‘El misterio de Glass Onion’: una sátira de magnates como Musk

Antes de que Elon Musk se erigiera como el señor de los memes, mucho antes de perder un tercio de su fortuna por sus erráticas decisiones al frente de la red social Twitter, el magnate ya apuntaba maneras de oligarca caprichoso. La prueba hecha película es la secuela del thriller Puñales por la espalda: El misterio de Glass Onion, que aunque rodada en 2021, está protagonizada por un trasunto del patrón de Tesla. El director Rian Johnson, sin embargo, evita apuntar los dardos hacia el billonario que más titulares, análisis periodísticos y tuits está inspirando en los últimos meses. Prefiere definir a este personaje de su Cluedo versión siglo XXI como un destilado de los emprendedores tecnológicos de nuestro siglo.

«Al escribir al protagonista interpretado por Edward Norton, descubrí que si me burlaba de manera específica de una sola persona, la trama se volvía muy aburrida muy rápidamente. Lo interesante era hablar del lugar en la sociedad de todo este colectivo, así como de la extraña relación que mantenemos con ellos. Es como si quisiéramos que fueran Willy Wonka. Deseamos que tengan todas las respuestas de forma mágica, pero también queremos odiarlos. Ponerlos a prueba, arrojarles mierda por internet. Me he servido de estas figuras para mostrar las estructuras de poder que generan y el peligro de que circulen mentiras muy grandes, estúpidas y obvias protegidas por personas interesadas en promover esa narrativa», se explayó Johnson en su visita a Madrid para promocionar la primera de las dos secuelas del whodunnit original que Netflix producirá.

La saga está protagonizada por Daniel Craig en la piel de Benoit Blanc, una revisión en nuestra era del icónico detective privado belga Hércules Poirot. Ambos son irónicos, refinados y perspicaces, visten de manera pulcra y elegante, y tienen un marcado acento, francés en el caso del personaje creado en los años veinte, y del Sur de Estados Unidos, en el del investigador de este divertimento cinematográfico.

«Parte del atractivo de rodar estas películas está en abordarlas no como una serie en curso, sino como las novelas de misterio de Agatha Christie, donde cada una de ellas tiene su propia identidad y es una experiencia completamente separada», explica Johnson.

Si en la primera entrega, que le procuró a Ana de Armas su primera nominación al Globo de Oro, contó con un reparto cinco estrellas conformado por Don Johnson, Jamie Lee Curtis, Chris Evans, Toni Collette, Don Johnson, Michael Shannon y Christopher Plummer, para la segunda, Johnson se confiesa todavía más ambicioso. El elenco liderado por Norton, Janelle Monáe, Dave Bautista y Kate Hudson se completa con un all star de cameos donde figuran Ethan Hawke y Hugh Grant, pero la escena más deliciosa la brindan Stephen Sondheim, Kareem Abdul-Jabbar, Natasha Lyonne y Angela Lansbury jugando a una partida de Among Us con Blanc durante el confinamiento. «Pensé en imposibles, pero resulta que todos mis castillos en el aire fraguaron, porque los colaboradores con los que soñé aceptaron participar», compartía el realizador, en cuya ópera prima, Brick (2005), ya experimentó con originalidad con el género del drama criminal.

En este nuevo caso de Benoit Blanc, un magnate invita a sus amigos a celebrar su cumpleaños en una mansión en Grecia. Allí se reúnen una antigua socia despechada, una modelo e influencer con tendencia a meter la pata por bocachancla, una aspirante a gobernadora con algún trapo sucio que puede hacer peligrar su candidatura, un streamer y un científico servil. La envidia cohabita con la idolatría. Las tensiones enquistadas entre los invitados y el anfitrión apuntan, inevitablemente, al asesinato.

Cualquier avezado lector de las novelas de Agatha Christie reconocerá el influjo de 10 negritos, también conocida como Y no quedó ninguno, después de que el título se modificará en 2020 por las connotaciones racistas del original. «Creo que es su mejor libro. Obviamente, hay un momento en El misterio de Glass Onion en el que da la sensación de que los protagonistas están atrapados en la isla. Pero la novela en sí es un buen ejemplo de la capacidad de Christie para renovarse en cada publicación. 10 negritos es literatura de terror. Es más slasher que un misterio tradicional de detectives», alaba Johnson, quien como ya hiciera en la primera película de esta saga, se sirve del misterio y la comedia para volver a cargar contra el privilegio de clase en su país.

La prioridad de Johnson, no obstante, es el entretenimiento. Ya lo dejó claro al ponerse al frente del octavo episodio de Star Wars, Los últimos Jedi (2017). La ambición que lo motiva es procurar a la audiencia una experiencia de visionado parecida a un paseo en la montaña rusa. «No quiero que el público se recueste pensando en resolver un crucigrama, sino que se incline hacia adelante, preguntándose qué va a pasar a continuación. Por eso el género que impulsa la película es el suspense tal y como lo concibió Hitchcock. Luego intercalo las pistas para resolver un crimen, y al término, el detective encaja todas las piezas, pero solo siento que he hecho bien mi trabajo si la audiencia se está divirtiendo tanto que se olvidan de estar descifrando un misterio».