Bruselas llevará a comienzos de 2024 su resolución sobre la fusión Orange-MásMóvil
La Comisión Europea tiene 50 días para responder a la propuesta de ‘remedies’ de las dos operadoras
Christel Heydemann, consejera delegada de Orange. | Agencias.
La aprobación de la Comisión Europea de la fusión entre Orange y MásMóvil se irá con toda probabilidad a las primeras semanas del año 2024, según las fuentes cercanas al proceso consultadas por THE OBJECTIVE. Pese a que la intención de las dos operadoras es tener luz verde antes de que finalice diciembre, como ha dicho la CEO de la francesa, Christel Heydemann, la burocracia de Bruselas sumada a la demora en el envío de la propuesta de cesión de activos (que sería inminente) harán que el estreno de la nueva compañía se mueva como mínimo hasta comienzos del segundo trimestre.
«Es un proceso complejo que requiere cerrar muchos flecos», dicen quienes siguen de cerca el proceso. Es por ello por lo que, pese a que Orange dijo en sus últimos resultados económicos presentados el 23 de octubre que esperaban tener la aprobación antes de finalizar el año, los plazos se moverán algunas semanas más. En la joint venture se confía en que se produzca a más tardar a finales de enero, aunque otras fuentes dentro de la Unión Europea creen que no habría respuesta antes de febrero.
Se romperá así la barrera psicológica de 2023, fecha que siempre se dio como probable para aprobar un expediente que entró formalmente en la Comisión Europea en febrero de este año, pero que se firmó oficialmente en julio de 2022 y que comenzó su pre-notificación en septiembre de ese mismo año. Es así como se superarán largamente los dos años desde que se anunció el preacuerdo en 8 de marzo de 2022.
50 días laborables
Ha pasado un mes desde las declaraciones de Christel Heydemann y del CEO en España, Ludovic Pech, y oficialmente nadie confirma que hasta la fecha se haya enviado la propuesta de remedies, condición fundamental para que el proceso siga adelante y en la que las dos operadoras llevan trabajando desde que el pasado 28 de julio.
Antes de que comenzara el periodo estival en Bruselas, el proceso se paralizó para dar más tiempo a Orange y MásMóvil para elaborar el documento en el que se incluyan las cesiones que pide la Comisión Europea para aprobar la integración y que buscan garantizar la competencia en el mercado minorista y que no se suban los precios.
Cuando se presente la propuesta, la Comisión Europea debe activar el calendario nuevamente y a partir de ahí tiene 50 días laborables para dar una respuesta definitiva -si no consideramos nuevas paradas del reloj-, es decir, unas diez semanas. Pese a que los interesados creen que no se agotará todo este plazo porque la propuesta se ha elaborado con la tutela de Bruselas, es casi imposible que se apruebe antes de finales de año, incluso si el documento se presenta antes de que finalice noviembre.
Negociaciones con Orange
Ni Orange ni MásMóvil se refieren oficialmente al procedimiento ni al envío de la propuesta de remedies, aunque en el sector se advierte que podría ser inminente. Lo que está claro es que en las últimas semanas se han estado cerrando los flecos de un proceso sumamente complejo en el que los dos miembros de la joint venture quieren reducir al mínimo las concesiones y su principal adjudicatario, Digi, y la Comisión Europea se resisten a aceptar una propuesta de mínimos.
Como explicó este diario, la propuesta podría incluir la cesión de espectro radioeléctrico para que Digi construya su propia red móvil, la firma de un acuerdo de uso preferente a la red de Orange-MásMóvil y algún tipo de pacto para ceder redes de fibra no redundantes. Digi solo estaría interesada en la red móvil y en el acuerdo de uso, pero la Comisión Europea quiere garantizar un acuerdo global que no deje dudas respecto del futuro de la competitividad del mercado de las telecomunicaciones español.
Cuando se presente la propuesta y se active el reloj Bruselas tendrá de 50 días para dar su respuesta, lo que según las fuentes consultadas podría producirse como tarde a finales de enero. A partir de ahí, las dos compañías deben constituir la nueva sociedad, firmar los contratos correspondientes y definir la ecuación de canje y valoración definitiva. El pacto se cerró inicialmente en 7.800 millones de euros para Orange España y 10.900 millones para MásMóvil (2.000 millones de Euskaltel y otros 6.000 millones de deuda) y no deberían producirse cambios sustanciales.
Deuda de la ‘joint venture’
La joint venture deberá acudir a los mercados y a la banca para financiar la operación. Primero tendrá que ratificar su rating, un proceso donde las operadoras esperan que esté más cerca del BBB+ de Orange que del B+ de Lorca (MásMóvil), siempre siguiendo la metodología de Fitch. Con esta clasificación deberán acudir al sindicato bancario con el que han acordado el préstamo y cerrar los flecos de los 6.600 millones que ya se han preconcedido.
De este montante se utilizarán 6.000 millones para pagar un dividendo asimétrico para los socios: 4.200 millones para Orange y otros 1.650 millones para los dueños de MásMóvil, Cinven, Providence y KKR. Los otros 150 millones restantes se usarán para pagar comisiones. En total, la deuda de la nueva empresa se situará en los 12.000 millones de euros, los 6.000 del préstamo sindicado y los otros 6.000 heredados de la operadora española.
Finalmente, deberán reorganizar los departamentos, definir sus principales directivos y la forma en que se integrarán los departamentos duplicados. No están planificados despidos, según han dicho Orange y MásMóvil . Todos estos procesos en su conjunto deberían tardar unos tres meses, lo que implica que no antes de comienzos del segundo semestre la nueva compañía pueda echar a rodar.
