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La guerra mediática de siempre: de la pelea por el papiro a las luchas entre plataformas

El teórico de la comunicación Carlos A. Scolari lanza ‘La guerra de las plataformas, del papiro al metaverso’, un ensayo que confirma que las peleas mediáticas son tan antiguas como el hombre mismo

La guerra mediática de siempre: de la pelea por el papiro a las luchas entre plataformas

Antiguo papiro expuesto en el Museo Egipcio de El Cairo. | Unsplash

Para Carlos Alberto Scolari publicar en Anagrama «es todo un sueño de niño» que cumple a los 59 años. Siempre le gustó especialmente la edición de estos cuadernos de cuyo catálogo pasa ahora a formar parte. Aprecia su formato «pequeñito, económico y fácil de llevar» y la buena distribución que  Anagrama tiene en América Latina, «uno de los cuellos de botella cuando uno publica en España», como nos dice durante nuestra entrevista.

La tesis de La guerra de las plataformas, del papiro al metaverso es simple pero enjundiosa: la guerra mediática es tan antigua como el hombre. Por eso, las 100 páginas de este libro analizan cómo cambian los soportes comunicativos, «pero la lucha es en esencia la misma». «Estas guerras mediáticas han asumido formas muy variadas, desde la disputa entre soportes de la escritura (papiro contra pergamino) hasta los desencuentros entre modos de producción radicalmente opuestos (copistas y tipógrafos), pasando por las luchas por imponer un estándar tecnológico (Betamax contra VHS, NTSC contra PAL), un sistema operativo (Macintosh contra Windows, iOS contra Android), una consola de videojuegos (Sega contra Nintendo) o un software de navegación en la web (Netscape contra Internet Explorer)», escribe este teórico de la comunicación y los medios. 

«El libro comienza con la lucha del papiro contra el pergamino, conflicto que se vivió hace más de 2.000 años. El papiro crecía solo a las orillas del Nilo y los faraones tenían un control férreo sobre su fabricación y circulación. El imperio egipcio iba desde Sudán prácticamente hasta Turquía, y necesitaba un soporte de escritura para la comunicación militar y comercial que se transportara fácilmente. Luego se aceleró la producción de otro soporte, el pergamino, hecho con el cuero procedente de los animales. Y ahí viene el conflicto, fue una batalla que se dio a nivel de bibliotecas incluso: Alejandría contra Pérgamo». Y, del papiro viajamos por la historia de estas disputas hasta el metaverso, como reza el subtítulo, pues Scolari también analiza aquí «la amenaza de las redes sociales chinas, los delirios faraónicos de Mark Zuckerberg y la guerra total entre plataformas» que nos ocupa en el presente. 

El escritor y analista Carlos Alberto Scolari. | Cedida por el autor

Por buscar analogías, le pregunto al autor si los faraones eran los Zuckerberg de entonces y, entre risas, me contesta que eran «aún más que Zuckerberg» pues «lo controlaban todo». La diferencia entre aquellas guerras vetustas y la actual radica precisamente en la inmensa complejidad que caracteriza al momento presente: «Al ser un ecosistema en el que hay cada vez más actores, más gente creando más cosas nuevas, formatos… todo eso complejiza las relaciones y hace que todo se vuelva más impredecible. En cualquier momento puede haber una interacción entre estos actores que dispare un nuevo conflicto. Es un momento fascinante para quienes estudiamos la comunicación, por la rapidez del cambio. El papiro se usó cuatro mil años, no sé si Facebook o Twitter existirán de aquí a cinco o diez. Es increíble la aceleración que hay ahora», comenta fascinado. Y añade: «Todos los viejos conflictos mediáticos de la humanidad hoy se dan de forma simultánea».

A pesar de esa velocidad de vértigo que describe Scolari, leyendo su obra tengo la sensación de que su apuesta por la palabra escrita es fuerte, y es algo que deja claro en citas tan bienaventuradas para los escribientes como esta: «Por más que se malgasten palabras hablando de la ‘sociedad de la imagen’, todavía hoy la escritura, ya sea en forma de algoritmos, libros con cientos de páginas o millones de textos snack que circulan de manera enloquecida por las redes, sigue siendo un espacio cerrado del cual no podemos huir. Es como si el homo sapiens fuera una especie condenada a reescribirse en perpetuidad». 

Por ello le pregunto, y me lo confirma de viva voz: «Yo siempre digo: nunca en la historia de la humanidad se había escrito y leído tanto como hoy. Estamos todo el día mandando mensajes. Se leen textos más breves, cambian las formas, los géneros, los formatos, pero la escritura perdura. Hoy mitificamos un pasado donde creemos que todo el mundo leía, imaginamos que en el siglo XIX la gente estaba siempre leyendo, pero no es así. En ese siglo se empieza a popularizar el alfabetismo, pero pasaron cuatrocientos años desde la imprenta hasta que grandes masas en Europa pudieron leer libros al alfabetizarse».

De las guerras más cruentas a las más sofisticadas

¿Y la guerra más cruenta, cuál fue? «Mmm», se toma un momento Scolari para pensar. «Lo que fue el conflicto entre el papiro y el pergamino terminó con las bibliotecas destruidas. La comunicación tiene esta arista peligrosa. Tenemos una larga historia de quema de libros que llega hasta hace no mucho tiempo. Son pérdidas muy dolorosas esas», reflexiona. La pelea de hoy, por otra parte, no derrama sangre física pero supone un reto importante: «Tenemos conflictos con las grandes corporaciones, que controlan mediante algoritmos la información, y en el libro entro en esta dimensión: esto de que haya Inteligencia Artificial filtrando y moderando contenidos es algo nuevo en la historia de la humanidad, y aún estamos luchando por ver cómo lo podemos utilizar en favor de una mayor democracia y transparencia, pero es difícil porque las grandes corporaciones no lo ponen fácil».

A pesar de ello, Scolari deja claro en nuestra entrevista que no quiere sumarse con este «al coro de libros catastrofistas sobre lo tecnológico», puesto que considera que nuestra vida mediática hoy es mucho más rica: «Hay cosas que los algoritmos hacen en contra, pero a veces juegan también a nuestro favor: si hemos podido obtener la vacuna contra la covid es porque hubo grupos de investigación que compartían información en las redes y se usaron máquinas de cómputo muy potentes para poder hacer simulaciones y avanzar en la investigación. Otro campo en el que los algoritmos son fundamentales es el cambio climático: si hoy hablamos de emergencia climática es porque en las últimas décadas hemos procesado datos y nos damos cuenta de que el planeta está cambiando y tenemos una visión de conjunto de ese cambio. Hemos podido gracias a ello poner a foco lo que está pasando».

En el libro, Scolari disecciona el momento presente con pulso de cirujano. Uno de los ultimísimos combatientes en entrar en liza son los creadores asiáticos: las redes chinas como TikTok o WeChat. «Con WeChat, la plataforma reina de ese país con más de 1.300 millones de usuarios, se pueden enviar mensajes, interactuar con las marcas, ver películas y series, pagar el metro o realizar cualquier otro tipo de transacción económica». Por eso le pregunto al autor si cree que una red tan 360º como esta podría colarse también en nuestras vidas con la fuerza inusitada con que lo ha hecho TikTok: «Yo creo que como está hoy el mundo es dificil. TikTok llegó a colarse en Occidente justo un poquito antes de la pandemia, y después tuvo un crecimiento brutal. Es de las más descargadas hoy día. Cuando se dio cuenta durante la presidencia de Trump de que esta red china había penetrado en Occidente ya era tarde. Intentaron bloquearla, pero no lo pudieron hacer. Veo muy difícil que dejen entrar otras redes y plataformas chinas en Occidente». 

Portada del ensayo.

Por último, el autor advierte de otra amenaza que nos cierne: «Se habla de que Internet puede terminar dividiéndose. El sistema web no es propiedad de ninguna empresa ni de ningún país, es un consorcio donde participan empresas chinas, por ejemplo, desde los 90; es decir, es un proyecto global, como la estación espacial. Y ahora, al igual que está pasando en el espacio, que los proyectos globales se están fragmentando, podría pasar en el ámbito digital esto y sería terrible, un retroceso». Pinta así: las batallas mediáticas seguirán dándonos guerra.

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