'El cuento de la criada', el clásico contemporáneo que busca reinventarse

La temporada cinco de El cuento de la criada (The Handmaid’s Tale) está a punto de acabar. El próximo 9 de noviembre se estrenará en HBO Max el último capítulo de esta quinta entrega, dirigido en esta ocasión por su protagonista, Elizabeth Moss, que dará paso a una espera previa a la siguiente y última temporada. Será la entrega final de una serie que ha marcado un antes y un después en la industria audiovisual, un clásico contemporáneo que en esta quinta temporada busca reinventarse. Y en la sexta, ya confirmada, tendrá todavía mucho por contar.

Esta entrega nos está dejando momentos impensables cuando echó andar allá por 2017 como una distopía feminista que, por cierto, ha inspirado a numerosos movimientos sociales en la realidad, que han tomado prestada la curiosa estética y vestimenta de la serie en diversas manifestaciones por los derechos de las mujeres.

Esta serie creada por Bruce Miller y basada en la novela homónima publicada en 1985 por Margaret Atwood es icónica, algo que constituye un arma de doble filo, ya que para subsistir en sus últimos capítulos necesita, como decíamos, reinventarse. 

Cuando nos dimos cuenta de que June Osborne, la criada protagonista de esta historia, no podía morir si queríamos que la historia continuara, el asunto perdió parte de su encanto. El foco de la trama ya no podía centrarse únicamente en ella. Y ahí es cuando empezamos a prestar más atención a otros personajes, como el de Serena Joy, interpretado por la actriz Yvonne Strahovski, que se ha convertido en coprotagonista indiscutible de esta historia. Y, a partir de aquí, si no está al día con la serie, deje de leer porque podríamos destripar los capítulos más recientes.

Serena Joy, de antagonista a protagonista

El viaje que ha emprendido el personaje de Serena Joy no es nada desdeñable. De malvada esposa que maltrata a Defred, su esclava criada, a víctima del patriarcado que lucha por hacerse hueco en un mundo que ella misma ayudó a crear.

«La transformación de Serena Joy le ha dado otro cariz a ‘El cuento de la criada’, alejando la trama de los blancos y negros, de buenos y malos»

La transformación de Serena Joy le ha dado otro cariz a El cuento de la criada, alejando la trama de los blancos y negros, de buenos y malos. Así es como la serie se ha abierto a los matices, enriqueciendo su argumento. Para el espectador es fácil empatizar con un personaje al que su marido le ha cortado un dedo, que es ninguneada por su condición de mujer, que puede perder a su hijo. Serena Joy se ha convertido en víctima de lo que un tiempo atrás fue verdugo.

La escena culminante de esta transformación tiene lugar cuando Serena da a luz a su hijo en un granero en mitad de la nada. ¿Su ayudante? Su otrora criada Defred, ahora una empoderada June Osborne que sigue luchando por tener a su hija a su lado, robada por los malvados creadores de la República de Gilead. La sororidad se abre paso en esta escena en la que, en parte, se reconcilian dos mujeres que parecían irreconciliables. Una June Osborne normalmente movida por la sed de venganza se apiada de su enemiga y le da una lección de humanidad en una escena que pasará a la historia de la televisión. Más tarde recuperamos esos matices, ese ‘nada es negro o blanco’, y veremos que esa sororidad no siempre se abre paso.

El final de El cuento de la criada, el fin de una era

Más allá de este viaje de Serena Joy, al que todavía le quedan unos cuantos capítulos por contar, lo más destacable de esta temporada es el personaje de Luke, el marido de June, interpretado por O. T. Fagbenle. Este personaje, al igual que el de Serena, vive su propio periplo. Pasa a ser un hombre con su masculinidad herida por no haber hecho lo suficiente por recuperar a su hija de las manos de Gilead, el país de la natalidad y de la violación sistemática de los derechos humanos, en general, y de los derechos de las mujeres, en particular. La serie se ha «dulcificado», en parte. Ya no es tan cruda. Es como si nos hubiéramos acostumbrado a la distopía. Pero para la última temporada seguro que nos esperan unas cuantas sorpresas.

«El final de El cuento de la criada es el fin de una era. Cuando se estrenó, no existía aún el movimiento #MeToo, una oleada feminista de denuncia de acoso sexual y de cancelación surgida en las redes meses después del estreno de la serie»

El final de El cuento de la criada es el fin de una era. Cuando se estrenó, no existía aún el movimiento #MeToo, una oleada feminista de denuncia de acoso sexual y de cancelación surgida en las redes meses después del estreno de la serie y que, por cierto, la propia Atwood criticó en un polémico artículo titulado ¿Soy una mala feminista?.

Estos últimos cinco años han supuesto una revolución en la industria audiovisual, en la que ahora cada vez más y más mujeres toman la palabra. Un ejemplo perfecto es la propia Elizabeth Moss, que antes de El cuento de la criada ya era una actriz muy conocida por su papel de Peggy en Mad Men, pero que con su papel de June Osborne logró, sin duda, el de su carrera. Tal es su implicación que, a partir de la cuarta temporada, estrenada en 2021, Moss se lanzó a dirigir algunos capítulos de la serie. No es coincidencia que el último capítulo de esta quinta temporada se haya hecho también también bajo su mirada. Y me aventuro a adivinar que también será la responsable del último episodio de la próxima temporada, el final de una serie, El cuento de la criada, que ha supuesto un punto de inflexión en la forma de narrar historias.