Boeing pretende que el 737 MAX vuele de nuevo a final de año y subir su producción
Quiere que la producción de estos aviones suba a 57 mensuales
El presidente y consejero delegado de Boeing, Dennis Muilenburg, ha afirmado este miércoles que cree que los 737 MAX volverán a estar operativos a finales de año y que eso permitirá que, en 2020, la producción mensual de estas aeronaves suba a 57 mensuales.
En una conferencia en Nueva York organizada por la firma Jefferies, Muilenburg ha insistido en que la prioridad ahora es devolver a los 737 MAX –implicados en dos accidentes en Indonesia y Etiopía con centenares de víctimas– al servicio, para lo que están trabajando en una reforma del software del avión y que esta tiene que pasar los controles reguladores correspondientes.
«Estamos trabajando en una actualización del software, terminándola, trabajando con los planes de certificación que esperamos enviar en septiembre para una vuelta al servicio de los MAX a principios del cuarto trimestre», ha aseverado Muilenburg.
Hasta ahora, la empresa con sede en Chicago (Illinois) ha llevado a cabo 500 vuelos de pruebas con el nuevo software del 737MAX, en dos de los cuales viajó el propio consejero delegado.
Boeing lleva cinco meses sumida en una profunda crisis de reputación después del accidente de uno de sus modelos estrella, el 737 MAX, en Etiopía, apenas medio año después de que otra de esas aeronaves se estrellara en Indonesia.
En total, ambas catástrofes se saldaron con 346 víctimas y conllevó la paralización total del vuelo de esta aeronave comercial debido a problemas relacionados con el programa de vuelo MCAS.
Este software de control de vuelo se activó por una información «errónea» del sensor del «ángulo de ataque» de las aeronaves y, ante la incapacidad de los pilotos para desactivarlo, provocó que las aeronaves cayeran en picado.
Muilenburg ha arrancado su intervención recordando a las «familias y comunidades» afectadas por los accidentes, pidiendo disculpas y asegurando que ambas desgracias pesan en una empresa para la que «nada es más importante que la seguridad de los pasajeros».
El máximo ejecutivo ha reconocido algunos riesgos en este calendario que maneja, debido a la necesidad de que la Administración Federal de Aviación (FAA, en inglés), así como otros reguladores en todo el mundo aprueben la modificación del sistema de control de vuelo y permita que los 737 MAX retornen a los cielos.
Con todo, el escenario que manejan sigue siendo mantener la producción de estas aeronaves 737MAX en 42 mensuales –hasta abril fue de 52–, para arrancar 2020 fabricando 57 de estos modelos al año.
En función de las decisiones de los reguladores, se podrían tomar otras medidas como la de rebajar de nuevo la fabricación o incluso paralizarla por completo.
Boeing sigue con más de 4.400 pedidos pendientes de este modelo y ahora mismo hay casi 500 naves sin permiso para volar.
Con respecto a estas naves, Muilenburg ha subrayado que están trabajando con aerolíneas de todo el mundo, no solo produciendo materiales de formación y entrenamiento, sino también garantizando el buen estado de las mismas y su mantenimiento, para que estén en buen estado una vez se permita su vuelta al servicio.
Los resultados de su último trimestre, el primero en pleno escándalo, fueron los peores de su historia, con unas pérdidas de 2.942 millones de dólares por los costes de la parálisis de su flota.
En esas cuentas ya habían previsto un cargo de 4.900 millones de dólares, aunque hoy ha explicado que ese coste adicional sería «en varios años».
«Sabemos que conseguir de nuevo la confianza del público va a llevar tiempo, pero estamos seguros de que con la actualización del software el 737 MAX será uno de los aviones más seguros que jamás haya volado», ha asegurado Muilenburg.
En Wall Street, Boeing hoy se dejaba el 1,40% a media sesión, lo que se suma a las pérdidas del 8,8 % en el último trimestre. En comparación con el año pasado, la aeronáutica se ha dejado un 5,72% de su valor bursátil.