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El italiano Salvini viaja a Libia mientras 300 migrantes esperan en el mar permiso para desembarcar

El ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, ha viajado este lunes a Trípoli para abordar con las autoridades libias el problema migratorio, mientras 300 personas esperan en el Mediterráneo desde hace días

El italiano Salvini viaja a Libia mientras 300 migrantes esperan en el mar permiso para desembarcar

El ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, ha viajado este lunes a Trípoli para abordar con las autoridades libias el problema migratorio, mientras más de 300 personas esperan en el Mediterráneo desde hace días en dos embarcaciones, el barco Lifeline y el mercante Alexander Maersken, autorización para desembarcar en un puerto.

La crisis migratoria ha sido objeto este fin de semana de una minicumbre informal para abordar una solución para ser acordada en la cumbre de finales de semana en Bruselas. Previamente, los presidentes de Francia y España, reunidos en París, acordaron proponer soluciones solidarias con los migrantes por parte de los países de la Unión Europea e incluso sancionar a los países miembros que no cumplan con la acogida de inmigrantes.

Salvini ha anunciado en sus redes sociales su viaje en un vuelo militar para entrevistarse con el primer ministro libio, Fayez Al Sarraj, según explicaron los medios italianos ya que el Ministerio de Interior no había informado de la visita.

 

El líder de la ultraderechista Liga Norte, que regresará por la tarde a Italia donde celebrará una rueda de prensa, había agradecido el domingo a las autoridades libias y a la guardia costera por haber «salvado y hecho regresar a Libia a 820 inmigrantes, haciendo inútil el trabajo de los traficantes y evitando las intervenciones incorrectas de los barcos de las ONG».

Las ONG como la española Proactiva Open Arms denunciaron ayer que se había lanzado la alarma de varias embarcaciones con unos 1.000 inmigrantes en peligro y que les habían negado su participación en las tareas de rescate.

Mientras tanto, el barco de la ONG alemana Lifeline lleva cuatro días con unos 230 inmigrantes a bordo, entre ellos cuatro niños, en aguas internacionales pero muy próxima a Malta, esperando a que se le destine a algún puerto. Una situación que hace diez días se produjo con otra embarcación de una ONG francesa, el Aquarius, que finalmente desembarcó a los 630 migrantes en el puerto de Valencia con la ayuda de otros dos barcos.

Además de la situación del Lifeline otros 113 inmigrantes se encuentran en el buque mercante Alexander Maersk, de bandera danesa, en aguas territoriales italianas cerca de Pozzallo, en la isla de Sicilia, también esperando instrucciones.

En el Lifeline hay preocupación ya que lleva más del triple de las personas de su capacidad y empieza a escasear la comida, aunque el pasado viernes recibió suministros por parte de las autoridades maltesas, explicó a Efe el portavoz Axel Steier.

Steier hizo un llamamiento a la opinión pública para que les ayuden y pidió que se acerquen a aguas internacionales para llevar a algún inmigrante y aligerar la situación del barco de Lifeline, a pesar de que saben que es una acción que puede ser considerada ilegal. «Si los líderes europeos no encuentran una solución, tendrán que ser los ciudadanos los que protejan a estar personas», añadió.

España ante el Lifeline

Este lunes, Esquerra Republicana ha registrado una proposición no de ley para que el Gobierno autorice «de manera urgente e inmediata» la llegada de los barcos Lifeline y Alexander Maersk al puerto de Barcelona, «de acuerdo con la respuesta dada con el Aquarius y con el cupo para la acogida de refugiados que el Estado español, a pesar de todo, no ha llegado a cumplir.

«Considerando que, tanto las instituciones catalanas como la sociedad civil catalana han manifestado reiteradamente su voluntad de contribuir, mejorar y resolver la situación de las personas refugiadas mediante el firme compromiso de la Generalitat de Catalunya de acoger un mínimo de 4.500 solicitantes de asilo», ERC solicita que se autorice la llegada de los dos barcos.

Por otra parte, Izquierda Unida ha difundido la solicitud de ayuda que la ONG alemana Mission Lifeline envió al Gobierno español por correo electrónico pocas horas después del rescate de más de 200 personas en aguas internacionales.

En la carta, firmada por el fundador de la ONG, Axel Steier, la organización advierte de que teme que ocurra de nuevo una situación similar a la del Aquarius y asegura que «el Gobierno español es el único con quien podemos contar en este momento». Por esta razón, solicita que España ofrezca ayuda humanitaria a los 234 migrantes que se encuentran en el barco o que medie con Malta para que permita la llegada de los migrantes a su puerto para ser trasladados posteriormente a España.

 

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