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Sánchez usa electoralmente a Navantia pese a perder 1.500 millones con un rescate de 1.700

La compañía ha salvado la causa de disolución gracias a la concesión de millonarios préstamos participativos del Estado

Sánchez usa electoralmente a Navantia pese a perder 1.500 millones con un rescate de 1.700

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante una visita a las instalaciones de Navantia. | Europa Press

Pedro Sánchez ha comenzado el año 2024 volcado en las elecciones gallegas. Si el pasado fin de semana realizó el Comité Federal del PSOE en La Coruña, este miércoles ha utilizado los resortes del Estado para intentar ganar los comicios prometiendo en Ferrol un millonario contrato de 439 millones de euros para Navantia que -según indicó- generará 1.800 empleos directos e indirectos y dará trabajo a 300 empresas, 175 de ellas gallegas.

El anuncio, que se produce a solo tres semanas de las elecciones del 18 de febrero, ha sorprendido en el mundo empresarial no solo por el uso electoral que Pedro Sánchez ha hecho de la empresa pública, sino porque además este contrato no soluciona los verdaderos problemas de la compañía. «Navantia está quebrada y un anuncio del presidente no va a solucionarlo», dice un directivo del sector a THE OBJECTIVE.

Advierten de que los problemas de Navantia son de fondo y piden que en vez de hacer promesas electorales que no van a tener un impacto en sus cuentas, el Ejecutivo realice una verdadera revolución en Navantia y una propuesta integral no solo para contener sus pérdidas sino que para hacerla realmente viable. En el sector se le conoce como el «agujero negro» de la SEPI por su capacidad para generar pérdidas y absorber millonarias subvenciones del Estado. Y viendo sus números hace honor a este apodo.

Rescate de la SEPI

Navantia registró unas pérdidas de 96,9 millones en 2022, un aumento del 17,5% con respecto al desequilibrio de 82,5 millones de euros del ejercicio anterior. Sin embargo, esta es solo la punta del iceberg ya que Navantia acumula 15 años consecutivos de números rojos que, según sus últimas cuentas hechas públicas, acumulan la friolera de 1.490 millones de euros.

Estas pérdidas hacen que la situación de Navantia sea de quiebra técnica con un patrimonio negativo -al cierre de 2022- de 1.442 millones de euros. No obstante, ha salvado la disolución al sumar a sus cuentas 1.700 millones de euros en concepto de préstamos participativos que le ha concedido su único accionista, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Incorporando este montante, el patrimonio neto se sitúa en los 210,9 millones de euros.

De hecho, según consta en sus cuentas anuales, la aportación estatal para salvar a Navantia de la quiebra ha sido constante desde el año 2017. Solo durante el ejercicio 2022 se han otorgado nuevos préstamos participativos por importe de 379 millones de euros y se han amortizado préstamos por importe de 299 millones.

Gastos de personal

Una fuerte inyección de liquidez destinada a seguir a flote, pero que la sociedad justifica para «reforzar la capacidad financiera para afrontar los nuevos contratos destinados a la Defensa Nacional y a los compromisos internacionales, así como para mantener las capacidades industriales de construcción naval definidas como estratégicas».

La historia de Navantia es la de una empresa pública estratégica con una labor clave para el desarrollo de la Defensa, pero que no ha podido soportar los vaivenes de un sector totalmente dependiente de la evolución macroeconómica mundial. El coste de las materias primas se disparan mientras que los costes laborales -heredados de la etapa dorada de los astilleros en los años ochenta- no se frenan.

En el último año computado, Navantia facturó 1.342 millones de euros, apenas nueve millones más que 1.333 millones de 2021, mientras que sus gastos de personal crecieron desde los 275 a los 285 millones y los gastos de explotación se dispararon desde los 380 a los 494 millones de euros. El precio del acero ha subido un 50% en los dos últimos años y el combustible un 20% en 2023.

Anuncios de Sánchez

Frente a esta situación crítica, las soluciones aportadas desde el Gobierno son prácticamente nulas. Antes de las dos visitas que el presidente del Gobierno ha realizado a las instalaciones de Navantia en el último mes, hay que remontarse a marzo de 2023 para escuchar otra referencia a la compañía. En Barcelona anunció la contratación de 1.500 trabajadores en los centros de Ferrol, Bahía de Cádiz y Cartagena, aunque sin aportar soluciones integrales.

Ricardo Domínguez, actual presidente de Navantia.
Ricardo Domínguez, actual presidente de Navantia. | Navantia

La empresa presidida por Ricardo Domínguez tiene en marcha el plan Horizonte 5.0, que está ligado a los proyectos que tenga el Estado. Según el plan, la Armada tiene previsto renovar 49 buques hasta 2030, lo que debería apuntalar la facturación hasta esa fecha, aunque no hay señales de una verdadera transformación y solo se apunta a buscar alianzas a nivel europeo y sinergias con empresas similares en España.

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