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Luis Sanz Irles: «El lenguaje es nuestro mejor juguete, y el más barato»

El escritor y colaborador de THE OBJECTIVE presenta su séptima novela, ‘Leontiel’, una obra que trata sobre nuestras relaciones con el poder

Luis Sanz Irles: «El lenguaje es nuestro mejor juguete, y el más barato»

Presentación en Madrid | Foto: María Paredes

Luis Sanz Irles sabe cómo romper el hielo que congela el aire al inicio de cualquier evento: estamos en Madrid, y el Real Madrid se impuso al Manchester City el día anterior, así que él cuenta cómo, cuando apenas levantaba unos palmos, el mismo Alfredo Di Stéfano lo cogió en volandas y le dijo «che, pibe». Sucedió a mediados de los años 50 durante unas vacaciones en el pueblo castellano de Almansa, de donde era Santiago Bernabeú y donde Sanz se crió. La plantilla del Real Madrid al completo había sido invitada a jugar un amistoso contra el equipo local y una tía del autor acondicionó una casa solariega para recibir la ilustre visita de Di Stéfano, que llegó a ser, a su retirada, el máximo goleador de la historia del club. El jugador y después técnico vio a Sanz corretear por entre las mesas durante la comida de honor que el pueblo les ofreció a los visitantes y no se resistió a alzar al pequeñín: «Así que, señores, sepan ustedes que yo he sido ungido por Alfredo Di Stéfano y todos los madridistas me deben pleitesía», dice arrancando la carcajada general y atrapando la atención de los asistentes. 

Después es el periodista y escritor Carlos Mayoral quien toma la palabra. Le acompaña esta tarde para presentar Leontiel, obra que se desarrolla en un espacio ficticio que tiene a su vez «un eco evidente en la realidad», tal y como afirma. Él tiene una teoría sobre dónde tienen lugar los hechos narrados en estas páginas, pero no la va a desvelar. Su autor, tampoco, tal y como me confirma cuando le pregunto por ello en una charla que mantenemos al terminar la presentación: «Es relativamente fácil (saber cuál es), no tiene mayor importancia, pero es un entretenimiento».

El novelista Luis Sanz Irles.

Hasta que no nos adentremos en la novela no sabremos entonces de sus coordenadas, pero Mayoral ofrece su opinión de por qué el autor ha creado ese lugar: «Creo que Luis utiliza Leontiel para exacerbar su visión del poder, presente en cada página», del mismo modo que, explica, García Márquez elige Macondo para exacerbar la niñez. Por ello, le lanza al autor la primera pregunta, que no es otra sino si tiene Leontiel «ese punto de novela crítica con el poder». «Depende de cómo entendamos la palabra crítica», comienza respondiendo Sanz. «Crítica en el sentido de meterse con el poder, sí, pero hasta cierto punto. El poder es un fenómeno que es inevitable, otra cosa es que haya manifestaciones del poder que no nos gustan y ante las cuales es legítimo rebelarse. Y ese deseo de rebelarse está presente en toda la novela, sí». 

«El poder es un fenómeno que es inevitable, otra cosa es que haya manifestaciones del poder que no nos gustan y ante las cuales es legítimo rebelarse»

Otro aspecto que Mayoral destaca en su intervención y que considera «capital» es el estilo de Sanz al narrar: «Luis es un garante del estilo, le gusta no solo escribir en torno a esa faceta estilística, sino también leer, y aquí hay mucha voluntad de estilo». Además, dice, este influye en la trama, «algo muy valleinclanesco». Y Luis, a renglón seguido, reconoce que se ha preocupado mucho de cuidarlo, y que lo ha hecho por dos razones: «Una, porque me divierte. Desde pequeño encuentro que el lenguaje es nuestro mejor juguete, y el más barato. Por tanto, eso me da satisfacción. Pero es que además tengo la convicción de que la literatura es la forma», afirma matizando que también es necesario que haya «una historia o una tesis poderosa detrás». Y añade: «Sería una pérdida de tiempo y de tinta dedicarse a contar bellamente historias absolutamente nimias e insípidas». Fondo y forma, pues, deben darse la mano, aludiendo a esa dicotomía que tanto espacio ocupa en las mentes de los novelistas como él. 

Portada de ‘Leontiel’ | Imagen vía Editorial Anantes.

«Me interesaba explorar el rencor social que generan ciertas situaciones de dominio»

Cuando la palabra vuelve a Mayoral, este le pregunta a Sanz por el germen de la obra, esa mecha que prendió la que es su tercera novela: «Yo empiezo a escribir con una idea muy mínima y luego la novela va evolucionando. La idea básica que me interesaba explorar era el rencor, el rencor social que generan ciertas situaciones de dominio», explica Sanz. Y, para ello, decidió abordar la cuestión desde una «perspectiva psicológica y personal, no política ni sociológica».

Así, en su novela hay todo un catálogo de personajes que encarnan las distintas formas que, a su juicio, tenemos las personas de ostentar el poder o de relacionarnos con él: «Hay personajes que por biología o temperamento son dominantes, imponen su voluntad con buenos o malos modos y acaban arrastrando a la gente a lo que quieren, y hay otra gente que parece que solo sabe agachar la cerviz. Y luego hay estamentos intermedios compuestos por gente que dice ‘yo no pretendo ser un líder ni mandar, pero no permito que nadie dirija mi vida’». 

En este momento de la animada presentación, Sanz toma prestado del argot de la aviación -él es también piloto- el término «ángulo de ataque», y desde tal ángulo reflexiona que «no siempre alguien que sea dominante tiene el respaldo de una institución para ejercer ese poder de un modo más articulado, pues todos hemos conocido a gente que tiene el poder y el dinero y ha terminado al servicio del mayordomo». 

‘Leontiel’ se desarrolla en un espacio ficticio que tiene a su vez «un eco evidente en la realidad». | Foto: María Paredes.

Mayoral persevera en su análisis de la estructura y nos cuenta a los presentes que la novela de Sanz se divide en tres grandes partes. En una de ellas, explica, se produce una muerte y, durante las campanadas que la anuncian, la cámara del narrador va enfocando distintas escenas. «¿Por qué esa treta narrativa?», le pregunta al autor. «Fundamentalmente porque me daba pie para alejarme de la trama y las peripecias. La idea era reflejar un día en la vida de un pueblo en el que se fueran enfocando con espíritu de sincronía las distintas reacciones de la gente del pueblo ante el fallecimiento de la gran matriarca. Esa arquitectura narrativa me permitía explayarme más con el asunto del estilo», contesta con solvencia quien firma la obra.

Y, hablando de firmar, durante la charla que después mantenemos los dos, le pregunto por qué rubrica Leontiel solo con sus dos apellidos, Sanz Irles, y esto es lo que me contesta: «Porque Luis Sanz casan mal y la gente piensa que es Luisa, y así además mantengo el apellido de mi madre. Y también es que hay muy poca gente que no utilice el nombre, solo el apellido». Una decisión de estilo más para un preciosista que persevera en el equilibrio de forma y fondo. 

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