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Europa, la 'bestia negra' de Xavi: su Barça suma cuatro eliminaciones en menos de dos años

El entrenador catalán no levanta el vuelo fuera de España. La derrota ante el Manchester United certifica su talón de aquiles

Europa, la ‘bestia negra’ de Xavi: su Barça suma cuatro eliminaciones en menos de dos años

El entrenador del F.C. Barcelona, Xavi Hernández, recostado tras perder ante el Manchester United. | Li Ying (Zuma Press)

Hubo un tiempo en el que Xavi Hernández viajaba por los campos de todo Europa y salía de ellos a hombros del éxito. Vestido de corto y dirigiendo la medular del F.C. Barcelona, el catalán ordenaba las filas culés, regía sobre su juego y marcaba los tiempos de un ataque de vértigo que se colocaba entre los mejores del mundo. No siempre uno ha de fiarse del manido «cualquier tiempo pasado fue mejor», pero en el caso de Xavi y las competiciones europeas no hay duda: ya nada es lo mismo.

El entrenador no levanta cabeza. Las buenas sensaciones que el equipo despliega en LaLiga —donde ocupan la primera posición— cada fin de semana parece que se desvanecen entre los martes y los jueves cuando suena el himno de la Champions League o de la Europa League. No parecen el mismo equipo. Y aún más complejo. No juegan como el mismo equipo. Los datos son complejos: Xavi es el peor entrenador en la Copa de Europa en los últimos 20 años del banquillo catalán.

Xavi arenga a sus jugadores en Old Trafford durante la derrota ante el Manchester United.
Xavi arenga a sus jugadores en Old Trafford durante la derrota ante el Manchester United. Foto: Andrew Yates (Zuma Press)

A Xavi se le atasca Europa

Las cosas no funcionan en la maquinaria del F.C. Barcelona europeo. Los números de Xavi como jugador —cuatro veces campeón de la Champions League (y mejor jugador de la final en la de 2009, ante el Manchester United), 151 partidos y 11 goles en la máxima competición europea— chocan con los obtenidos como entrenador, donde no encuentra la forma de hacer arrancar a un equipo cuyas aspiraciones siempre son ir a por más.

Estas afirmaciones se contrastan con los datos. En los últimos dos cursos (un año y tres meses o 476 días para ser exactos), el exjugador ha sido eliminado en cuatro ocasiones de las competiciones europeas, tanto de la Champions como se su hermana menor, la Europa League.

En el primer curso, tras suplir al holandés Ronald Koeman en el banquillo del club, el flamante entrenador tomaba las riendas de un equipo que a pesar de los malos resultados continuaba con opciones para pasar de la fase de grupos de la máxima competición intercontinental al encontrarse en segunda posición de un grupo que compartían con el Bayern de Múnich, el Benfica y el Dinamo de Kiev gracias a dos victorias por la mínima. Los catalanes tenían que sacar un buen resultado en sus dos últimos partidos ante los portugueses y los alemanes, primer reto al que se enfrentaba el exjugador.

Si embargo el ‘duende’ de Xavi como jugador se apagó en cuanto pisó el Camp Nou para dirigir al cuadro culé por primera vez en Europa. El empate a cero ante el Benfica (un partido que el míster celebró ante el «esfuerzo» que habían realizado los suyos a pesar del nulo acierto de cara a puerta) les empujaba a tener que ganar en Alemania al siempre difícil Bayern de Múnich, una ambiciosa tarea a la que se encomendaron con la confianza de quien debe superar un gran desafío.

Finalmente perdieron 3-0 en un encuentro en el que los culés no pudieron doblegar a los bávaros, que resistieron los pocos embates de la delantera rival y destrozaron a un equipo apagado, sin ideas y que no obtuvo la pertinente reacción que se podía esperar de su míster desde la banda. Los malos números de Xavi comenzaban a florecer: dos partidos, una derrota, un empate y cero goles a favor.

Quedaba una última bala en la recámara para resistir el ridículo europeo. El tercer puesto en la Champions les daba un billete para acudir a la UEFA Europa League y levantar el orgullo en la tarde de los jueves. El camino comenzó bien. La primera eliminatoria ante el Nápoles permitió el pase de ronda tras cosechar un empate y una victoria; mismo modelo a seguir ante el Galatasaray en octavos para certificar el avance a cuartos, donde esperaba el Eintracht de Frankfurt.

Lo que parecía un rival sencillo para las aspiraciones blaugranas terminó certificando la pesadilla del Barcelona en Europa. La historia es una vieja conocida y aún sigue siendo difícil de explicar para la directiva de Joan Laporta: tras el empate en Alemania, más de 30.000 aficionados del club rival llenaron las gradas del Camp Nou aprovechando que los socios revendieron sus abonos y dejaron abandonado a su club. El resultado final fue una victoria por 3-1 para los visitantes, mientras que el presidente anunciaba una investigación interna que no borró la imagen de las gradas locales bañadas de hinchas rivales.

Imagen de los aficionados alemanas (blanco) en el Camp Nou. Foto: Gerard Franco (Zuma Press).
Imagen de los aficionados alemanas (blanco) en el Camp Nou. Foto: Gerard Franco (Zuma Press).

El F.C. Barcelona no levanta la cabeza

Los números en su primer año europeo no dejaban mucho que desear. En Champions, una derrota y un empate con cero goles a favor y tres en contra; en Europa League la situación mejoraba con seis partidos, dos victorias, tres empates, una derrota, diez goles a favor y ocho en contra.

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El segundo año de Xavi en el banquillo culé se esperaba como el de la consagración. Tras terminar LaLiga en segunda posición tras remontar los malos resultados heredados por Koeman (que le permitieron escapar de la novena plaza que ocupaban a su llegada) le otorgó una segunda oportunidad con la que resarcirse con la ‘orejona’. La inversión de 153 millones de euros en fichajes y la contratación de jugadores como Lewandowski o Raphinha para una delantera que debía resultar explosiva y una defensa sólida e inquebrantable con la llegada de Joules Koundé, de quien se esperaba que pusiera los cimientos para un proyecto exitoso.

En la fase de grupos, Xavi rozó el cielo. En su primer partido en la competición en ese curso logró la esperada victoria por 5-1 ante el Viktoria Plzen checo. Todo parecía presto para recuperar la senda histórica de un club en el que las eliminaciones en las rondas iniciales de la competición era una anomalía histórica.

Pero la realidad fue bien diferente. Los de Xavi solo ganaron un partido más (también ante los checos) y sumaron tres derrotas (dos ante el Bayern de Munich, otra vez, y una ante el Inter de Milán) y un empate ante los italianos. De nuevo, condenados al tercer puesto. De nuevo, a jugarse la vida los jueves por la noche.

Recuperando las cifras del exjugador en Europa, el saldo negativo se impone ante el positivo. Ocho partidos, cuatro derrotas, dos empates y dos victorias. En cuanto a goles, 12 a favor y 10 en contra.

En la Europa League, la historia de este año es de nuevo conocida. Los catalanes no han logrado vencer al Manchester United en la doble eliminatoria certificando, una vez más, que Europa ya no es un terreno fecundo para Xavi Hernández. Los números definitivos demuestran la falta de músculo competitivo que le queda por obtener a una entidad histórica que no pasa por su mejor momento —a los golpes deportivos hay que añadirle el escándalo del ‘caso Negreira’, que implica al club en pagos millonarios al exvicepresidente de los árbitros españoles—: 15 partidos, cuatro victorias, seis derrotas y seis empates.

La ‘Xavineta’ —nombre cómico con el que algunos se refieren al equipo— no termina de arrancar fuera de España y, en mitad de la carretera europa, se cala una vez más.

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