar la frontera de Melilla en los últimos días —al igual que ocurrió hace poco más de un año en Ceuta—, y de la violencia jamás vista que han utilizado cientos de ellos para conseguir su objetivo.

Garfios y palos

Provistos de garfios, palos y tornillería en los zapatos, los dos saltos a la valla, protagonizados el pasado miércoles y jueves, se saldaron con más de una treintena de agentes heridos y otros tantos de inmigrantes que acabaron en el Hospital Comarcal. 

«Con el envió de esos agentes y los medios de los que se dispone no se puede hacer nada. Con menos de 300 gentes, no es factible contener la inmigración. Además, estos agentes no trabajan 24 horas, hay turnos. No son 100 efectivos reales. Lo que ha hecho el Ministerio del Interior es poner una tirita en la brecha de una presa», denuncia un mando de la Unidad de Intervención Policial, conocidos como los antidisturbios. 

Desde la asociación mayoritaria de guardias civiles, Jucil, su portavoz, Agustín Leal, insiste en que «hacen falta más medios materiales y humanos para hacer frente a las violentas avalanchas de inmigrantes». «Venimos denunciando esta situación desde hace meses y solo se hará algo cuando ocurra una tragedia; se necesitan cientos de agentes más para vigilar la zona y evitar que se sucedan capítulos como los de esta semana», denuncian. Este agente fue el que, tras el asalto masivo de inmigrantes, denunció que el Ministerio del Interior seguía sin acabar las obras de la zona de la valla que ha comenzado este miércoles.

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