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'No tengas miedo': lo que importa es el recorrido

A pesar de que su final es muy flojo, la cinta que se estrena en España tiene pasajes más que entretenidos

‘No tengas miedo’: lo que importa es el recorrido

Momento de la película 'No tengas miedo'.

Si eres fanático del terror, encontrarás en No tengas miedo (Cobweb) una buena razón para gastar unos cuantos euros mientras te atiborras de palomitas de maíz. Si no lo eres, y quieres vivir un poco de tensión, también le encontrarás recompensa a tu inversión. Pero te advertimos: es bastante probable que al final te sientas desanimado. ¿La razón? El cierre de la película no es tan atractivo como su inicio.

Que hoy en día es difícil encontrar una creación original, lo sabemos. El último gran éxito de la productora A 24, Talk to Me, es una vuelta de tuerca a las consecuencias de las sesiones espiritistas, pero en un contexto de redes sociales y pantallas abiertas las 24 horas. Es decir, usa un tema viejísimo y le renueva el empaque. De la misma forma, No tengas miedo echa mano de un miedo ancestral de los infantes (presencias en el dormitorio) y lo recubre de actualidad (bullying), para tratar de impactar al espectador.

Si viste la serie de terror francesa Marianne (Netflix), reconocerás elementos similares en esta película que está por estrenarse en España. La razón es que Samuel Bodin se encarga de la dirección de ambas. Si en la primera hacía un repaso por los fantasmas y traumas de la adolescencia, en la cinta que nos ocupa expone los de la niñez.

Hay algo muy llamativo en esta producción. Aunque la película se desarrolla en el presente, la factura tiene un aire de clásicos victorianos, esos en los que todo es oscuro, viejo y opresor. No faltan los padres severos que obligan a sus hijos a «reflexionar» en cuartos de castigo. Esto sucede porque hay un pequeño vínculo entre la cinta y un relato gótico de Edgar Allan Poe: «The Tell-Tale Heart» («El corazón delator»), de 1843.

En el cuento, un hombre se obsesiona con el ojo enfermo de un anciano con el cual convive. Esto le lleva a cometer un acto abominable. Después de ello, siente que una parte del cuerpo de su antiguo compañero palpita debajo de unas tablas donde lo escondió. Ante la visita policial, el ruido se hace cada vez más fuerte hasta que… «¡Basta ya de fingir, malvados! -aullé-. ¡Confieso que lo maté! ¡Levanten esos tablones! ¡Ahí… ahí!¡Donde está latiendo su horrible corazón!», cierra el famoso relato.

En No tengas miedo, el pequeño Peter (Woody Norman) siente que algo lo acecha, que la entidad que habita entre las paredes desea comunicarse con él. Pero, ¿por qué? Los padres del niño, Carol  (Lizzy Caplan) y Mark (Antoy Starr) le insisten en que olvide lo escuchado. Incluso llegan a usar castigos muy crueles para que deje de hablar de ello. Luego entenderemos que detrás de estas reprimendas se esconde un gran temor.

Los monstruos que nos habitan

La sinopsis de la película es la siguiente: «El terror se desata cuando un niño de ocho años llamado Peter intenta investigar los misteriosos ruidos de golpes que provienen del interior de las paredes de su casa y un oscuro secreto que sus siniestros padres le ocultaban». El tráiler es bastante descriptivo:

Como suele suceder con las producciones en las que ‘algo’ intenta salir de su encierro, la manifestación física, digamos, de esa entidad pocas veces termina funcionando. Es decir, salvo contadas excepciones –Babadook por ejemplo-, una vez que se corporiza el terror, la tensión se pierde. Así, mientras No tengas miedo juega con lo posible y lo irreal, el espectador puede sentirse intrigado. Sin embargo, cuando el filme se entrega a la persecución y violencia, la narración cae en los lugares comunes del género.

Es una lástima que Bodin no encuentre el punto exacto para que el paso del lo sugerido a lo gráfico no sea tan drástico. Incluso, la película parece partirse en dos. Eso no está mal per se. Pascal Laugier (Martyrs) es un maestro a la hora de girar su trama para que lo que parecía en un inicio no termine siéndolo al final. No obstante, el problema fundamental en No tengas miedo es que tal cambio no busca la ruptura de una estructura conocida. Por el contrario, el cierre se parece al de muchas otras películas de terror.

A pesar de ello, hay ingredientes atractivos en esta cinta. Los padres de Peter dan mucho más miedo que la propia ‘cosa’ que habita en las paredes. La manera en la que psicológica y físicamente atacan al chico es tan sádica que nos preguntamos realmente quién es el verdadero monstruo. Al mismo tiempo, la historia de aislamiento del pequeño -odiado por sus compañeros- es muy dolorosa. Allí están las mejores pinceladas del director.

En conclusión. Si te estás preguntando si vale la pena verla, debes tener en cuenta que no es una cinta revolucionaria que cambiará al género. No obstante, durante su desarrollo muestra una serie de imágenes más que interesantes. Ahora, si buscas un disparador de emociones, esta no es la mejor opción. 

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